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sábado, 15 de julio de 2017

Los "macabíes" gallegos

El otro día recibo un correo de Josan, comunicándome que se encontraba en Galicia.
Como al día siguiente, tenía el día libre, allá me fui hasta la provincia de A Coruña a conocerlo.
Me hacía mucha ilusión, ya que sigo su blog con asiduidad, pues nos presenta muchas cosas interesantes, sobre pesca de agua dulce.
 El caso es que él creyó que no iba a ir hasta dónde se encontraba, por lo que se llevó una grata sorpresa.
 Como Josan se encontraba cerca de Aguiño, le propuse intentar pescar algún mújol a mosca, a lo que accedió gustoso.
 Lo llevé a una zona donde sabía que habría un buen número de mújoles o "macabíes del pobre", como se le llama en algunos lugares. Estos nos podían brindar una grata jornada o dejarnos con la miel en los labios, ya que no es un pez fácil de engañar, y más con las condiciones de viento que teníamos.
Tras mucho intentarlo, yo logré sacar a uno de estos torpedos, el cual me dio bastante guerra.
 Después fue mi compañero el que lo intentaría. Le costó lo suyo, pues el viento arreciaba por momentos, aunque al final se hizo con su ansiado trofeo.
La mala fortuna hizo que se fuera antes de posar para la foto oficial, pero el reto ya había sido conseguido.
 Estuvimos un rato más intentándolo, si bien los peces desaparecían cuando insistíamos mucho.
Esa era una buena prueba de que los mújoles no son peces fáciles, al menos para pescarlos con mosca.
Tras la comida en un restaurante cercano, intentamos sacar algún mújol en el puerto de Aguiño.
Lo intentamos a pesar del fuerte viento, aunque estos no estaban por la labor.
Probé con diferentes moscas, hasta que con un diminuto estrímer, clavé una pequeña lubinita, que se libró, después de que el 0,16 mm se rompiera tras la clavada.
  Por la tarde volvimos al escenario de la mañana. Era el turno de Josan.
Tenía la ensenada llena de mújoles.
Mientras lo grababa, llegó un señor con su coche. Del maletero sacó algo y se dirigió a la orilla. Se trataba de una atarraya (red plomada que se lanza sobre los peces). El caso es que el señor en cuestión lanzó la red y sacó una buena cantidad de mújoles. Tiró al agua algunos de los que había capturado y el resto se puso a eviscerarlos en la misma orilla.
Con su acción, los mújoles habían desaparecido, por lo que le dije a Josan de marcharnos a tomar una cerveza.
La charla en el bar fue muy amena y enriquecedora, por lo que desde este espacio, le agradezco a Josan la jornada que pasé en su compañía.
!!Espero que vuelvas pronto¡¡

