miércoles, 17 de junio de 2009
miércoles, 21 de mayo de 2008
Pico, pala y piropos
Es muy probable que el piropo fuese inventado por un albañil mientras construía su palafito y a buen seguro éste debió de ser un: “ug, ug, ug, y te la metía hasta los huevos”.
Y poco más avanzaron los albañiles en el tema del piropeo, afortunadamente sí lo hicieron en otros terrenos, prueba de ello es que no se te cae la pared encima a la hora de colgar un cuadro.
En referencia a la brutalidad que los albañiles tienen a la hora de soltarlos, hago esta entrada para salir en defensa de tan castigado gremio, sobre todo ahora que por razones económicas muchos deberán bajar del andamio para irse directos a la cola del paro.
De entrada debo decir que trabajo en una empresa del sector de la construcción y que paso mucho tiempo en obras, por lo tanto algo sé de las costumbres de estas especies y a la que con mucha honra pertenezco.
Tengo que empezar diciendo que es cierta la fama que tienen estos obreros, como también debo decir que he visto a muchas señoras pavonearse muy intencionadamente delante de la hormigonera y no quedarse a gusto hasta que el de la pala le larga un piropo.
Y alguna he visto como después de provocarlo se hacía la ofendida, a otras agradecerlo con una sonrisa y al piropo más brutal que en mi vida he oído, la chica se partió de risa y este era un: “nena, que buena estás me cago en la cona que te parió”.
Un poco brutos sí son, pero… ¿y cuándo ellos son las víctimas de las provocaciones del sexo contrario?, ¿o te crees que no las hay?...
Tengo compañeros que han puesto peros o se han negado a ir a trabajar a las casas de muy distinguidas damas por tener la señora la mala costumbre de vestirse o desvestirse delante del pobre hombre o porque se le paseaban por delante de las narices en pelota picada… y aun por encima: "¿usted qué mira?... atienda a lo suyo".
Y alguno tengo también que se sacaba buenas propinas quedándose a hacer extras fuera del horario, y no precisamente de albañilería o pintura, así como de alguno que otro que acabó casándose con la clienta.
Recuerdo también que en Santiago, cuando se levantó el conocido edificio de Simago, a una estudiante que paralizaba toda actividad en la obra de 11 a 11,20 de la mañana, al ducharse a conciencia con la ventana abierta y a la vista de un ciento de operarios, que si bien al principio la cosa comenzó tímidamente, poco a poco fue adquiriendo tal descaro que al final incluso le aplaudían, dedicándoles ella en más de una ocasión un más que sugestivo bailoteo de las tetas, claro que eso sólo lo hacía cuando estaba contenta, porque cuando no tenía buen despertar se cagaba en la madre de todos.
Y aquel despelote diario adquirió el tono de oficialidad, cuando el propio encargado cambió la hora del bocadillo para la hora de la ducha.
Y casos como el de esta morena un motón, pues en frente de una obra siempre solía tocar una vecina que diese la nota, siendo en alguna ocasión el espectáculo tan completo que aprovechándose de que tenía público, o se hacía un apaño ella sola o se lo montaba con su pareja… eso sí, antes de abrir las piernas abria las cortinas.
En fin, que la mala fama recae en el pobre albañil, aunque los de ahora no son tan echados p’alante como los de antes, además hoy en día en las obras se lleva el piropo rumano, búlgaro o marroquí. Que vete tu a saber lo que te están llamando.
sábado, 3 de mayo de 2008
Manual de bolsillo para padres
Así que basándome en la experiencia que tengo tanto como adolescente, porque lo he sido, y padre porque mi churri dice que sí, escribo este MANUAL DE BOLSILLO PARA PADRES, esperando que en un futuro os sea de gran utilidad... y que os quepa en el bolsillo, por supuesto.
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Los que me leéis sabéis ya que estoy de fiestas, momento que los más jóvenes aprovechan para desmadrarse un poco más ya que también se les da un poco más de libertad.
Y aprovechándose de esa libertad el chaval, con 16 años, me llegó a las 4 de la madrugada, momento en el cual yo me estaba planteando salir a buscarlo disimuladamente, es decir, como si fuese a buscar tabaco.
Porque no es conveniente dejar quedar mal al chaval cuando está con sus amigos, esto puede volverse en contra de uno ya que ha de querer hacerse el “gallito” ante ellos y puede verse usted en un entredicho.
Voy a poner como ejemplo de que se lo encuentra haciendo botellón con sus amigos. En este caso recomiendo acercarse al chaval como si fuese a saludarlo:
-“coño hijo, tú por aquí… ¡que guay!, pero sí estáis haciendo un botellón”- agréguese y que lo inviten a una copa.
Una vez con la copa en la mano tiene dos opciones, una es el querer hacerse el simpático con lo que probablemente su hijo quiera irse rápido para casa por vergüenza o, si usted acaba cayéndoles simpático beba rápido y agárrese una buena tajada, que malo será que su hijo no lo lleve a casa.
Tampoco se fíe y piense que su hijo es un santo si lo ve agarrado a una botella de agua. Sepa que cuando van de pastillas es lo que beben, aunque no sé yo si las pastillas rulan por las verbenas de pueblo. Pero no se fíe.
En caso de que su hijo llegue antes de que usted salga a buscarlo, obsérvelo con atención y para ello siga estas recomendaciones.
Haga como que va a hacer pis, o haga como que va a hacer lo que la de la gana, pero levántese y vaya hasta junto del chaval… y disimule coño, bostece o ponga cara de dormido, pero que no se le note que va en plan policía.
Pregúntele que tal se lo ha pasado y mientras el chaval habla, usted huélale bien el aliento para saber si fumó o bebió.
