Algunos descansan del largo
viaje en el humedal cercano, otros echan una cabezada en los nudos de
los árboles. A la caída de la tarde, cuando la niebla enmaraña
el valle, los ancianos, alrededor del fuego de los elfos, debaten
sobre el futuro del bosque, embriagados por el cóctel de asperula
olorosa, que han traído las hadas. Los duendes saltarines y los
trastolillos entretenidos con las libélulas, se enredan con las
raíces de los árboles. Con una alegría efervescente juegan a
desatarse, hasta darse de bruces y desternillarse de risa. Cuando
llegan los lutines, koboldes y goblines del norte deciden empezar.
Faltan los trasgos que tienen su propio ritmo y nadie se lo tiene a
mal. La conferencia de los gnomos es soporífera. Los oyentes más
jóvenes se duermen. A veces, por un instante, escuchan y se
cercioran de que lo que dicen sigue sin ser importante. Durante la
velada observan inquietos los claros del bosque, los riachuelos, los
regatos. Ninguno se atreve a nombrarlas pero sienten un cosquilleo al
pensar que las ninfas y las xanas bajarán por el arroyo desde el
manantial y, vestidas de agua, alborotarán la fiesta, prevista para
la medianoche.
Participé en la IV edición del concurso Leonardo Barriada propuesto por la asociación Félix Martino de Soto de Sajambre. El tema era Las criaturas del bosque. Me colé entre los diez finalistas. Ganadores han sido Yolanda Nava Miguelez y Luís San José López. Pincha aquí para leer los textos y escucharlos.
Participé en la IV edición del concurso Leonardo Barriada propuesto por la asociación Félix Martino de Soto de Sajambre. El tema era Las criaturas del bosque. Me colé entre los diez finalistas. Ganadores han sido Yolanda Nava Miguelez y Luís San José López. Pincha aquí para leer los textos y escucharlos.