Para un chico no de campo como yo resultan sorprendentes ciertos actos de la naturaleza que me debieran pasar desapercibidos. Estoy tumbado frente a un pantano y me resulta extraño ver lo cerca que una niña de dos años puede estar de los patos, incluso no se van aunque se acerquen los padres. También me resulta curioso como los patos más grandes protegen a los más pequeños. Y hablando de pequeños he de decir que me he reído a gusto viendo a un patito zambulléndose bajo el agua constantemente, supongo que estaría pescando.
Algun@s de ustedes sabrán que para mi la coca-cola además de un refresco es una medicina, mi madre siempre nos daba coca-cola cuando estábamos malos. Lo comento porque he descubierto otra utilidad, y es que tengo un bote abierto y las moscas han dejado de molestarme por ello, parecese ser que les ocurre como a las personas, si hay barra libre entonces allí se quedan ancladas.
Para quien no lo sepa hoy es uno de Noviembre y aquí, en España es el Día de Todos los Santos. Es decir, que hay que ir al cementerio a poner flores y a limpiar la tumba de nuestros antepasados. De ahí que no trabaje, porque es festivo, y hayamos aprovechado para salir de nuestra mini-ciudad.
Estoy exactamente en Cortes de Pallás, tal vez luego suba al pueblo pero aquí, en el Pantano, estamos de lujo, como diría un tio de mi novia.
Por cierto, a mi izquierda hay un pajarito muerto, está junto a la base del tronco de un árbol, y me ha hecho recordar que todo tiene un fin así que aquí termina la entrada de hoy.
