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viernes, 18 de febrero de 2011

Fans que le aúllan a la Luna Roja

Verdades que nos fueron contando y que, por falta de cumplimiento, se convirtieron en mentiras:

  • "La película de La Bestia llegará a los cines en primavera de 2010."
  • "La última palabra del último capítulo del último libro de Harry Potter será cicatriz."
  • "El final de la trilogía de Graceling saldrá a la venta en verano de 2010."
  • "El primer libro de Laila Winter se reeditará con una portada más bonita, en tonos amarillos, acorde con el reino de Solarïe y con las portadas de los tomos dos y tres."
  • "La mano izquierda de Dios es una saga."

Poco a poco he ido aceptando que esas son cosas que ya no llegaré a ver, leer o, simplemente, comprobar. Me resigno porque, en el fondo, me da lo mismo y qué se le va a hacer.

Pero estamos ya en febrero de 2011, hace un año que salió a la venta Los hijos de las Tinieblas, y a estas alturas deberían empezar a aparecer por todas partes las noticias del cierre de la trilogía (este blog sería una de dichas "partes"). Y no quiero que eso se transforme en otra espera infructuosa y eterna.

Desde aquí sólo le pido a Alfaguara una fecha, una portada, un título, un capítulo; cualquier cosa que pueda asegurarnos a los fans que la espera merece la pena, que no nos van a dejar tirados durante un tiempo indefinido. Una seguridad de que el proyecto sigue adelante, y de que este año podremos leerlo. Un algo, cualquier cosa a la que aferrarnos, puesto que José Antonio Cotrina cerró el manuscrito en octubre y sólo es cuestión de tiempo.

Necesito saber algo.

*Modo melodramático ON* No puedo seguir adelante con mi vida sin conocer nada más que el final, más abierto que una herida, de Los hijos de las Tinieblas. No puedo. No puedo. No puedo, no puedo, no puedo, y no quiero. *Modo melodramático OFF*

Quién sabe, si todos los blogueros (y lectores internautas) fans de la saga ponemos nuestro granito de arena, si le ponemos ojitos a la editorial, si nos hacemos oír (o leer), si demostramos interés, si les lloramos nuestras penas, si les explicamos lo muy mucho que necesitamos saber cómo termina todo, si les convencemos de que ya van siendo horas de que terminen con nuestro sufrimiento, a lo mejor se compadecen o se hartan de nosotros y sale algo bueno de todo esto. Una fecha, una portada, un título, un capítulo, cualquier cosa.

Por favor...




(Quien se lleve este banner para pasearlo por algún sitio participará automáticamente en el sorteo de quince lotes de agradecimiento eterno.)

martes, 13 de abril de 2010

Los hijos de las tinieblas (El Ciclo de la Luna Roja #2) - José Antonio Cotrina - Reseña y primer capítulo

Título: Los hijos de las tinieblas (El Ciclo de la Luna Roja #2)

Autor: José Antonio Cotrina

Editorial: Alfaguara

Año: marzo 2010

Sinopsis:

La ciudad ya les ha demostrado lo cruel que puede ser, pero eso no va a detenerlos. No piensan rendirse. Ahora tienen la magia de su parte y ha llegado la hora de tomar la iniciativa.

Van a explorar la ciudad. Van a arrancarle todos sus secretos. Y no habrá vampiro ni hechicero ni criatura alguna que los detenga.

Mientras tanto, un mal más antiguo que el propio reino despierta entre las ruinas…

Y la Luna Roja se acerca.


¿Cuántas estrellas acompañan a mi segunda Luna Roja?



Trailer no oficial del libro, pero imprescindible para saber de qué trata:





¿Por qué debéis incluir otra Luna Roja en vuestra vida?
(Sin spoilers...)


Cuando el 2010 dé paso a un nuevo año; cuando podamos llorar el fin de Vampire Academy y gritar a los cuatro vientos que no habíamos visto venir el final de Los Juegos del Hambre; cuando lloriqueemos pensando que no quedan series por cuya espera mererzca la pena angustiarse... Cuando todo eso suceda, todavía no habrá sido publicada la tercera, última y más larga entrega de El Ciclo de la Luna Roja, y la amarga espera podrá consolar a sus fans.

