Sed
bienvenidos de nuevo, pobres incautos, a nuestra pequeña tienda de
los horrores, en la que intentamos reivindicar el trabajo de bandas
novedosas, originales o de culto dentro de la música rock y metal,
siempre dentro de su variante más experimental. Bandas que
trascienden géneros y buscan siempre ir un paso más allá.
Reivindicamos a los locos, a los inconformistas...
Como
siempre os hemos preparado un suculento menú de cuatro platos igual
de dulce que de picante. Te traemos el black metal hipnótico y
psicodélico de Oranssi Pazuzu, el proto djent de Sikth, el
repetitivo y melancólico drone metal de Earth, y uno de los grandes
abueletes y padrinos absolutos de lo bizarro, el enorme Screamin' Jay
Hawkins. Que lo disfrutes.
Te
recordamos que puedes revisar las anteriores entregas del Bazar
Bizarro en este enlace:
ORANSSI
PAZUZU
Formados
en 2007, y con cuatro discos ya en el mercado, nos encontramos ante
una de las bandas de metal extremo que más está dando que hablar en
el panorama underground actual, gracias a su propuesta musical fresca
y de una calidad tremenda. Su sonido se suele catalogar como black
metal psicodélico, etiqueta que por su mero nombre ya debería, al
menos, despertar nuestra curiosidad.
Es
lógico que en la búsqueda del santo grial que para cualquier banda
supone dar con un sonido propio y una propuesta original se mezclen
diversos géneros e influencias, táctica que a veces llega a buen
puerto y a veces no. En el caso de Oranssi Pazuzu podemos decir, sin
ningún género de dudas, que han sabido hacerlo de forma magistral,
dando con un sonido que resulta poderoso, vistoso y profundo, sin
resultar en absoluto forzado. Su cóctel de oscuro black metal,
mezclado con toques de rock psicodélico y música progresiva, se
despliega en todo su esplendor en unas composiciones retorcidas e
hipnóticas, que logran agarrarte y sumergirte totalmente en su
atmósfera. Unas composiciones que además cuentan con una envidiable
coherencia interna, dando lugar a una música que a pesar de su
complejidad no resulta en absoluto difícil de digerir. Sus discos
inundan nuestros oídos y fluyen de manera asombrosa gracias a un uso
de las dinámicas que pocas bandas actuales pueden alcanzar con tanto
acierto. Por ello no es en absoluto sorprendente encontrar a gente de
muy variados gustos musicales entre su creciente número de adeptos,
lo que significa que han conseguido trascender géneros, otro
objetivo complicado y muy valioso para un grupo musical y que prueba
nuevamente el buen hacer de su propuesta.
Con
discos totalmente sobresalientes como Valonielu
(2013) o
Värähtelijä (2013),
somos muchos los que observamos con entusiasmo cada nuevo movimiento
de los finlandeses, una banda que, aunque se sitúa en las antípodas
de la comercialidad, está destinada a crecer de forma irremediable.
Si
aún no has tenido el placer de descubrirlos te aconsejamos que
busques un lugar cómodo y tranquilo y te prepares para dejarte
arrastrar a continuación por esta espiral sonora, te prometemos que
te llevará hasta lugares lejanos y exóticos, colmados de una
extraña e insólita belleza. Disfruta del viaje.
SIKTH
Sikth
es una banda inglesa formada en 1999 que está considerada como una
de las formaciones que ayudaron a dar forma a un nuevo género
musical, conocido como djent metal, que viviría un enorme auge unos
cuantos años después. Aunque no suelen ser tan reivindicados como
por ejemplo los suecos Meshuggah, una revisión atenta a sus trabajos
deja clara su originalidad e importancia en la consolidación de este
nuevo sonido.
