En
estos días el mundo cristiano se anima a enmendar sus faltas acumuladas durante
estos últimos doces meses, para abrir sus corazones y recodar el nacimiento de
hijo de Dios. Pero como no es un simple “recordar” lo acompañaran con un buen
regalo para el prójimo, claro está, con un crédito para recodarse todo el año.
Las
navidades lo debemos conmemorar siempre, el día a día, en bonanza y en
pobreza, en tempestad y calma, como deuda impagable, sin abolición ni ventajas,
no en vano nació el hijo de Dios no solo para alegrarnos y regalar sino también
para pagar nuestro abanico de pecadillos mundanos.
Para
completar la escena surge también un personaje de fantasía, un regordete bonachón,
carismático él, con una bolsa lleno de regalos, cumpliendo así los sueños y
deseos de niños y niñas. Debo confesarlo
que nunca creí su existencia, su figura era tan irreal para mi imaginación
infantil, que sentía más horror que amor al verlo en los anuncio de aquellos años
maravillosos. Será por eso que no suelo entregar regalos en Navidad y prefiero los cumpleaños para los
obsequios.
Si
bien aquellos tiempos inicie en el origami, me era difícil en ese entonces doblar
algo referido a las fiestas navidades, solo se encontraba figuras tradicionales
que estaban alejados del tema y se doblaba sólo eso, pero la imaginación de otros, en cambio no se
quedaba allí, pues surge la iniciativa de crear figuras de papel, y muchas y
muchas, ahora se podrá encontrar de todo en la internet, arboles,
nacimiento completos con todos los animales de un establo, a los reyes magos y
hasta la tradicional estrella fugaz,
todos de papel. En esta
aventura de crear no se queda atrás el famoso papa Noel ni el muñeco de las
nieves.
Esta
figura lo encontré en un libro “Easy Christmas Origami” de Jhon Montroll con el
nombre de Santa Claus. Como el nombre de libro lo menciona, son doblados simples,
como para mis manos torpes y quedas.
Ahora
los dejo para que se deleiten con la figura de papel felizmente.
Oscar Badillo A.