El documento, elaborado por la consultora Triple E Consulting, analiza los efectos del TTIP en el sector energético y la industria manufacturera en Europa.Vio la luz en enero de este año, meses después de la séptima ronda de negociaciones entre Estados Unidos y la UE, que tuvo lugar entre el 29 de septiembre y el 3 de octubre en Maryland, Estados Unidos.
Aun así, con los pocos datos disponibles que existen sobre el acuerdo comercial, el estudio dice que los beneficios para Europa en ambos terrenos (energía e industria manufacturera) serán “limitados” y en varios apartados, negativos, sobre todo en el apartado energético, puesto que, aunque el estudio prevé un leve beneficio para las renovables en Europa, destaca que Europa tenderá a aumentar las importaciones de petróleo y de gas de Estados Unidos, este último combustible proveniente del fracking.
Esto, además, podría tener sus implicaciones geoestratégicas puesto que disminuiría la dependencia energética que la UE tiene de Rusia, lo que podría conllevar en una mayor inestabilidad política en este extremo. Esto sin contar con el impacto medioambiental que se produciría en Europa y por supuesto globalmente por las importaciones de petróleo y gas a través de buques en Europa. De hecho, esto implicaría que habría que implantar en la UE plantas de procesamiento de dichos combustibles para tratarlos una vez que lleguen de Estados Unidos.
“Fuga de cerebros hacia Estados Unidos”
Otro de los efectos que el estudio considera “menores” es que se produciría “una pequeña pero potencialmente importante (en valor añadido) fuga de cerebros” hacia Estados Unidos. Como indica el informe, el acuerdo similar a éste firmado hace dos décadas entre Estados Unidos, Canadá y México, causó que “en 2006, alrededor de 65.000 canadienses y 9.000 mexicanos [altamente cualificados] fueran a trabajar a Estados Unidos”.
Otro de los elementos que critica el estudio del Parlamento es que el TTIP busca erradicar las tarifas comerciales, “sin embargo, las tarifas entre ambas partes son en general muy bajas y están, de media, al 3%”. No parece, por lo tanto, que vaya a haber un enorme beneficio por erradicar dichas tasas o barreras.
También sale mal parado el estudio oficial de la Comisión Europea sobre el impacto del TTIP en la economía europea, un informe realizado por el Centro para la Investigación de Política Económica de Londres, un centro financiado por entidades bancarias privadas y bancos centrales europeos, y vinculado a la Organización Mundial del Comercio.
Pero es que además, “el estudio no evalúa elementos importantes del debate, como las implicaciones del TTIP en las restricciones de las exportaciones, la competitividad o el mercado de trabajo”, según detalla el documento del Parlamento Europeo, si bien destaca que “no es probable que bajen los estándares en cuanto a los costes laborales más baratos”.
Ya hay blindaje a las multinacionales
El estudio del Parlamento también aborda la cláusula de blindaje a las multinacionales (el llamado mecanismo ISDS) que la UE quiereincluir el TTIP. El documento alerta de que “el mecanismo de protección a los inversores fue introducido ya en el Tratado de Lisboa [la Constitución Europea] y es probable que sea incluido en el TTIP”, sobre todo en cuanto al sector energético.
Pero el informe va a más y asegura que, en la práctica, este mecanismo ya funciona en Europa en relación a las empresas americanas puesto que “las multinacionales extranjeras pueden ya usar en Europa su derecho [a denunciar mediante la cláusula ISDS] a través de sus compañías subsidiarias” y así seguirá ocurriendo “incluso aunque el ISDS acabe siendo excluido del TTIP”.
Según el documento, en 2012, un tercio de los casos de denuncia en tribunales internacionales privados fueron resueltos a favor de los inversores privados y menos de la mitad a favor de los Estados. En el otro tercio, se llegó a un pacto entre el Estado y el inversor.
El próximo miércoles, precisamente, el Parlamento Europeo celebrará una sesión para debatir el papel del ISDS en el acuerdo comercial con Estados Unidos.