Hoy quisiera explicar por qué elegí este sobrenombre. No sé si todos me han leído desde el comienzo, así que hago un rápido recuento sobre mi problema de peso: yo siempre he sido curvilínea pero de niña y a inicios de mi adolescencia fui delgada. Como por ansiedad, y por problemas personales subí mucho de peso a los 17 años. Entre subidas y bajadas, me mantenía en general con sobrepeso, hasta el 2006 que lo bajé todo y llegué a mi peso ideal. En el 2007 volví a subir y gané aún más de lo perdido, llegando a inicios de este año a la obesidad leve.
Bueno, cuando entré a la universidad, año 2004, los amigos que hice ahí me conocieron gordita. Me vieron engordar más durante esos años, pero nunca me vieron delgada. Al conocerte así, hay gente que de una u otra manera te asume como "la gordita simpática". Esa que es simpática, inteligente y tiene mucho tema de conversación, con las que les gusta salir y pasarlo bien, pero a quien jamás veríán como posible prospecto romántico.
A mí no solía molestarme excepto cuando me fijaba en alguien. Pese a mi sobrepeso yo me sentía linda, usaba ropa femenina y me arreglaba y era coqueta. Y más de alguno ni se dio cuenta porque simplemente jamás me vio de esa manera, y si se lo confesé después, la respuesta era evidente, en realidad el sentimiento no fue recíproco.
Yo habría pensado que era por simple amistad (claro, a las amigas no se les ve de esa manera) si no hubiese bajado tanto de peso el 2006. Y los ojos con los que más de alguno me miraba, cambiaron. De pronto yo era atractiva, deseable, sexy. Aquí tengo que decir algo: ¿Perdón? ¿¿¿Es broma??? Siempre fui atractiva. No es un ataque de ego, es que todas las mujeres somos atractivas, especialmente si somos simpáticas e inteligentes y lo combinamos con femeneidad y coquetería. Y no es sólo mi opinión personal. Más de alguien que sí se fijó en mí , con kilos de más y todo, bien lo puede corroborar. El resto eran simplemente más frívolos.
Ahora debo explicar algo. Yo fui a un colegio privado, en el que estuve becada muchos años después de la muerte de mi padre. Había mucha gente allá bastante frívola. El estereotipo de belleza allá era claro: las curvilíneas teníamos nuestras acciones seriamente devaluadas, aún sin sobrepeso (¡qué financiero me salió!). Lo lindo era ser flaca, muy flaca y sin muchas curvas, pero con carita de niña, rasgos finos, rostro delicado. Como modelo de pasarela europea, de alta costura.
Pese a que encontraba frívolos a quienes se fijaban tanto en este estereotipo, y me parecía que la belleza física es efímera y lo más importante y duradero son otras cosas (y que además no es necesario seguir ese estereotipo para ser linda), por alguna razón en la universidad me volví a rodear de algunas personas así, supongo que por costumbre.
Creo que es para ellos para quienes muchas somos las "gorditas simpáticas", a quienes no consideran como a alguien atractiva sino hasta que baja de peso. Y acá va una advertencia para quienes comiencen a llegar a su peso ideal: no se dejen engañar, busquen a quien valore más la belleza interior que la exterior, o a quienes ven belleza en distintas formas, no sólo en un estereotipo. Esos son de los buenos. Ellos las apoyarán si quieren perder peso porque es importante para ustedes, no porque sea necesario para ellos que ustedes se vean de X manera.
Mi actual pareja me conoció con kilos extra. Me vio subir más mientras estábamos juntos. Pero siempre me ha dicho que me ama así. Que me apoya en mi dieta al 100% porque sabe que es importante para mí, pero me ama tal como soy. También me dice bromeando que no soy la "gordita simpática", sino "la gordita sexy". Sé que para él es así, que para él soy sexy así tal cual. Yo también creo que lo soy. Pero hay algunos ciegos que no lo ven. No digo que sean mala gente, muchos son buenos amigos, pero simplemente les cuesta ver en ti a una mujer atractiva, sólo ven tus atributos intelectuales y olvidan que también puedes ser coqueta o femenina. No importa. Lo importante es siempre, SIEMPRE, con más o menos kilos, sepamos NOSOTRAS quienes somos. Si lo tenemos claro, siempre llegará alguien que también será capaz de verlo. Si ese alguien nunca llega quizás sea porque somos nosotras las que dudamos de nuestra belleza.
Querer bajar de peso, querer sentirnos mejor con nosotras mismas y sentirnos más lindas, además de cuidar nuestra salud, no debe significar jamás que perdamos por completo nuestra autoestima. Eso es muy peligroso. Porque entonces nuestra percepción de nosotras mismas podría verse muy alterada después de un cambio grande. Y es bueno saber quienes somos ahora, con kilos de más y todo, y que eso no cambie cuando lleguemos a la meta, que sólo se vea reforzado. "Siempre supe que era linda, pero alguna vez lo dudé. Ahora estoy más segura que nunca y me siento aún mejor" debiese ser el norte en vez de "Antes no valía nada y ahora sí". No somos sólo las gorditas simpáticas. Tenemos que saber, y debemos saberlo antes del gran cambio, que somos y siempre seremos mucho más.