Mírele bien a los ojos si observa que tiene los párpados pesados y los ojos rojos es señal de que le llega fumado y si llega con hambre es señal de que no ha cenado. Llámele entonces la atención por salir de casa con el estómago vacío.
Y si no ha notado ninguno de estos síntomas, hágale una pregunta fácil para comprobar su lucidez mental.
Yo por ejemplo, ayer le pregunté al mío el año en que fue lo del famoso 2 de Mayo, y si no llega a ser por su buena lucidez la entrada de abajo hubiese empezado de otra manera muy distinta, quién sabe, a lo mejor con un: “Si el 2 de Mayo de 1.492….”
miércoles, 9 de abril de 2008
Visita al doc
-Hola Manuel-, me saludó muy efusivo, por lo que a simple vista pensé yo que ya me había reconocido.
-Pues verá doctor, creo que me ha cogido un frío que ahora estoy como estoy, con un poco de tos, algo más de mocos y mucho de dolor de cabeza-.
Me llevé una satisfacción al ver que un ignorante como yo coincidía en el diagnóstico con todo un profesional de la medicina.
Pero esta satisfacción de tornó en susto cuando viendo mi historial me preguntó que tal iba de lo mío, es decir, del mal que me aquejaba en la última visita que le hiciera.
Y como había sido ésta motivada por la próstata y para una mejor observación de la misma me había introducido un dedo por cierto sitio, instintivamente y por reflejos, fue oirlo y el culo se me cerró a cal y canto, aunque más que cerrado diría sellado, pasándome por la cabeza en ese momento que si me diese un apuro hubiese reventado, pues no quedó ni un simple resquicio por el que urgarme el orificio.
-Cojonudamente- respondí procurando ser convincente, y creo que lo conseguí pues la cosa no pasó de ahí.
De ahí derivó la cosa a una conversación entre profesional e informal, de la que extrajo el galeno que mi dolor de cabeza nada tenía que ver con el catarro.
Y comenzó un rosario de preguntas acerca de ciertas conductas, las cuales iban desde qué tal dormía, hasta que tal jodía… y se me volvió a cerrar el culo, pansando para mí: -“este quiere volver a darme”.
Ahí quedé un poco descolocado, motivado quizá a que estaba yo un poco obsesionado, por lo cual le pregunté: ¿qué tiene que ver la tos con el culo?... percatándome yo que tras hacérsela, descolocado ahora quedaba él, quedándose callado y con cara de confuso para mí mirando, lo que me llevó a preguntarme: “¿qué pensará éste en lo que yo estoy pensando?”.
Rápidamente recapacité, diciéndome para mí: “antes de mencionar de nuevo el culo, prefiero hacerme el mudo”.
En fin, que ese tema quedó cerrado, más o menos como mi ano.
Después de unas cuantas preguntas a las que yo dí cumplimentada respuesta, sacó el doctor una nueva conclusión y es que mis dolores de cabeza, no tenían nada que ver con la catarro que me traigo, y de nuevo otra satisfacción personal he sacado al ver que si bien este diagnóstico no coincidía con el mio, tampoco este dolor era causado por el ano… tras lo cual me relajé y este volvió a su estado.
Y me dio unas indicaciones de cómo debía tomarme las cosas, especialmente las de la vida, algunas en las que debo cambiár y otras de las que me debo olvidar.
Volví a coincidir con él en esto, aunque ciertamente sólo en parte, pues hice un rápido repaso a las cosas de que me recomendó dejar y si bien la teórica la tengo aprobada, es en la práctica donde la cago.
Así que cuando de la consulta salí lo hice recapacitando, llagando a la conclusión de que lo mejor es seguir con el jarabe para la tos y olvidar que por allí he pasado.
Aunque algo de lo que me dijo sí llevé a cabo, motivo por el cual hago hoy esta entrada desde mi puesto de trabajo.
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Moraleja: si no te puedes tomar la vida con más calma, tómatela al menos con un poco más de cachondeo.
martes, 1 de abril de 2008
Detecte un infarto cerebral
Acabo de recibir un correo electrónico que traía adjunto una presentación de Power Point, en la que se explica los pasos a seguir para poder detectar un infarto cerebral. Así a bote pronto, la información me parece interesantísima, pues no cabe duda que conociendo los síntomas se podrían salvar muchas vidas, al menos eso dice esta información.
Espero que mi médico haya recibido también este e-mail, ya que él por dedicarse a eso puede salvar más vidas que yo.
Anda que no se iba llevar éste una sorpresa si le aparezco en la consulta con algo que no sea catarro o resfriado. Y ya no te digo si le entro por la puerta diciendo: “hola doc, vengo a que recetes algo para el infarto cerebral que me ha dado”.
Espero también que para comprobar que efectivamente se trata de un infarto, no tenga que introducirme el dedo por el culo como cuando fue lo de la próstata…
Pero volviendo al hilo de esta entrada, hay que decir lo util que resulta que la gente esté informada y preparada para actuar en un caso de emergencia. Aunque bueno, en este caso la información que me han enviado sólo decía como detectarlo, yo creo que si se hubiesen molestado en hacer una presentación un poco más extensa podrían incluso decirnos como curarlo.
Pienso que es más que probable que el Power Point que he recibido esté hecho por un médico de la Seguridad Social, y lo digo porque en verdad, eso de que simplemente te digan de que te vas a morir sin darte una solución, es una práctica comun en los médicos del seguro, aunque bueno, por romper una lanza a favor de éstos debo decir que no te dejarían morir tan facilmente, pues malo sería que no te recetasen un jarabe para la tos, un spray para los mocos y unas pastillas para tomar en caso de que te duela… ojito, sólo si hay dolor.
