La primera entrada de esta aventura editorial... en el blog de MJ
Diario de un Náufrago I
[...]Mundos de cartón es uno de esos billetes que arrastra el viento y que de alguna manera ha ido a parar a tus manos. No tiene fecha de caducidad ni estación de destino impresa; tan sólo te permite subir al tren y acompañarme en un viaje donde recorreremos tierras diferentes; paisajes de la mente humana, y territorios lúdicos. Bienvenido a bordo.
viernes, 22 de febrero de 2013
martes, 19 de febrero de 2013
MJ TIENE UNA CABRA
Gracias a MJ, la artistaza que realiza estas maravillosas figuras de FIMO para adornar tus juegos de mesa ( http://kekosdemj.blogspot.com.es/ ) tengo la oportunidad de compartir mis experiencias como diseñador del juego Naufragos en su blog.
Otras personas a las que aún debo respuestas se han interesado ya por la (larga) historia de la publicación de este juego, una historia llena de buenos y malos momentos. Así que he decidido que no publicaré nada (o casi nada) sobre mi juego en mi blog, sino que lo haré en blog ajenos, atendiendo a todos aquellos que me lo pidan. ¿Porqué? Pues un poco por diversificar las fuentes de información y otro poco porque me gusta verme reflejado en palabras ajenas.
Desde que MJ y yo comenzamos a intercambiar correos por la posibilidad de ver a los personajes de Náufragos FIMEADOS (wow, palabreja) he descubierto en ella a una entusiasta jugona que me da muy buen rollo en todos sus comentarios y publicaciones. Es una chica estupenda (y sieeempre lo seraaa..xd) y ya que tenía su blog un poco paradillo, cosa que no se debe consentir, porque es muy fresco y sincero, he aceptado entusiasmado su interesante propuesta de hacer un diario "por fascículos" de la historia del juego.
La primera entrada de su blog es para ofrecer una primicia, una de las cartas finales del juego y la más emblemática para mí, por la historia que tiene detrás y que nos hizo reir un montón. Creo que nunca olvidaré aquella partida de "la cabra". Pero que os lo cuente ella...
miércoles, 6 de febrero de 2013
Náufragos en Nuremberg
Se acerca el final de un laaargo camino. Náufragos ha sido presentado en la feria del juguete de Nuremberg, y aquí os dejo un vídeo (en inglés) para que podáis hacer una primera toma de contacto con la producción final.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=VjBZwR7WjH4
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=VjBZwR7WjH4
viernes, 1 de febrero de 2013
ROMPIENDO UNA LANZA POR LOS JUEGOS SIN DECISIONES ESTRATEGICAS
Cada cierto tiempo, se genera una polémica sobre Talismán, un juego de fantasía con poca capacidad de decisión por parte del jugador. Tan poca, que se le ha llegado a comparar (despectivamente) con la Oca.
Pues yo
soy uno de los que les gusta el Talismán, y he estado dándole vueltas a la
cabeza sobre su comparativa con la Oca y la falta de decisiones que tiene el
juego (tan sólo elegir mover en una dirección u otra, y modificar la tirada con
los puntos de destino y poca cosa más). ¿Porqué nos divierte esto? ¿Porqué la
Oca, o juegos de recorrido con el más puro azar entretienen desde hace tantos
años a la gente? Bien, aquí van mis dos céntimos: la diversión de un juego no
tiene porqué ir relacionada con su amplitud de estrategias; si esto fuera así,
se podría hacer una lista exhaustiva de juegos más divertidos de mayor a menor,
en función de su profundidad estratégica. Y llegaríamos a la conclusión, de que
un World in flames, o el ajedrez, son
más divertidos que un Aventureros al Tren, por poner un ejemplo.
¿Se necesita un mínimo de toma de decisiones
para disfrutar (divertirte) con un juego? Mi opinión es que no. Cuando vas al
cine a ver una película, no tomas ninguna decisión: te limitas a ser un simple
espectador de lo que acontece. Y sin embargo, te diviertes. Igual que si lees
un libro. Así que a un juego, como otra forma de ocio que es, también puede aplicársele
esta máxima: no es necesario ofrecer decisión para obtener diversión.
Entonces…¿qué hace un juego así divertido?
Pues la incertidumbre. El azar. Precisamente la falta de capacidad para evitar
nuestro destino, ser simples espectadores de nuestro paso por el tablero; ya la
Oca reflejaba eso en sus orígenes, con un simbolismo que lo convertía en algo
más que en un “tiradados”, como está considerado hoy. La Oca era la simbología
del camino del hombre por las etapas de la vida, y posiblemente se jugara como
un test de la propia suerte vital del individuo. Ganar a un juego de azar puro
te anima a creer que la suerte está de tu lado, que la vida te sonríe. Ver a
los demás fracasar allí donde tú has tenido fortuna, es algo muy arraigado en
el subconsciente de supervivencia del mono que somos. Soy superior porque el
destino así lo quiere. El problema es que la Oca ha perdido esa simbología con
el paso del tiempo. Y ahora tenemos Talismán. Un juego con un mínimo de
decisiones, y que sin embargo ha sido jugado durante décadas y nuevamente
reeditado con éxito. ¿Porqué? Porque al margen de su poca estrategia, el juego
es capaz de contar una historia. Es como ver una película de fantasía. Su
mérito es involucrarte en el mundo de ese tablero, de esas cartas con sus
textos literarios de ambientación. Y gracias a esa inmersión, se recupera el
placer de vivir una vida ajena (la de tu aventurero) casi como mero espectador,
pero a la vez, jugando de nuevo a desafiar a los designios del azar.
La incertidumbre, creo que es la clave. El
enfrentarte a algo que no vas a poder controlar, dejar las riendas de tu
destino en manos del azar, no tener que tomar decisiones, simplemente “ver la
película” o “correr la carrera”. Tanto meditamos en nuestra vida acerca de
todo, que a veces un juego “simple” o incluso de azar puro, puede permitirnos
por un rato desconectar nuestra mente racional y conectar el lado irracional,
aquel donde podemos creer en nuestra propia fortuna, ese que nos hace soplar los dados como para insuflarles poder
antes de hacerlos rodar.
Y esa incertidumbre, que es común a una película,
un libro, o un juego de azar, es lo que nos hace divertirnos con este tipo de
juegos.
La experiencia de Talismán con respecto a
Runebound es distinta. En el primero, busco dejarme llevar por la película que
cuenta el juego (es como ver una y otra vez la Princesa Prometida); en el
segundo, trato de decidir mis mejores opciones, tienes un control que te obliga
a pensar. Y a veces pensar no es tan divertido como soplar dados.
Por cierto, y volviendo a la Oca, he encontrado esta entrada en un blog, donde podréis admirar una maravillosa colección de tableros de este juego. La gran mayoría de ellos son preciosas obras de arte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)