Para cerrar el mes de junio, el ciclo Cuatro Ficciones convocó a cuatro poetas platenses, Carlos Aprea, Virginia Fuente, Patricia Coto y Miguel Delía. Los cuatro, de diferentes generaciones, mostraron una diversidad tanto por sus orígenes, su formación como poetas hasta ciertos gustos. Aunque mostraron un punto en común: la plenitud a la hora de escribir poesía.
Ante la pregunta de cómo fue sus primeros contactos con la poesía, todos coincidieron en recordar la escuela secundaria primero, y la universidad después, como los espacios donde conocieron a los primeros poetas. A Virginia Fuente fue un profesor de matemáticas quien le transmitió su amor por la poesía. El caso de Miguel Delía ilustró el encuentro al comentar que había escuchado a “una profesora leer unos poemas en voz alta, y entonces pedí cursar esa materia”. Esa profesora era Patricia Coto, sentada a su derecha. Carlos Aprea, egresado de una escuela técnica y técnico químico, fue el único que citó otros ámbitos de formación. “La radio, el cine, las revistas, las letras de las canciones, eran lugares donde descubrí que había poesía”. Ese comentario abrió un debate que se prolongó a partir de preguntas y acotaciones del público: la relación entre la música y la poesía. La pregunta circundante era si acaso las letras de una canción configuraban un poema. Y los nombres de letristas, con perfil de poetas, surgieron de forma espontánea. Homero Manzi, Spinetta, Manuel J. Castilla.
En el encuentro hubo lugar para situarse ante la relación entre la ciudad y los poetas. Patricia Coto fue clara en ese sentido: “poetas tienen todas las ciudades, no sólo La Plata. Berisso, Mar de Plata. No creo que sólo sea una característica de la ciudad”. Y luego retrató su paso por los grupos que integró, Latencia, Contrastes, Los Albañiles, como lugares diversos y a la vez, estimulantes. Carlos Aprea, ante la cuestión de la poesía y la ciudad, agregó:”hay mitos que son buenos y otros que son malos. Si acaso el mito de “una ciudad de poetas” sirve para que se escriba más poesía, bienvenido sea ese mito”.
Como cierre, hubo una ronda de lectura de poemas. Algunos eligieron versos inéditos, como el caso de Patricia Coto y Miguel Delía. Lo mismo Virginia Fuente, quien leyó un poema dedicado al Equipo de Antropología Forense, que despertó aplausos del público.
El ciclo continúa en julio con un mes donde estarán invitadas tres mujeres de amplia trayectoria. Comienza el próximo jueves, con la crítica literaria y ensayista Josefina Ludmer, el 8 con María Rosa Lojo y el jueves 15, cerrando la primera parte del año, Liliana Heker.
Ante la pregunta de cómo fue sus primeros contactos con la poesía, todos coincidieron en recordar la escuela secundaria primero, y la universidad después, como los espacios donde conocieron a los primeros poetas. A Virginia Fuente fue un profesor de matemáticas quien le transmitió su amor por la poesía. El caso de Miguel Delía ilustró el encuentro al comentar que había escuchado a “una profesora leer unos poemas en voz alta, y entonces pedí cursar esa materia”. Esa profesora era Patricia Coto, sentada a su derecha. Carlos Aprea, egresado de una escuela técnica y técnico químico, fue el único que citó otros ámbitos de formación. “La radio, el cine, las revistas, las letras de las canciones, eran lugares donde descubrí que había poesía”. Ese comentario abrió un debate que se prolongó a partir de preguntas y acotaciones del público: la relación entre la música y la poesía. La pregunta circundante era si acaso las letras de una canción configuraban un poema. Y los nombres de letristas, con perfil de poetas, surgieron de forma espontánea. Homero Manzi, Spinetta, Manuel J. Castilla.
En el encuentro hubo lugar para situarse ante la relación entre la ciudad y los poetas. Patricia Coto fue clara en ese sentido: “poetas tienen todas las ciudades, no sólo La Plata. Berisso, Mar de Plata. No creo que sólo sea una característica de la ciudad”. Y luego retrató su paso por los grupos que integró, Latencia, Contrastes, Los Albañiles, como lugares diversos y a la vez, estimulantes. Carlos Aprea, ante la cuestión de la poesía y la ciudad, agregó:”hay mitos que son buenos y otros que son malos. Si acaso el mito de “una ciudad de poetas” sirve para que se escriba más poesía, bienvenido sea ese mito”.
Como cierre, hubo una ronda de lectura de poemas. Algunos eligieron versos inéditos, como el caso de Patricia Coto y Miguel Delía. Lo mismo Virginia Fuente, quien leyó un poema dedicado al Equipo de Antropología Forense, que despertó aplausos del público.
El ciclo continúa en julio con un mes donde estarán invitadas tres mujeres de amplia trayectoria. Comienza el próximo jueves, con la crítica literaria y ensayista Josefina Ludmer, el 8 con María Rosa Lojo y el jueves 15, cerrando la primera parte del año, Liliana Heker.
Ramón D. Tarruella
Foto: Delfina Magnoni
Nota publicada en el diario Diagonales, el 27 de junio de 2010.
De izquierda a derecha: Virginia Fuente, Patricia Coto, Miguel D´Elía y Carlos Aprea.