Noche de Paz.
Noche de Amor...
Otro año mas, vuelvo a pensar: Donde la Paz? Donde el Amor? Donde el Espíritu navideño?... Y vuelvo a recordar estos versos del trágico poema de los niños Yoruba:
Llamamos a los vivos. Y no responden,
Llamamos a los muertos. Y ellos sí responden.
Y vuelvo a decirme que frente a nuestros niños abrigaditos, bien alimentados y rebosantes de sueños hechos realidad... hay, sigue habiendo, millones de niños por ahí, que viven en las calles -tú los has visto- castigados por el hambre y el frío, con las manos vacías, que sus sueños infantiles se niegan a llenar.
Millones de niños que lloran desamparo, a veces, sobre el pecho de madres muertas en guerras que provocan mentes desquiciadas. Niños abandonados en las calles o en campos de refugiados, esperando el milagro de una solución.
Demasiados niños en un mundo oscuro, ante adultos sordos que solo saben responder, con cánticos gregorianos de paraísos imposibles y con promesas que siempre llegan tarde . O ni llegan...
Así que de nuevo, otro año mas -y ya van tantos- con esa varita mágica del tan repetido Espíritu Navideño y un enorme saco cargado de optimismo, pidamos, luchemos, para que despierte la conciencia de los hombres de su letargo, y decidan cambiar el futuro. Luchemos por que llegue por fin el día, en el que ese poema de los niños Yoruba, pueda invertir sus versos:
Llamamos a los muertos. Y no responden.
Llamamos a los vivos. Y ellos, sí responden.