Mientras tanto, con Los Hijos de las Tinieblas recién salido del horno, seis días después de haberlo terminado (seis días en los que no he decidido aún qué leer, porque las comparaciones son odiosas, hay demasiado donde elegir y esto es todo un récord), estoy aquí, rompiéndome la cabeza en busca de algo que decir. Si me hubieran dicho hace dos meses que sabría pronunciar (y deletrear) de un tirón Rocavarancolia, o que sabría colocar con los ojos cerrados la H intercalada en Samhein, no lo habría creído. Pero aquí estoy, con la mente en blanco y mucha necesidad de más.





Me angustié, me reí a carcajadas, hice apuestas sobre quién moriría y quién no (una pena), dudé (de mí misma y de todos los demás), hice teorías absurdas, fracasé estrepitosamente en mis teorías absurdas, y en general disfruté como una enana de todas y cada una de las 560 páginas de este librito.

En la reseña de La Coseha de Samhein dije que Hector me había caído gordo, y eso en su momento era cierto. Por decirlo sin spoilers en un inciso muy breve, fue al final del libro cuando se hizo merecedor de mis antipatías, pero poco a poco he ido perdonándolo.

Una vez más, ruego de rodillas no acabr nunca atrapada en la bestial y muy hostil ciudad de Rocavarancolia, la tierra de monstruos y milagros que siempre esconde un as en la manga. Me hago amiga de Natalia y con ella me burlo de Marina, doña tragedias, doña perfecta y amor no tan secreto de Hector. Me hago también amiga de Maddie y con ella me río mientras las otras dos discuten. Contemplo impotente mientras unos van cayendo en el abismo y los demás supervivientes se las arreglan para seguir siendo supervivientes. Y yo, anti-teams que soy, me declaro firmemente Team Bruno. Nunca habría podido ver tanto potencial en este chico, pero lo tiene. Vaya si lo tiene.

―La señoria tragedias dice que uno de nosotros va a morir ―contestó Natalia―. Eso pasa.
Adrian estaba sentado con los pies en la mesa, tallando un pedazo de madera con una navaja [...].
―No hay que ser muy listo para saber eso ―gruñó.






Si en el primer tomo conocíamos a todos los personajes, debemos olvidar lo que sabíamos y conocerlos de nuevo. Los niños siguen aterrados esperando lo que vendrá al salir la Luna Roja, y los viejos monstruos de la ciudad, en medio de complots y puñaladas traperas, van enseñando sus verdaderas intenciones. El esqueleto con traje de piel podrida, la bruja loca, el fantasma egoísta, el vampiro bueno. Pero estén en el lado de la ciudad en el que estén, todos van siendo diezmados (al trailer no oficial me remito), y eso es un asco, porque nadie parece estar a salvo, y basta que te hayas encariñado con alguien para que ¡ZAS! de repente sale un soldadito de plomo carnívoro de detrás del armario y se lo come.

Los hijos de las tinieblas tiene tanto Efecto Cafeína como su predecesor. Más muertes, más oscuridad, más humor (negro) y una gota más de romance. Me enganchó tanto como el primero, y agradecí infinitamente que tuviera algunas hojas más. Y eso sí, os lo advierto, el final es un absoluto suplicio, sobre todo si todavía falta (como es el caso) un año más para saber cómo termina todo.

Narración impecable, personajes variopintos, atípicos y muy bien perfilados, y escenas que salen de las páginas igual que aquellas casas de cartón que se levantaban solas al pasar las hojas de los libros de cuentos. He recomendado La cosecha de Samhein hasta la saciedad desde que lo leí, pero sigo aconsejándoos, incansable, que os dejéis tentar por estos libros. Si os gustan las novelas de ritmo frenético que os arrastran con magnetismo hasta el próximo capítulo, si os encanta mirar embobados las palabras hasta quedaros miopes, y si lo vuestro es vivir las historias, no sólo leerlas, este libro es para vosotros. (De verdad, no sé qué más decir para convenceros.)

