Por compartir conmigo
días de lluvia y paraíso.
Porque en las mañanas,
sabes a café
y a tabaco y a mate
por las noches.
Porque cuando invierno
hay un fuego escondido,
en tu abrazo.
Porque cuando me miras
me vuelvo golondrina
y regreso a las tardes
de Palermo.
Porque con tus dedos
dibujas melodías en mi piel.
Y por eso te quiero.
Por pintar graffitis en la luna.
Porque eres dulce,
irreverente y mágico.
Porque amas los pájaros,
la música y el mar.
Porque crees
en unicornios y en milagros.
Por todo eso.