Del mismo modo que pienso que esta información tampoco ha sido realizada por un médico de la privada, pues de haberlo hecho uno de estos diría: “si tiene este síntoma y este y este otro, es que acaba de padecer usted un infarto cerebral. Pásese por la consulta del doctor “tal”, en la calle “cual”, somos especialistas. Consulta previa cita”.
Pero bueno, algo es algo y lo que verdaderamente importa es que en lo tocante a la prevención de ciertas enfermedades vamos avanzando algo, al menos yo, que una vez leido el correo ya sé como detectar un infarto cerebral, lo cual menciono aquí para información de los lectores de este blog.
Según la información que he recibido y si vemos que una persona sufre un desvanecimiento, debemos someterlo a las siguientes pruebas y por este mismo orden: que sonría, que levante los brazos y que diga una frase coherente.
Si da positivo, es decir, que no es capaz de hacer nada de lo que le pedimos, es probable que padezca un infarto cerebral… pudiendo ser también que esté borracho (esto no lo dice la información pero lo digo yo, que he llevado a casa a más de uno).
Por si acaso, antes de llamar a una ambulancia tómese la molestia de olerle el aliento… si es que aun respira… Pero bajo ningún concepto, repito, BAJO NINGUN CONCEPTO, le introduzca el dedo por el culo… pues aparte de que la cabeza y la próstata no están relacionadas entre sí, puede caerle una hostia más la consiguiente denuncia por tocamientos.
Salud a tod@s.
domingo, 30 de marzo de 2008
Beber, beber...
Y no sólo la cola, si no que encontrar el baño debe de ser toda una odisea. Con un par de copas encima y en medio de tanta tropa, ponte tú a buscarlo… es que como lleves un poco de urgencia acabas meando en la primer rincón o entrada de garaje que encuentras.
Y claro, al día siguiente voy yo tan tranquilo a sacar el coche del garaje, resbalo y me caigo de culo en tú meada… ¿te parece bonito?... ¿y mi pantalón, qué?...
Hay un dicho en mi tierra que dice: “si no lo sabes mear, no lo bebas”… Bien, pues yo sí lo sé mear, por lo tanto estoy capacitado para hacer esta homilía y daros un par de consejos a vosotros que salís por la noche, vais de botellón y bebéis hasta perder el norte, sur, este y oeste, siendo capaces de únicamente reconocer el camino que os lleva a la cama.
Y mi primer consejo es que bajo ningún concepto meéis contra el viento, ya que corréis el riesgo de mojaros los pantalones. Evidentemente este consejo no debe afectar a mujeres, salvo a aquellas que sepan mear de pie.
Mi segundo consejo es que antes de beber hay que meterle algo sólido al estómago, una buena cena. Ya sé que así hay que beber más y es más caro, pero que coño, con lo que os ahorráis haciendo botellón podéis cenar bien antes, o al menos meterle un bocata potente.
Ir bien alimentado tiene además una ventaja, y es que si te da por “potar” tienes materia que echar y una vez vaciado todo te sentirás como nuevo… vamos, que aun te queda cuerpo para siete cubatas más. (Pido perdón por, pero las cosas hay que decirlas como son, por muy guarro que suene o como en este caso se lea).
Otro consejo que doy es el de beber despacio. Es cierto que a mis 17 ó 18 años, que más o menos fue cuando dejé de tomar Coca-Cola sola, no se llevaba lo del botellón, aunque también es cierto que a la edad de 12 años participé en un mini botellón que organizamos los coleguitas del barrio bajo el palco de la música el día de la verbena.
Éramos cuatro y nos bajamos un litro de vino blanco de clase obrera, marca COES, fumándonos al tiempo un paquete de CELTAS sin filtro… El “pedo” fue monumental y menos mal, pues sirvió como anestesia de los palos que nos cayeron al llegar a casa.
Menos a Manuel, al que su padre acostó en cama como si nada. Y no sólo le perdonó la trastada, si no que al día siguiente cuando llegó a casa dispuesto como siempre para ver la tele, su padre lo esperaba con otra botella de vino y otro paquete de tabaco… y lo obligó a beber vino y fumar tabaco hasta que cayó de la silla.
Salió a la calle después de dos días metido en cama, cuando hablamos con él nos dijo: -“el primer trago bajó bien… pero a partir de ahí cada uno que tomaba sentía como en vez de bajar subía, lo que me hizo pensar que me iba a salir el vino por los ojos y el humo del cigarro por las orejas”-.
Esto confirma lo dicho anteriormente, pues su padre lo hizo beber con el estómago vacío al mismo tiempo que él quiso beber rápido para poder ver “Los Chiripitifláuticos”.
Manuel, nunca más volvió a tomar alcohol ni a fumar.
Otro consejo que os doy es el de no mezclar bebidas… y en esto tengo una más que dilatada experiencia… dilatadísima.
Era costumbre en mis tiempo el tomarse unas “tazas” de vino antes de empezar con las copas, ya que el vino “subía” antes y costaba mucho menos.
La mezcla que se producía en el estómago entre el alcohol de cierta graduación y la “química” que le echaban los taberneros al Ribeiro, era altamente explosiva, sobre todo al día siguiente, eso es algo de lo que sólo podemos hablar quienes hemos "taceado" por la calle del Franco.
De las resacas mortales que he sufrido he aprendido que no se debe mezclar la bebida, lo que dejé de hacer tajantemente, tomando desde ese momento whisky sólo y a veces doble.
Y por todo le que he dicho y por todo lo que he bebido, os recomiendo que tengáis en cuenta los consejos que os he dado antes de pillaros una mierda, es cierto que ahora apenas tomo alcohol, pero antes sí, ahora el organismo y el cuerpo me lo están repartiendo a partes iguales.