Tras
un par de prometedores EP la banda debutó discográficamente con el
disco The Trees Are Dead & Dried Out Wait for Something Wild
(2003), trabajo sobresaliente en que se apreciaban influencias
del rock progresivo, el thrash y el hardcore, mezclado con otras
influencias más novedosas como el funk rock, el pop y la música
experimental. Revisando el disco en la actualidad no resulta tan
sorprendente, pero en su momento era una propuesta con un sonido
bastante inexplorado, que los hacía parecer una especie de versión
de Primus puesta de esteroides, o unos System of a Down con mucha más
pericia técnica. Encontramos en este disco una alocada manera de
entender los ritmos y, sobre todo, una inventiva tremenda por parte
de los guitarristas Dan Weller y Graham Pinney. Todos los elementos
que llevarían años más tarde al auge y popularidad del djent, con
bandas como Periphery o Tesseract a la cabeza, están ya presentes en
este debut de la banda de Watford.
En
el año 2006 publicaron su segundo trabajo, titulado Death of a
Dead Day, otra maravilla que no bajaba en absoluto el nivel visto
en su debut. Un disco que seguía en la senda de exploración y
consolidación de un nuevo sonido y que resultaba aún más agresivo
que su predecesor, con temas que te dejaban totalmente descolocado,
como Bland Street Bloom, que abría el disco, o la
sobresaliente y alocada Summer Rain, todo un temazo repleto de
inesperados cambios de ritmo y dibujos de guitarra originales al
máximo.
Por
desgracia la banda parecía encontrarse un poco en tierra de nadie y
lejos de alcanzar la relevancia que sin duda merecían. Esto
desembocó en la marcha de sus dos cantantes en el año 2007. La
dificultad de encontrarles sustitutos, así como el agotamiento
acumulado, dieron desgraciadamente al traste con el proyecto,
partiendo sus miembros en busca de nuevos horizontes.
Por
suerte unos años más tarde, concretamente en 2014, la banda anunció
un concierto sorpresa de reunión en el marco del Download Festival,
al que siguieron otra serie de conciertos en diversos festivales. La
buena acogida de dicha reunión y la reivindicación de su trabajo
por parte de los nuevos seguidores del sonido djent hicieron que la
banda tomase la decisión de ponerse nuevamente en marcha, girando de
forma constante y editando un nuevo trabajo, The Future In Whose
Eyes? (2017). Esperamos que esta vez se queden definitivamente y
alcancen el estatus que merecen como una de las bandas capitales en
la evolución del sonido metal en el nuevo milenio.
EARTH
Si
con Sikth reivindicamos a una de las bandas pioneras del sonido djent
metal, con Earth hacemos lo propio respecto al sonido drone metal
(etiquetas, etiquetas...)
La
banda fue formada en Washington a finales de los 80 por el
guitarrista Dylan Carlson, cabeza pensante y único miembro que se
mantendría fijo en una banda con multitud de cambios de formación a
lo largo del tiempo. El nombre de Earth es un guiño al primer nombre
que tuvo la banda Black Sabbath, con los que compartían la visión
de crear una música basada en los riffs lentos y distorsionados. Una
influencia más que evidente en su primer EP del año 1991 titulado
Extra-Capsular
Extraction, que contaba
con la colaboración a las voces de ni más ni menos que Kurt Cobain,
lider de Nirvana y gran amigo de Carlson (es bien conocida la
anécdota de que fue Carlson quien compró la escopeta con la que el
malogrado mártir del grunge se volaría la tapa de los sesos).
A
diferencia de Sabbath, Erath apostaba por una música de carácter
principalmente instrumental, basada en las atmósferas opresivas
creadas por los ritmos extremadamente repetitivos y densos. Todo esto
se puede escuchar en sus trabajos Earth
2: Special Low Frequency Version (1993)
y Phase 3: Thrones and
Dominions (1995),
trabajos capitales para entender la evolución de los sonidos doom y
drone.
La
banda, aún a pesar de los constantes cambios en la formación, se
mantuvo más o menos activa hasta el año 1996, momento en el que
Carlson decide poner un punto y aparte para explorar otros terrenos.