lunes, 20 de agosto de 2012

¿Mújoles a mosca? ... Sí, por favor

Ayer domingo me desplacé hasta Lires, en compañía de Yago (http://lubinasytruchas.blogspot.com.es/), para pescar mújoles.
Con la ayuda de Santi (http://santinitas.blogspot.com.es/), Arturo (http://wwwescueladealonso.blogspot.com.es/), Luis (http://luis-merayo-pescador-a-mosca.blogspot.com.es/), Eloi y algunos pescadores más, intentaría hacerme con mi primer mújol a mosca.
Las opiniones de muchos pescadores con respecto a esta especie, hacen que uno no preste mucha atención, sin embargo, las repetidas entradas en el blog de Santi, me animaron a embarcarme en esta aventura. Entonces no tenía ni idea, de las emociones que me aguardaban.
Después de hacer las presentaciones pertinentes, nos cambiamos para iniciar la jornada de pesca. Yo comencé pescando con una imitación de miga de pan, que Yago me había regalado momentos antes.
La algarabía en la distancia, indicaba que los primeros peces habían salido, mientras yo intentaba infructuosamente alcanzar la posición de un nutrido grupo de mújoles que se encontraban en la orilla opuesta.
Arturo y Yago que se encontraban próximos a mi, capturaron sendos peces. El primero lo hizo con una ninfa, mientras que el segundo utilizó la imitación de miga de pan.
Después de una titánica lucha, en la que la balanza se podía decantar por uno u otro contendiente, Yago logró hacerse con el pez. Una lisa de buen porte, que obligó a mi compañero a echar mano de la serenidad y la estrategia, para llevar a cabo la captura.
Poco después, Arturo capturaba otro mújol, pero este le recordó que al otro lado de la línea no había un pez cualquiera, así que se soltó para que el pescador iniciase una nueva serie de lanzamientos en busca de un ejemplar menos avispado ... cosa que sería difícil.
Llegó mi turno. Tocaba medirse con un pez que me hizo recordar a los combativos barbos gitanos. Con el agua amenazando con entrar por la parte superior del vadeador, las manos entumecidas por una lluvia que no tenía intención de abandonar el lugar, y el brazo flaqueando tembloroso bajo la presión que ejercía el pez, tuve que retroceder concediéndole minutos a mi adversario. !!Tenía que lograr hacerme con él¡¡. Tras un buen rato de lucha, al fin pude sostenerlo entre mis manos.
Era mi primer mújol a mosca, así que después de liberarlo del anzuelo, me despedí dando las gracias por una gran batalla.
Poco después comenzó lo bueno. Nuestros compañeros se encontraban un poco más arriba y el festival de cañas arqueadas era un espectáculo digno de ver.
La fortuna también se arrimó a mí, brindándome nuevas capturas. Peces que no se doblegaban a pesar de la tensión que ejercíamos con nuestros brazos.
Cualquiera que no haya experimentado esta sensación, no puede imaginarse la nobleza de este repudiado de nuestros mares.
Reune todas las características de un pez deportivo, por lo que no se debe subestimar, sin haber tenido uno al otro lado de la línea.
La mañana avanzaba y todos los presentes disfrutaban con las capturas. El buen ambiente y las risas iban apoderándose de la zona intermareal.
Varios coches que circulaban por una carretera próxima se detenían, y sus ocupantes miraban lo que aquellos "locos" hacían metidos hasta la cintura. Pero como dice la canción ... no estábamos locos ... sabíamos lo que queríamos.
El cielo concedió una tregua, y unos tímidos rayos de sol lograban aventurarse entre las nubes para animarnos a seguir metidos en el agua.
Los chapoteos continuos en el agua, eran el signo inequívoco de que las capturas se producían ahora a buen ritmo.
Yago sacaba otro bello ejemplar, mientras yo perdía algunos por forzarlos demasiado. Aquel frenesí de peces poniendo a prueba nuestros equipos, invitaba a lanzar con celeridad para sentir nuevas carreras y cabezazos.
Y cuando la jornada ya se acercaba a su fin, clavo otro ejemplar de mújol. Pero este tenía algo especial.
Sus carreras iniciales advertían que la salida del backing podía ser inminente. Tras unas huídas, el pez dio un coletazo y se fue buscando el fondo. Intentaba elevar la caña, pero el pez no se movía de su sitio. Sin duda había un ejemplar de buen porte al otro lado de la línea. ¿Qué hacer en este caso? Paciencia.
Tras unos minutos de lucha, el brazo pedía un respiro. Cambié la caña de mano, manteniendo la tensión. Una nueva carrera hacía que mi carrete girase en el sentido opuesto al que yo quería.
Otra vez a cambiar de mano, aguantando el tirón. El bajo de línea soportaba los embites, pero mi brazo volvía a flaquear.
!!No logro mirar el pez¡¡
Calculo que ya llevaba casi diez minutos intentando ver lo que se encontraba prendido en mi anzuelo, cuando para mi sorpresa ... el pez se suelta.
Me lamento por el fatal desenlace, pero cuando acerco la mosca a mi mano, me doy cuenta de un detalle importante en el anzuelo.
!!Se había roto¡¡
Esta última contienda me animó a seguir a los compañeros que ya caminaban hacia los coches.

Después de comentar algunas impresiones sobre la jornada, nos fuimos a comer. A pesar de esperar un buen rato para comenzar la comida, el ambiente que reinó en todo momento fue de lo más agradable.
Una conversación amena, aderezada con unas risas, fueron un acompañamiento ideal para una comida que nos sentó de maravilla después de varias horas lidiando con las lisas.

Ahora ya sólo queda echar mano de los recuerdos de esta excelente jornada de pesca y esperar a que la próxima no tarde en llegar.

Gracias a todos los asistentes.
 La jornada según Santi: http://santinitas.blogspot.com.es/2012/08/cronica-de-la-1-quedada-de-mosca-mar-de.html
La jornada según Arturo: http://wwwescueladealonso.blogspot.com.es/2012/08/quedada-de-muxos-en-lires.html
La jornada según Luis: http://luismerayo.blogspot.com.es/2012/08/nueva-quedada-de-pesca-mosca-en-ria-de.html
La jornada según Yago: http://lubinasytruchas.blogspot.com.es/2012/08/de-nuevo-en-lires.html 

jueves, 20 de octubre de 2011

Inicio con la mosca en el mar

El domingo Diego y yo nos acercamos hasta la costa para intentar capturar alguna lubina con la técnica del surfcasting.
La bajada hasta el pesquero es un tanto mala, pero la subida es lo que realmente preocupa al pescador, ya que una pescata en un lugar así, puede ser un suplicio a la hora de ascender.Una vez abajo, comprobamos que el mar estaba bastante pasado. Aún así decidimos probar suerte, pues a eso habíamos ido.
A lo lejos observamos tremendas olas rompiendo contra la costa granítica, pero en nuestra posición las olas eran algo menores.

¡¡¡Manda cojones!!!
Tras unas cuantas horas intentándolo, tuve un par de picadas, si bien ninguna quedó prendida. En ese momento observamos a tres surfistas bajando por las rocas. Comenzaron a hacer sus preparativos a escasos metros de nuestra posición. Diego y yo intuímos que tendrían la desfachatez de ponerse a surfear delante nuestra.
¡¡¡ Bingo !!!

