Este cuaderno podría empezar como aquella canción de Ismael Serrano: "Últimamente ando algo perdido/ me han vencido viejos fantasmas/ nuevas rutinas". Al menos, era como tenía pensado comenzarlo, pero, de repente, una se piensa abstraida de todas la interioridades que azotan la objetividad, y se da cuenta de que no es malo sentirse perdido si se tiene gente de bien al lado para ir alumbrando el camino. Dice Serrat que "nunca es triste la verdad/ lo que no tiene es remedio". Eso se puede entender ante un café una mañana de domingo, o frente a unos vasos largos a medio camino entre los icebergs y las destilerías, o con la sonrisa de alguien que te firma un disco que jamás grabó, en la calle del Silencio... Da igual cómo suceda, el caso es que sea así, que te des cuenta.
Creemos que el corazón sólo late por nosotros en un ejercicio de egolatría infinita, pero no es cierto. Nuestros corazones bombean por todas las risas; todas las miradas; todos los besos con sal; todas las palabras las que seducen y las que duelen; todas las canciones que hicimos parte de nuestras pisadas; todos los amores: los llegados, los perdidos, los que sean para siempre; y por la magia, las ilusiones, las desesperanzas...
Porque la vida es así de fácil, así de grata, dejaremos para otro día los lamentos y las autocompasiones.
Bienvenidos a Gondal, el universo creado por Emily Brontë para escapar de la desidia y la mediocridad. Aquí empieza el recorrido por este universo que no podrá subsistir si no le prestais un poco de vuestra sangre.
Creemos que el corazón sólo late por nosotros en un ejercicio de egolatría infinita, pero no es cierto. Nuestros corazones bombean por todas las risas; todas las miradas; todos los besos con sal; todas las palabras las que seducen y las que duelen; todas las canciones que hicimos parte de nuestras pisadas; todos los amores: los llegados, los perdidos, los que sean para siempre; y por la magia, las ilusiones, las desesperanzas...
Porque la vida es así de fácil, así de grata, dejaremos para otro día los lamentos y las autocompasiones.
Bienvenidos a Gondal, el universo creado por Emily Brontë para escapar de la desidia y la mediocridad. Aquí empieza el recorrido por este universo que no podrá subsistir si no le prestais un poco de vuestra sangre.