Regresó casi una década más tarde con una nueva versión de Earth
en la que seguían presentes la mayoría de elementos de su sonido,
pero añadiendo más color con una mayor presencia de otras
influencias como el country, el jazz y el folk. En esta segunda etapa
de la banda seguimos encontrando trabajos notables como las dos
partes de Angels of
Darkness, Demons of Light (2011
y 2012) o las regrabaciones presentes en Hibernaculum
(2007)
Si
el cuerpo te pide perderte en una música ambiental que te lleve a
terrenos lentos y melancólicos Earth es tu banda.
SCREAMIN' JAY
HAWKINS
En
los años 50 el mundo de la música era completamente distinto.
Términos como drone metal o djent metal ni siquiera pertenecían al
vocabulario de los escritores de ciencia ficción. Joder, ni siquiera
existía el heavy metal. Era la época de auge y consolidación de
una nueva música, juvenil y gamberra, conocida simplemente como
rock. Un sonido fresco, con raíces en géneros como el country, el
blues, el folk y el góspel, al que estaban dando forma artistas como
Jerry Lee Lewis, Buddy Holly, Eddie Cochran o los reyes del rollo:
Elvis Presley y Chuck Berry.
En
medio de este efervescente panorama apareció un tipo alto y negro,
de aspecto estrafalario, vestido con pieles de leopardo y serpiente,
cuero rojo y collares de huesos humanos, cantando sobre amor y
brujería, que respondía al nombre de Screamin' Jay Hawkins (aunque
su verdadero nombre era Jalacy Hawkins).
Su
single I Put a Spell on
You (1956), entró como
un torbellino en las listas de éxitos, catapultando a Screamin'
directo a la fama y dando lugar a una de las grabaciones más míticas
dentro de la historia de la música rock. Por desgracia fue un éxito
relatívamente efímero, que no fue igualado ni de lejos por ninguna
de sus múltiples grabaciones posteriores.
Si
bien, a parte del mencionado single, el legado de Screamin' no es
especialmente espectacular en cuanto a grabaciones, no podemos decir
lo mismo de su actitud y puesta en escena. Estamos hablando de un
tipo que, en plena época del puritanismo más férreo, salía a
escena metido en un ataúd, rodeado de una imaginería propia de la
magia vudú, vestido con ropajes estrafalarios y soltando llamaradas
por los dedos. Algo sin duda en las antípodas de la puesta en escena
de, digamos, Buddy Holly. Revisar los antiguos vídeos de sus
actuaciones es una experiencia entrañable y se puede considerar, sin
ningún género de dudas, como el nacimiento del shock rock, que
décadas después elevaría la carrera de artistas como Alice Cooper,
Ozzy Osbourne o Marilyn Manson. La peculiar forma de cantar de
Screamin' Jay Hawkins, totalmente novedosa y llena de recursos (su
sueño siempre fue ser cantante de ópera), repleta de balbuceos y
extraños gritos (fruto también de diversos estados de ebriedad todo
hay que decirlo), marca también un punto de inflexión y sirve de
indudable influencia a multitud de músicos posteriores, desde Mick
Jagger hasta Mike Patton pasando por King Diamond.
Un
loco, un visionario, todo un genio de increíble talento, pero ante
todo un increíble showman, que exprimió la vida al extremo (se
rumorea que dejó desperdigados más de 40 hijos) y que merece un
estatus fijo al lado de Elvis como uno de los creadores de la puesta
en escena contemporánea y la idea de frontman dentro de la música
popular.
Como
dato curioso: una de las últimas apariciones de Screamin' Jay
Hawkins fue haciendo un pequeño papel de brujo en la película
Perdita Durango (1997)
del director español
Alex de la Iglesia.
Dondequiera
que estés, gracias por todo maestro.
https://diablorock.com/2018/11/21/el-bazar-bizarro-de-diablorock-volumen-iv/?fbclid=IwAR0oqA5Lk3lhMEPCkIZ_tpsGQVjnnYdE7yel4QV6aTZZ5q5YbGra3Uc3svg