(fotos ampliables)
El tercer día en el Masma fue día de truchas.
Los reos parecían estar ausentes y por eso las truchas fueron las protagonistas.
Zalo posa sonriente con una buena captura.
En el cuarto día nos acompaño Bernardo, que con sus sesenta y tantos años sigue vadeando y sacando peces.
Como cada lote tiene 3 permisos, yo pesqué el lote 2.
El lote 2 gracias a Dios, (me ha salido un pareado) tenía los márgenes practicables, porque hace 3 años me había costado recorrer el mismo trayecto.
Se suceden pozos y tablas en las que sólo salían pintos de salmón.
En los parados se divisaban buenos peces y fue en uno de estos donde se me soltó un buen truchón.
Como no daba alcanzado el límite superior del lote 2, decidí caminar por la orilla hasta encontrarlo, y una vez allí comenzar a pescar hacia abajo.
El buen ejemplar de reo que consiguió soltarse del rapala con un formidable salto, mermó mis ánimos y decidí descender en busca de mis compañeros.
Por el camino me encontré a una nutria en medio de un pozo. Si se amplia la imagen se puede apreciar el brillo de su ojo y la estela que deja en el agua.
También me encontré a una familia de jabalíes en la orilla opuesta, pero el ruido del velcro de mi funda estanca los puso en fuga, y aunque los perseguí orilla abajo ya no fui capaz de sacar ninguna foto pues se habían camuflado entre la espesura.
Como cada lote tiene 3 permisos, yo pesqué el lote 2.
Se suceden pozos y tablas en las que sólo salían pintos de salmón.
El buen ejemplar de reo que consiguió soltarse del rapala con un formidable salto, mermó mis ánimos y decidí descender en busca de mis compañeros.
También me encontré a una familia de jabalíes en la orilla opuesta, pero el ruido del velcro de mi funda estanca los puso en fuga, y aunque los perseguí orilla abajo ya no fui capaz de sacar ninguna foto pues se habían camuflado entre la espesura.