-Bien, hablemos.
-¿Empiezo yo?
-De nosotros tres, el que quieres hablar eres tú.
-Sí, bueno, es que, somos una familia, creo que tenemos que acordar estas cosas entre nosotros.
-¿Vas a volver a repetirnos tus... ideas independentistas?
-Llegó la hora. Ya no soy un niño.
-No, no lo eres.
-Si no llevo a cabo mi proyecto ahora, ¿cuándo lo haré?
-Yo sigo sin comprender tu postura.
-Yo tampoco.
-No entendemos este empeño tuyo.
-Somos una familia, tú lo acabas de decir.
-Somos Papi, Popó y Piripi.
-Si tú te vas no podremos ser sólo Papi y Piripi.
-¿Por qué no?
-Somos más que la suma de las partes, Popó.
-Somos un trío. Desde hace veinte años somos un trío.
-No somos tres. Somos uno.
-Yo necesito saber si puedo ser uno sin vosotros dos.
-No te entiendo.
-No te entendemos.
-Podríais reemplazarme. Yo creo que tu hijo podría ser Piripito.
-No quiere dedicarse a esto. Ya lo sabes, por favor. ¿Cuántas veces lo hemos hablado?
-Él debería comprender que a veces hay que sacrificarse por la familia.
-Pues tú, con tu postura, estás sacrificando a la familia.
-Y, desde luego, que lo sepas, tú no puedes ser sólo Popó.
-No podemos hacer la guerra cada uno por nuestro lado.
-Porque somos tres lados. Tres.
-Tú, solo, no eres nada.
-Tengo que probarme. Tal vez tengáis razón, pero tengo que probarme.
-¿Los monólogos de Popó?
-¿Por qué no?
-Caerás muy mal al público.
-Siempre serás el que se ha ido. Y al irse ha destrozado el triángulo.
-Papi, Piripi, vamos a ver, no nos engañemos: nuestra estrella comienza a declinar. O ya ha declinado, y seguimos viviendo de los reflejos de una luminosidad en realidad ya perdida.
-¿Por qué hablas así?
-¿Tus pretendidos monólogos serán así de coñazos? Reflejos de una luninosidad...
-Comprendo que estéis molestos, pero ya está decidido.
-¿Lo vas a dejar?
-¿Vas a dejarnos?
-Tengo que hacerlo, hermanos. No me lo pongáis más difícil.
-Como quieras.
-No vamos a rogarte que te quedes.
-Quiero hacer algo más... adulto.
-Claro.
-Esta nariz, creédme, esta nariz roja ya no es mía. No la siento como mía. Es como si se me cayera. Como sí...
-Dámela.
-¿Qué?
-Devuélvenos la nariz.
-Pensé que podría quedármela.
-Ya no es tuya. Acabas de decirlo.
-Ya no la necesitas.
-Ten...
-...
-...
-Puedo esperar un poco. Para hacerlo bien. Podemos dar un comunicado de prensa para ir preparan
-No, así está bien.
-Has renunciado a tu nariz.
-Eres libre, Popó.
-Ya no eres un payaso.