¡¡Ahh!!, una cosa por último… si te entra la gana de mear estando en la calle ten cuidado donde lo haces, porque como te pille haciéndolo en la entrada de mi garaje, me pagas un pantalón y luego te la corto.
Me da igual que el baño esté ocupado... como te pille te la corto.
martes, 11 de marzo de 2008
El jefe
Esto deja claro que Groucho, o bien trabajó muy poco, o bien no tenía ni puta idea de matemáticas ya que proporcionalmente hablando, al empresario habría que arrojarle un tercio de las cenizas más el I.V.A. correspondiente, pues de las 24 horas que tiene el día, una tercera parte, o lo que es lo mismo 8 de esas 24 horas, se las debemos a él.
Esta homilía va dedicada a esos personajes que de manera “altruista” dan de comer a los desagradecidos obreros, que no contentos con que le den lentejas y trabajo tienen aun la desfachatez de cobrar a fin de mes.
Hoy voy a hablar un poco de LOS JEFES y voy a hacerlo objetivamente, dándole al César lo que es del César y sin robarles ninguno de los méritos de los que puedan ser acreedores… los jefes odian la competencia.
Para empezar debo decir que los jefes son todos iguales, lo que nos lleva a la hipótesis de que aun siendo cada uno hijo de la suya, bien podrían ser todos hijos del mismo padre, así que por lo tanto y una vez hecha esta aclaración, te recomiendo que saques de la cabeza ese pensamiento de que tu jefe es peor que el mío.
Aparte de esa presunta paternidad tienen también otras características en común, algunas de las cuales son que no disfrutan los fines de semana, los puentes o las vacaciones, lo que fácilmente se les nota en su carácter y estado de ánimo los vísperas.
Lo mismo les sucede a fin de mes, pues ese día están que parece como si en el desayuno mojaran el churro en vinagre, enfurruñados e irascibles.
Otra cosa que también tienen en común es que les suele tocar mucho la lotería… tienen una suerte impresionante.
El mío por ejemplo tuvo en una ocasión un apretón en plena calle por lo que para hacer lo suyo entró en el primer bar que encontró. Para quedar bien con el camarero, aparte de la debida consumición le compró toda la tira del cupón y ¡hala!…. ¡25 kilos por una cagada!.
Seguro que me pasa eso a mí y voy a parar a un retrete que no tiene papel higiénico…
Y otra cosa que también tienen todos es arte para el teatro y un don para la interpretación, ya que lo mismo borda un papel dramático que uno cómico. Lo hacen tan bien que incluso llegan a dar pena, a veces también dan gana de reír pero no es aconsejable hacerlo salvo que haya contado un chiste o dicho una gracia aunque haya sido mala. Porque eso sí, los jefes puntúan mucho el que te rías cuando cuenta un chiste y castigan el que no lo hagas.
Estos papeles que adoptan los jefes de por un lado dramatizar y por el otro las risas, hay que observarlos con mucha atención, pues es un hecho comprobado que cuando uno te va llorando es porque te quiere joder y cuando se ríe es porque ya te jodió.
Pero bueno tienen también su lado bueno del cual prometo hablar el día que se lo encuentre y eso que había dicho al principio que no les robaría méritos, y no mencioné ni siquiera uno… y los tienen… ¡pero que coño!, aquí el jefe soy yo y está bien que me comporte como tal.
sábado, 8 de marzo de 2008
La guerra de los sexos
Quizá hoy no sea el día adecuado para hablar de las mujeres por lo tanto no voy a hacerlo, pero si haré un poco de memoria histórica y hablaré del “origen de la guerra de los sexos”… porque estamos en guerra, guerra fría pero guerra a fin de cuentas.
Hombres y mujeres estamos destinados a compenetrarnos aunque no a entendernos del todo, porque si bien somos humanos ambos, somos sexualmente distintos… y el sexo piensa… y piensa mucho.
Y ojito, que esto no sólo pasa en los humanos, si no que también entre los animales.
Lo que sí sucede únicamente entre la especie humana son esos estúpidos tópicos de que si uno necesita más al otro o que si uno es más inteligente que el otro, pero como sigamos metiendo perros en casa y otro tipo de mascotas, pronto pasaremos a la especie animal estas tonterías.
Yo creo que la guerra de sexos viene ya desde las Cuevas de Altamira, en la edad de piedra, ya que el hombre no miraba a la mujer frente a frente y como un ser de su misma especie, si no que la miraba en la postura que por aquel entonces se estilaba y que era a cuatro patas.
El hombre es más fuerte que la mujer y pienso que por aquel entonces los hombres deberían ser muy fuertes y muy brutos, sirva como ejemplo que las ligaban dándoles un estacazo.
Esa diferencia de fuerza hacía que fuese el hombre quien saliese a cazar y no sé que otras cosas más podían hacer en aquel entonces, pero lo cierto es que el hombre hacía de todo menos parir, y no es que lo diga yo, porque hay libros que vienen ilustrados con fotografías de la época en las que sale un hombre cazando, haciendo fuego, cuchillos, lanzas, etc etc… y hasta tuvo tiempo de pintar las Cuevas de Altamira.
Entonces uno debe preguntarse: ¿y qué hacía la mujer mientras el hombre se mataba vivo haciendo todas esas cosas?... ¿eh?... ¿qué hacía?.... Aburrirse.
Pero no todas, ya que las más ociosas mataban su tiempo libre limpiando la cueva de telarañas.
Con el paso del tiempo y a medida de que el hombre descubrió nuevas posturas y pudo mirar a la mujer a la cara, empezó a pensar más en ella y a verla como algo más que un simple objeto que sólo servía para meterla y para llenarle la cueva de hijos.
