(Publicado en mi libro Trío Vivo, 2011 ©)
Allí estabas y yo no sabía.
Me espiabas con lujuria
mientras mis ropas caían
para mi rutina de baño.
Allí estabas, espiándome,
con la complicidad de la luna
y el guiño de las estrellas
reflejándose en mis ojos.
Si hubiera sabido…
¡Ay, si hubiera sabido…!
¿Te habría invitado a pasar,
o habría ganado mi pudor?
¿Habría corrido mi cortina
sudorosa, lentamente
ofreciéndote el plato principal
sazonado con espuma…?
¿O habría gritado a la noche
pidiendo socorro?
Allí estabas y lo supe:
“¿Qué esperás? Aquí estoy…”
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