Los tres individuos tomaron posiciones frente a nosotros y comenzaron a divertirse.
Y nosotros, ni cortos ni perezosos, seguimos pescando.
Si se enganchaban en alguno de nuestros anzuelos o se golpeaban contra el monofilamento de generoso diámetro, pues ... ¿qué se le iba a hacer?
Sólo tuvimos algo de precaución en los lances, pues un plomazo en la cabeza podía mardarlos directamente al reino de Morfeo o peor aún, al tanatorio.
Luego llegaron otros dos y se sumaron a la fiesta.

Lo que más me molestó de esta gente es que habiendo llegado antes, actuaron como si nosotros no estuviéramos. !!!Y eso que nosotros pagamos una licencia¡¡¡
Aunque los surfistas se habían ido, decidimos cambiar de zona, en vista de que la marea ya dejaba pescar desde la arena.
Durante un buen rato lo intentamos, pero aquí no hubo respuesta alguna.Con la marea bajando, las olas aumentaron de intensidad.
Neptuno nos estaba mandando una indirecta y tras aguantar un poco más en el lugar, decidimos marcharnos a otro sitio.Después de un ascenso de los que ponen a prueba la condición física del pescador, llegamos arriba. Una vez allí, nos acercamos a un bar para tomar algo, antes de partir a un nuevo pesquero.
Pedimos un par de cervezas y el camarero se fue a la cocina.
¿Y qué trajo?
Ni cacahuetes, ni patatillas, ni aceitunas rellenas de anchoa, ...
!!! Nos puso un par de nécoras por cabeza ¡¡¡

Tras "encargarnos" de tan suculentos crustáceos, pusimos rumbo a una nueva playa.
Unos minutos en el coche y llegamos al lugar. Resulta que con el buen tiempo que reinaba, la playa tenía bastantes bañistas.
Por desgracia, el mar aquí era escaso, así que volvimos a los coches.

Coincidencia
Diego y yo estábamos sentados en unas barandillas de madera, junto a los coches, cuando sendas parejas se encaminaban hacia la playa. Uno de los hombres se dirigió hacia nosotros.
Yo pensé: -
Un guiri que quiere saber algo.
Entonces nos preguntó si éramos pescadores, a lo que respondimos afirmativamente.
Tras un intercambio de palabras, él hombre me dijo: -Yo soy Julio.
Inmediatamente le comenté algunos datos, referentes a los comentarios en este y en otros blogs. A partir de ahí surgió una conversación sobre pesca y sobre lo magnífico del entorno en el que nos encontrábamos. Unos minutos muy amenos sin duda, que finalizaron cuando Julio recordó que había tres personas aguardando por él.
- Encantado de haberte conocido Julio -

Por la tarde me fui al aeropuerto a despedirme de Walter, que se marchaba de vacaciones y a continuación me fui hasta un bar en el que Antonio y Ángel (dos pescadores) me esperaban. Horas y horas de charla sobre pesca, para olvidar el incidente de la mañana.

Al día siguiente ...El lunes también nos acercamos a la playa a por las lubinas. En esta ocasión fuimos Diego, Rubén y yo.
Si en el interior el tiempo era estupendo, en la costa había una espesa niebla que invitaba a quedarse en casa.La niebla fue en aumento mientras efectuábamos los primeros lances.
La visibilidad era bastante escasa, pero la suficiente para estar pendientes de las evoluciones de los compañeros y de las cañas.El mar se había venido a menos, pero había que aprovechar el cebo que llevábamos.
Con un poco de suerte podríamos poner en seco alguna lubina.Las cañas aguardaban pacientes a que algún pez diese la señal inequívoca de una picada.
Algunas veces los cebos venían comidos en parte, cosa que se la atribuía a pequeños peces.Tras varias horas aguardando por la picada, el sol quería disipar la niebla.
La temperatura se volvía más agradable y la luminosidad iba en aumento, alejándose el día de las condiciones iniciales.Observé algunos agujeros en la arena, que presumiblemente serían obra de algún anélido.
Cerca de nuestra posición, otro pescador lo intentaba con distintos gusanos marinos.En vista de que las picadas no llegaban, decidí coger el equipo de mosca que Manuel me había dejado días atrás.
Sería todo un reto, pero intentarlo ya merecía la pena.
Me fui hacia un lateral de la playa y busqué una zona cómoda en la que lanzar con ciertas garantías.Al principio me costó bastante, pero luego ya cogí la forma que me proporcionó lances más largos.
Cualquiera que me mirase, quedaría embelasado por la plasticidad de esta disciplina, pero sacar una lubina ya era otro cantar.
Lo intenté en las zonas en las que las buscaría a spinning y lo cierto es que el lugar era muy apto, salvo por pequeños restos de algas en el agua.A la vuelta me encontré con que Diego había capturado una lubina.
Su paciencia le proporcionó la ansiada captura y por lo menos miramos de qué color eran jejeje.
Poco antes de terminar la jornada, Marcos nos hizo una breve visita. Intercambiamos impresiones sobre la jornada y con todo decidido, nos fuimos para casa.