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viernes, 1 de mayo de 2015

PIÑON FIJO, Alforjas

Hace tiempo que las tenía en mente.
Y en un paseo con Conchita, compramos la tela "del mundo" para un proyecto juntas.
Pero al llegar a casa y ví mi linda bicicleta no pude evitar 
empezar a cortar la tela en cuanto pude.
¿ Vieron lo que pasa cuando tenemos 
una idea o imagen en nuestra cabeza?,
hay que hacerla rápido antes de que se nos olvide.
Así que busqué entre varias telas que combinaran, 
y me quedé con la que más me gustó.
Las asas las decidí rápidamente, sin pensar.
Así que con todo en mi mesa de trabajo, simplemente, 
empecé a plasmar lo que tenía imaginado.
Los herrajes me parecen ideales y originales.
Así que mi vieja bici restaurada,
ya tiene alforjas.
Siempre, siempre anduve en bicicleta.
Una época en la que la disfruté muchísimo 
fue la de los domingos en Buenos Aires.
Y esta es, también, otra de las similitudes que le encuentro a Madrid y mi natal Baires.
La mayor parte del tiempo son ciudades repletas de gente, 
de prisas y algo de caos.
Pero en los días festivos, los domingos o en vacaciones,
 muchos de sus habitantes las abandonan y para los que seguimos en ellas, es un verdadero placer disfrutarlas, contemplarlas y recorrerlas tranquilamente.
Así que aproveché a dar unas vueltas y despejar.
Hace mucho que no andaba en bici, 
así que sin darme cuenta empecé a pensar por qué siempre 
me gustó tanto andar en bici.
Porque me gusta más que caminar o correr.
Porque me siento libre,
a veces es como volar.
Porque pone una sonrisa en mi cara, siempre.
Porque yo soy su motor.
Voy sin techo, ni puertas, ni vidrios.
El aire me da en la cara y airea mi mente.
Una vuelta en bici es todo un placer.
De chicos la mejor pregunta de un amigo era:
¿ damos una vuelta?
Porque las cadenas de una bici,
son las únicas cadenas que te dan libertad.
Y me gusta porque también soy feliz,
al sentir ese dulce agotamiento
después de unas vueltas pedaleadas.
Antes de terminar mi paseo,
fui a comprar el pan.
Así que mientras esperaba que la comida estuviera lista,
decoré toda mi casa 
con las preciosas rosas que traje de mi vuelta pedaleada.
Mi vieja bici no es de piñon fijo, 
pero así se llaman mis alforjas, 
porque cuando usás una bicicleta de piñon fijo,
no se puede dejar de pedalear, 
y por eso son un reto continuo.
Como la vida misma.
La vida también es como una bicicleta de piñon fijo, 
no hay que dejar de pedalear nunca,
 así que melenas al viento
y a vivir el momento.
A pie, en bici, o como mejor te parezca,
pero sal a que te dé el aire.
¿ No te parece?

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