Y comenzó a valorar también el trabajo de la mujer limpiando las telarañas, y le inventó la escoba.
Y pasaron los años, y los años, y los años, en los que el hombre fue evolucionando mientras que la mujer seguía agarrada a la escoba, hasta que un buen día una mujer se cansó y dijo: ¡YA ESTA BIEN!.
Ese día comenzó la “guerra de los sexos”.
Y comenzaron a exigir orgasmos e inventar chistes contra los hombres… pero sin soltar la escoba.
Más adelante la mujer empezó a trabajar y con ello la guerra ya se hizo abierta, tal como sigue hasta el día de hoy, fría pero abierta, lo que es difícil de entender, o no si tenemos en cuenta de que hablo de mujeres.
Antes de acabar esta homilía quisiera dirigirme a las feministas estas que son… que son… que son muy jodidas, sí, ya sabéis a cuales me refiero y decirles: “señoras, un poco de memoria histórica y acuérdense de cuando la rascaban en la cueva”.
Y voy a dejarlo ya porque mi mujer está a llegar y lo mismo se enfada por esto que he escrito y de aquella si que la jodimos.
Quisiera por último hacer una advertencia a la humanidad y es la de que esto no es nada con lo que nos espera… en un futuro no muy lejano un mono dirá también: ¡NO!, y nos metemos de bruces en el planeta de los simios… y no es que lo diga yo, según la película así sucederá.
martes, 4 de marzo de 2008
Infidelidades
Infidelidades matrimoniales las ha habido siempre y siempre las habrá. Uno de los engaños más conocidos a lo largo y ancho de la historia de la humanidad, fue el que la Virgen endosó a su marido, San José, al que le dio un hijo que a juzgar por las fotografías de la época ni siquiera se le parecía físicamente.
San José encajó la cornamenta con mucha elegancia pese a ser ésta de dominio público, tanto es así que en el libro de registro donde está inscrito Jesús, aparece a su lado y con letra bien legible la siguiente inscripción: nombre, Jesús, hijo de María y de José (PP).
No señores, no se me confundan, José no era seguidor de Rajoy. Las letras PP que aparecen al lado del nombre del padre significan Padre Putativo… de ahí viene que ahora a los Josés se les llame Pepes.
Así fue como San José se ganó el título de santo, un privilegiado, pues tengo un vecino al que su mujer se la pegó con otro ganándose con ello el título de cornudo. Y es que hasta para esto hay clases.
Pero tal como digo al comienzo de esta homilía, infidelidades las ha habido siempre y siempre las habrá, eso sí, el San Benito de adúlteros la tenemos encima nosotros los hombres, pero eso es debido a que los puticlubs se anuncian con luces rojas, lo que los hace destacar mucho.
Porque, ¿qué diferencia hay cuando engaña el hombre y cuando lo hace la mujer…?
Nosotros, mejor dicho, vosotros cuando engañáis a vuestras mujeres soléis hacerlo fuera de casa, mientras que vosotras lo hacéis en la propia casa y en la propia cama.
Y así pasa lo que le pasó a mi vecino, que cuando regresó a casa después de estar una semana trabajando fuera, llegó con unas ganas inaguantables de acostarse con su mujer, por lo que en la primera noche a su regreso le echó un par de polvos de campeonato.
La cama crujía con las embestidas, pero el estaba tan metido en faena que ni se enteraba… y si se enteraba mucho no le importaba, ya que seguía con el “ñaca-ñaca” ajeno al escándalo que montaba.
Y tal fue éste que el vecino de abajo tuvo que subir a llamarle la atención:
“pare un poco vecino, que lleva usted una semanita que no nos deja pegar ojo”.
Ni que decir tiene que mi amigo se separó de la mujer, aunque esto hoy ya no se estila.
En un matrimonio de los de hoy, de los que se dicen modernos, si el marido llega a casa y encuentra a su mujer con otro en la cama, calla y no dice nada… al contrario, coge la plancha y le da un repaso a las camisas.
Pero volviendo a las infidelidades femeninas, ¿qué pasa con la fama del fontanero?, o es que me van a decir a mi que es una leyenda urbana… ¡Venga ya!.
¿Quién no ha escuchado alguna vez la historia de un fontanero desatascador?... pues cuando el río suena, agua lleva… y los fontaneros de aguas saben mucho.
Por eso yo cada vez que un grifo necesita que un profesional le eche una mano, antes de que venga a mi casa a repararlo procuro cargarme la ducha, el fregadero y atascar el bote sifónico… sí, ya sé que el arreglo me sale más caro, pero la tranquilidad que le da a uno saber que estará ocupado.
domingo, 2 de marzo de 2008
Escenas de matrimonio (I)
Antes de nada, quisiera hacer una advertencia… Señora, me parece muy bien que se atreva a leer esto, pero haga el favor de no hacerlo delante de los niños, que luego tienen pesadillas.
Hoy voy a mojarme y tratar sobre un fenómeno paranormal, hoy escribiré sobre el “SEXO EN EL MATRIMONIO”.
Antes de meterse de lleno en materia, hay que empezar diciendo que el sexo en el matrimonio goza de 4 fases, que son: noche de bodas, luna de miel, cuatro o cinco primeros años y lo que te rondaré morena.
Aclarado este concepto ya puedo meterme de lleno en materia.
Por lo general, el hombre va al matrimonio bien alimentado ya que viene de la etapa de novios en la que su pareja nunca puso peros, siempre estuvo dispuesta.
Esta costumbre que lleva el hombre no se ve para nada alterada durante las tres primeras fases, es más, se ve incluso enriquecida. Lo malo es que éstas duran poco y paradójicamente a medida que nosotros vamos durando más, ellas van queriendo menos.
