Volvamos con la barrera antifascista preguntándonos a quien corresponde el crédito por tirarla abajo. Como protagonistas no faltan, depende desde donde se lo mire
Tradicionalmente se le atribuye la hazaña a Gorby.
No niega su cuota, aunque alguien diga "
Gorby no tiró el muro".
Köhl tampoco le quita mérito, ni a gorby y ni a los norteamericanos, aunque se pone a sí mismo por sobre todos los demás, citando y de alguna forma comparándose con Bismarck y Adenauer, de quienes vendría a ser histórico continuador.
Lech Walesa destaca como importante la debilidad de Gorby, pero los protagonistas de la historia fueron ellos -los polacos- y solidaridad, mucho antes de la caída del muro, y inmediatamente previa a esta, por facilitar la escapatoria de alemanes. El comunismo no cayó por acción de los políticos. Diría junto al sociólogo compatriota Piotr Stompka que los movimientos sociales son los agentes del cambio. Es la visión más coincidente con la del
último entrevistado de Newbooksinhistory (uno nuevo, no el de la semana anterior), al hablar especialmente del factor popular y juvenil en las revoluciones que ultimaron al comunismo. No fue tanto la participación de EEUU o del Papa, sino que en los 80´s se perdió respeto y temor por la autoridad de un regímen político sólo totalitario en el nombre.
Of course, mirado desde la
derecha norteamericana, el mayor responsable fue Reagan con su "tear down this wall". Yo mismo he reconocido el liderazgo de los presidentes norteamericanos, cuya carencia en Obama -no irá a las celebraciones de mañana- es cuestionada duramente desde National review.
¿A quiénes, en vez de captar mérito, le toca ocupar un papel vergonzoso en este proceso? Por lo pronto a
Maggie Thatcher, por su permanente doblez de erigirse en pilar anticomunista e ir corriendo atrás de Gorby (reformista, pero dictador de la URSS, al fin y al cabo) para tratar de impedir la unificación alemana. Según leí en otra nota, Thatcher sólo dio el visto bueno -y tardiamente- cuando el Foreign office la convenció de que la incorporación de la parte comunista iba a hacer más débil y no más fuerte a la república federal alemana. Si para algo era dura la dema de hierro era para entender.
Otro que no se lleva el lugar más honroso es
Krenz, último presidente comunista de la ddr. Hasta lo metieron preso por hacerlo responsable de la muerte de fugitivos alemanes. En cuanto a las movilizaciones, coincide con Gorby en que en ningún momento se impartieron órdenes de reprimir, y por ende no hubo necesidad de aplazarlas a último momento.