No contenta con la forma
en que tu cuerpo remediaba
mis ansias de ternura,
me arriesgué a moldear de nuevo
tu abrazo.
Fue un error.
Ahora tengo un desconcierto
cada vez que nos tocamos:
Ya no se si eres perfecto
porque saboes lo que quiero
o soy yo la que me adapto
a la forma de tus brazos.
jueves, diciembre 27, 2007
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