Los primeros años de convivencia de una pareja son, por decirlo de algún modo, de acoplamiento, de adaptación. Por eso es frecuente que en eses primeros años se produzcan muchos acoplamientos. Yo sin ir más lejos recuerdo haberme acoplado hasta 4 veces en una noche.
Luego viene la última fase, “lo que te rondaré morena”, que es como yo me encuentro a estas alturas, rondando a la morena. Y no sólo la rondo, si no que la acoso, la persigo, la rodeo… más de una vez estuve tentado a ponerle la zancadilla en el pasillo y tirarme encima de ella y ¡zas!..., allí mismo.
Esta cuarta fase viene de forma progresiva y suele aparecer a partir del cuarto, quinto año, depende… puede venir acompañada de cansancio, somnolencia o dolor de cabeza.
Llegado a este punto de la homilía y teniendo en cuenta los hechos a los que me remito, uno debe emplear los signos de interrogación para hacerse la siguiente pregunta: ¿es real o es una leyenda urbana lo de los dos polvos a la semana?.
Caballeros…, yo creo sinceramente que dos polvos a la semana a partir del quinto año de matrimonio no se los echa ni San Pedro… aunque San Pedro estaba soltero, pero quien dice San Pedro, dice San Pablo. La gente miente, ¡síííí!, y mucho…
Me viene a la memoria una conversación que tuve con un matrimonio de jubilados en la que la mujer aseguraba toda convencida que su marido cumplía con ella dos veces a la semana… “y eso que la diabetes le perjudica, porque podía ser alguna más”, aun tuvo el valor de añadir.
Las miradas de mi mujer y mía se cruzaron en el aire, más o menos a la altura de la mesita de centro, luego me ví en la necesidad de dejar el pabellón lo más alto posible y como quien no quería la cosa dije: “yo echo cinco a la semana y eso porque mi mujer no se opera el juanete, porque podía echarle tres o cuatro más”.
El meollo del asunto está en la rutina, que lleva al la pérdida de pasión… aunque bueno, a veces y como se suele decir: toca la flauta por casualidad y cae una noche “loca” de esas para guardar en el archivo de la memoria histórica, después vuelta a la puta rutina y si no te llega y quieres más te tocas la flauta tú.
En fin, este es un tema que da para estar horas y horas escribiendo, quizá más adelante vuelva a retomarlo porque como ya he dicho, es algo que nos importa mucho a todos… repito, A TODOS… puntualizo, A TODOS NOSOTROS… a ellas les importa un bledo.
¡Ah!, que tú aun no estás en la cuarta fase… pues ríete, ríete…
Creo que tal como he dicho al principio de esta homilía me he mojado bastante, ahora voy a secarme.... y a peinarme, que hoy me lo han prometido.
CORTO Y CIERRO POR HOY.
martes, 26 de febrero de 2008
El sexto mandamiento
Las primeras veces que me confesé me resultaron difíciles por muchas razones. E incluso la última vez que lo hice me resultó, si no difícil, sí embarazosa. Y la recuerdo perfectamente porque fue el mismo día que me casé.
Pero vayamos por partes y empecemos por las primeras veces.
No sé exactamente cuando fue la primera vez que me confesé, pero fue hace mucho tiempo. Eran tiempos en los que los curas vivían a mitad de camino entre el cielo y la tierra, eran casi santos... hoy por el contrario se sabe que muchos de ellos son seres humanos y como tales tienen errores de fabricación. Y pecan... vaya que si pecan... pecan de la hostia...
El caso es que yo era un niño cuando me confesé por primera vez, tanto que aun no entendía muy bien el significado exacto de algunos mandamientos, pero me los tenía que confesar... no por haber pecado si no que por obligación y bajo amenazas.
Me explico... Yo iba a confesar los pecados que en casa me decían que cometía y lo que le tenía que contar al cura, que mas o menos era: “he pecado contra todos los mandamientos, menos contra el 5º y el 7º”, que eran: no matarás y no robarás.
Vale, pero... ¿y el 6º mandamiento?... Yo me he confesado muchas veces de haber pecado contra este mandamiento y sin saber exactamente el verdadero significado del mismo.
En el libro de religión decía: “el sexto, no cometerás actos impuros”. ¿Pero qué actos impuros puede cometer un niño de 8 ó 9 años?..., ¿levantarle las faldas a las niñas?, imposible..., cómo va a ser pecado querer ver de que color tenían las bragas. Como mucho eso era una gamberrada.
Yo consideraba actos impuros y que cometía a dos: uno era saltarme la prohibición de beber gaseosa y rellenar lo que me bebía con agua rebajándole así pureza. Y el otro era comer chorizo. Y os preguntareis por qué... y esa es una buena pregunta.
Llegué a la conclusión de que comer chorizo era un acto impuro a raíz del embarazo de una vecinita de 16 años, que cuando lo dijo en casa le echaron tal bronca que se enteró todo el vecindario.
La niña no hacía otra cosa que repetir entre llantos: “Yo no hice nada, yo no hice nada...” hasta que la madre, harta de oírla le contestó con ironía: “pues si no has hecho nada, será cosa del Espíritu Santo”..., y la abuela puso broche final a lo que había dicho la madre con un: “si..., El Espíritu Santo en forma de chorizo...”.
Confieso que al escuchar a la abuela decirle tal cosa me vino a la mente la figura de una barra de chorizo con alas blancas y sentado allí, a la derecha de Dios... pero ni por asomo me imaginaba como la había dejado embarazada.
Había una pieza en el triángulo Espíritu Santo, embarazo y chorizo, que inducía a pecar contra el 6º mandamiento. Y no hacía falta ser muy ágil de mente para saber que esa era... el chorizo.
