La festividad de San Valentín, o mejor dicho, el día de los enamorados, al igual que el día del padre, de la madre, o de otras tantas fechas a destacar en el almanaque, no son ni más ni menos que una contundente y concienzuda campaña de marketing, para mover dinero que es lo que realmente importa a los comerciantes. Están en su derecho, cada cual se busca las habichuelas como mejor puede. Pero como en el fondo lo que prima en este día es el amor, y el romanticismo. Dejaré a un lado la parte económica, y me quedaré, pues, con la romántica. El verso es del poeta Gustavo Adolfo Becquer, y el cuadro que bellamente adorna esta entrada, del pintor cordobés Julio Romero de Torres, pintado en 1905. Canto de amor. Para todas/as los enamorados…Felicidades.
Dos almas.
Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama;
Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan;
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata;
Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al reunirse en el cielo
forman una nube blanca;
Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.