Además de supuestamente andar dejando embarazadas a las jovencitas por ahí, me hacía pecar y caer en la tentación cuando tiraba el pan de la merienda después de zamparme lo de dentro, que la mayoría de las veces no era otra cosa mas que... el chorizo.
Después, aunque no se cuanto tiempo después, descubrí lo que eran los actos impuros...Un catequista me lo aclaró, lo que el 6º mandamiento quería decir era: NO FORNICARAS... y que tranquilo me quedé..., porque yo no fornicaba... o eso creía, la verdad es que tampoco sabía que era eso de fornicar.
Después, pero tampoco sé cuanto tiempo después, supe que fornicar era lo mismo que fuchicar, y fuchicar era... eso... fuchicar... algo misterioso que se hacía con el “pito” en la “pepa”.
Pero bueno, el caso es que cuando tuve la conciencia tranquila puesto que no fornicaba dejé de confesarme de que también pecaba contra el 6º mandamiento, de ahí que cuando al confesarme el cura me preguntaba que pecados había cometido, yo le contestaba de carretilla: “ni mato, ni robo, ni fuchico, pero peco en el resto de los mandamientos”.
Después..., y tampoco sé cuanto tiempo después, supe que los actos impuros se pueden cometer individualmente, sin pareja, y que también se pecaba con el pensamiento... y yo pecaba y no lo sabía, y pecaba bastante… masivamente.... Y dejé de confesarme... Pero seguí pecando.
Otra cosa que me alivió mucho fue el saber que quienes aparecían en mis pensamientos no pecaban, por lo que puedo decir salvé de quemarse en las llamas del infierno a las tres cuartas partes de las chavalas de mi barrio, un tercio de las de la Calle de Abajo, a mi prima Maribel, a la madre de mi amigo Javier y a Marisa, la directora del colegio..., estooo..., es que yo de niño apuntaba muy alto.
Bueno, por donde iba yo que Marisa me distrajo... a sí..., más que dejar de confesarme cambié de confesor... y... pues tampoco sé cuanto tiempo después… empecé a confesarme con algún que otro camarero de tugurio nocturno, que aparte de hacerlo en un ambiente más distendido, no ponía penitencia y si le confesabas haber pecado contra el 6º mandamiento te daba la enhorabuena.
Y... bastante tiempo después... me confesé por última vez delante de un cura... 29 años tenía yo, el día que me casé, ¡joder!, y también por obligación, que a mi madre le daba algo si no lo hacía.
El cura que me tocó en suerte, y después de decirle yo la consabida: “pequé contra todos menos el 5º y el 7º”, mostró un especial interés en redimirme de los actos impuros cometidos, supongo ya que no le dio mucha importancia al resto de pecados y como quien no quiere la cosa me pregunta si fornicaba con mi novia.
"¡¡Ahí te estaba esperando yo!!" pensé, y que me dé un soponcio ahora mismito si no estuve tentado a responderle: “¿Y A TI QUE COÑO TE IMPORTA?, EL CHORIZO ES MIO Y HAGO CON ÉL LO QUE ME DA LA GANA”.
EL CONFESOR AUTOMATICO
Y es que al paso que van...
jueves, 21 de febrero de 2008
Consejos para padres
Los padres debemos tener en cuenta que un hijo no es como un perro al que simplemente se le enseña que la pis y la caca no se hacen en la alfombra del comedor, que acuda cuando lo llama, o que incluso le lleve las zapatillas...¡No!.
Un hijo medianamente bien educado sube la tapa del wc para mear y acude raudo a la llamada de su padre. ¡Ah!, pero es que si lo educa bien, aparte de esto, le calza las zapatillas. ¡Sí!.
Tampoco se trata de ser tan exigente a la hora de educarlos, aunque quizás a otra hora sí, pero eso ya depende de cada uno.
Los padres tenemos la obligación de enseñar a los hijos para que sepan ir por la vida respetando al prójimo y a la prójima, proporcionarles una educación académica y una educación vial, que suele ir acompañada del pago del carné de conducir y en muchos casos también el coche. Cada una de estas premisas lleva consigo muchas dosis de paciencia, tacto, diálogo y talante. Y en algunos también alguna que otra dosis de tranquilizante.
Esta es una difícil labor durante la cual muchas veces uno se preguntará si no hubiese sido más práctico enseñarles simplemente a que le llevase y le calzase las zapatillas. Y muchas otras veces se lamentará por no haber comprado un perro en lugar de tener un hijo. Una cosa que si está clara es la diferencia en cuanto a métodos que empleamos los padres de hoy con respecto a los que emplearon nuestros padres con sus hijos, es decir, con nosotros.
Muchos padres que tenemos hijos, hemos sido educados por sus abuelos con la máxima de “la letra con sangre entra”, aunque en mi caso no fuese así, pues conmigo utilizaron mucho el tacto... ¡uffff!, me arreaban cada una... pese a esto tengo que decir a favor de mis padres que jamás me pusieron la mano encima, a mi me daban con la zapatilla, eso sí, teniendo una extremada precaución en no hacerme sangre.
Hay un detalle que quiero destacar y con ello dar una llamada de atención a las mujeres que son madres, y es que muchas cuando regañan a sus hijos suelen amenazarlos con el típico: “ya se lo diré a tu padre cuando llegue a casa”.
Pero señora... no le parece un feo detalle ese de dejar quedar a su marido por un ogro malo que se merienda a los niños..., ¿y si su marido llega borracho a casa esa noche?...
Le voy a ser sincero y perdone la dureza de mis palabras, pero usted al deponer la educación de sus hijos en manos de un ogro que se come a los niños y que además es un borracho, se está comportando con tal grado de irresponsabilidad que no se merece que el perro le lleve las zapatillas y mucho menos que su hijo se las calce.
Otro punto a destacar es el de la igualdad de criterios, es decir y por poner un ejemplo, que su hijo les pide permiso para ir esa noche a la discoteca, uno dice que sí y el otro dice que no... ¡Por favor!, que así no vamos a ninguna parte... y menos a la discoteca.
Lo que tienen que hacer los padres, mejor dicho, el padre y la madre, es hablarlo y consensuarlo, insistiendo mucho sobre todo esto último porque está de moda...
¡Ah!, que a su marido ha vuelto a emborracharse... entonces señora, su problema no es la educación de su hijo… su problema es su marido. Siendo así, hágame caso y cámbielo por un perro, al menos el perro servirá para llevarle las zapatillas.
Ahora bien, si usted que me lee no tiene ni marido ni hijos, no debería perder el tiempo con lecciones de como educar a los hijos que no tiene, usted lo que necesita señorita, es un perro que le lleve las zapatillas y un marido que la calce.
Eso sí, si algún día tiene la desgracia de encontrar marido, pregúntele antes si le gustan los niños y en caso de que le responda afirmativamente, ándese con cuidado, no vaya a ser de que aparte de ser un ogro que cualquier día se merienda a sus niños, sea también un borracho, y ya sabe que el alcohol puede producir impotencia y siendo así, será muy difícil que se la calce.
martes, 19 de febrero de 2008
El Cambio Climático que nos acojona
¿Qué es el cambio climático?... el cambio climático tal y como su nombre indica, es el proceso por el cual el clima cambia.
Imagina por un momento que tienes en tu mano una copa de Ron con Coca Cola con sus correspondientes cubitos de hielo (no es necesario que te pongas la copa, vale con que te lo imagines). Pues bien, el calor que ejerce la mano sobre el vaso es el causante de que en un corto plazo de tiempo los cubitos se derritan, originando a la vez que el Ron se agüe y pierda parte de sus efectos medicinales. Mi consejo en es que te la bebas rápido.
Este suceso es conocido como “efecto derretimiento”.
Bien, pues esas mismas consecuencias se darán en los mares que bañan nuestras playas una vez que los polos se derritan. El nivel del mar subirá de tal forma que lo que hoy son playas, mañana serán las profundidades marinas, poniendo en peligro las fábricas de ostras de Arcade y de almejas en Noia… salvándose el pulpo de Muros, por ser este un animal acuático que bucea muy bien.
Y lo que es más trágico... que el espacio natural de los osos polares se verá sensiblemente reducido.
Este suceso es conocido como “efecto invernadero”... aunque también es un efecto que se da en verano.
Todo está en peligro, incluso la casita que te has comprado en la playa, y en la que presiento tendrás serios problemas de humedad. Mi consejo en este caso es que la pongas cuanto antes a la venta.
El origen del cambio climático está en la mano del hombre... y también en la de la mujer. En lo poco que cuidamos el planeta.
Debemos concienciarnos y ser tan limpios con nuestro amado planeta Tierra como lo somos con nuestras casas… aunque bueno, tampoco hay que dramatizar si te cae la ceniza al suelo.
Uno de los principales causantes del cambio climático es la emisión de CO2 a la atmósfera. Y aquí mi consejo es que lo tireis por el retrete.
Y por último, quiero también recomendaros que os protejáis contra los efectos del cambio climático, pues no sólo afecta al planeta, si no que también lo hace directamente sobre los seres humanos que lo poblamos.
Sirva como ejemplo, que a mi me pilló en manga corta y me provocó un catarro de cuidado… luego y como habéis visto más abajo, las pastillas para la tos hicieron el resto.
Para la realización de este documento, he contado con la colaboración del primo de Rajoy, quien ha restado importancia al asunto argumentando que mucho antes de que Al Gore nos acojonase con el Cambio Climático, éste venía sucediendo cuatro veces cada año: de otoño a invierno, de invierno a primavera, de primavera a verano y de verano a otoño... y así sucesivamente.
sábado, 16 de febrero de 2008
Una, grande y en lonchas
Quiero hacer un llamamiento a través de este mensaje, para reclamar la unión de todos y todas las fuerzas vivas de la nación, para combatir la conspiración que nos ataca desde el exterior y que pretende arrebatarnos uno de los más preciados tesoros que dio esta nación, y que no es otro que el jamón.
Hamburguesas, espaguetis, rollitos de primavera, coles de Bruselas, etc, etc. son algo más que productos alimenticios. Son los quintacolumnistas del enemigo patrio que se ha ido instalando entre nosotros merced a nuestro pasotismo.
La táctica empleada por el enemigo ha sido la de introducírnoslos primero por los ojos a través de la publicidad, y a continuación por el estómago a través de económicos menús. Debemos reaccionar antes de que nos los metan por el ano a través del culo… aunque bueno es saber que llegado este caso, nuestra tierra es potencia internacional en la producción de nabos… pero… imagínate tú por un momento, que de paises del Magreb fuese este su alimento… con la fama que tienen los moros. Españoles y españolas… Y demás oles en general… ha llegado la hora de la verdad, por lo que cuando vayas de merienda o de tapeo, ten presente lo que yo te digo y pide para jalar una ración de productos de tu nación acompañada por un buen vino… y para no tener que sustraer parte de la del vecino, exige siempre que sea: UNA, GRANDE Y EN LONCHAS.
¡¡ LEVANTATE Y LUCHA, PUEBLO DE JABUGO !!.
¡¡ VIVA EL CERDO MATADO Y EL JAMON BIEN CURADO !!.