Y una vez lo hayáis terminado, tal vez os alegre saber que José Antonio Cotrina está respondiendo en este foro preguntas sobre la saga... preguntas cargadas de spoilers... preguntas para fans cotillas... preguntas para gente como nosotros... Y si no sois así, siempre os quedará la web oficial de la saga para seguir conociendo las noticias que el propio autor va soltando con cuentagotas.


Descarga aquí el primer capítulo
(Gracias a Midnight Eclipse)

(Me he quedado sin enseñaros otras imágenes de personajes, pero esas eran ya spoilers en sí mismas... *suspiro*)

lunes, 12 de abril de 2010

IMM #16. Urgente: compro espacio

Compro espacio.

Compro espacio imaginario e infinito en el que quepan todos mis libros. Creo que un disco duro para papel sería la solución más apropiada, dadas las circunstancias. Sólo pido tenerlos todos al alcance de la mano, o que cada vez que silbe entre uno volando por la ventana. A cambio, he heredado la cueva de Alí Babá, y no me importaría compartir la contraseña de entrada.


Empecemos con la foto de familia:



(A My Invisible Boyfriend no le gustó su esquinita y no hacía más que practicar caída libre. Creo que quería suicidarse, y no me extraña, porque menudo B-O-D-R-I-O de libro. Al final conseguí sacarle una foto, y después me encargué yo misma de darle el último empujón.)


Y ahora, por parejas:

  • Fairest y Dos princesas sin miedo, de Gail Carson Levine.

Primero le hago los honores a Gail Carson Levine, porque me gusta mucho Gail Carson Levine y me siento muy culpable cada vez que pienso que no he escrito ninguna reseña de Gail Carson Levine, así que Fairest es un libro de Gail Carson Levine que recibí a través de Bookmooch (hay muchos libros de Gail Carson Levine en Bookmooch), y Dos princesas sin miedo es otro libro de Gail Carson Levine que no recibí a través de Bookmooch, sino gracias a la generosidad de Ifigenia, quien además me llenó este libro de Gail Carson Levine de frikadas diversas donde confiesa que Gail Carson Levine no es santo de su devoción, así que espera que yo pueda valorar mejor que ella este libro de Gail Carson Levine en concreto (sí, Ifigenia, yo también lo espero). Por cierto: ¿sabe alguien cómo se pronuncia Gail Carson Levine? ¿Y alguien más que yo se pasó años con el más absoluto convencimiento de que Gail Carson Levine era un hombre?




  • Rules of the road, de Joan Bauer, y My invisible boyfriend, de Susie Day

El libro de Joan Bauer me apetecía leerlo. Punto pelota. Y el libro de My invisible boyfriend también me apetecía leerlo, y como quiero decir algo bueno de él, porque soy una Business Blogger y buena persona en potencia, diré que su edición es muy buena, porque las ediciones de Scholastic son siempre muy buenas (Juegos y Temblor incluidas), pero eso no quita que el interior de este libro sea una soberana bazofia. Creo que, sin proponérmelo, me estoy convirtiendo en firme seguidora de la Regla de las 100 páginas, y eso es una pena, porque significa ya no podré seguir escribiendo esas reseñas-asesinas en serie que tan terapéuticas resultan (cosa buena, si de verdad quiero ser buena persona y Business Blogger en potencia).




  • Tres corazones, dos cabezas y un verdugo, de K.M. Grant, y Encantamiento de luna, de Javier Ruescas.

Voy a alzar un dedo acusador en dirección a Midnight Eclipse, porque fue Elwen la culpable de hacerme desear leer estos dos libros. Os pondría los links a las dos reseñas, pero me da pereza buscarlos (lo siento, Elwen, pero soy muy vaga). Me pondría a presumir diciendo que sé decir el título de K.M. Grant de corrido y sin hacer trampas, y resulta que ya acabo de decíroslo. Y os contaría también el fin de la crónica de La Caza Del Encantamiento De Luna perdido, pero lo cierto es que tuvo un final muy poco poético y muy poco heroico cuando me limité a entrar en la librería, verlo, cerrar los ojos, abrir la cartera, pagarlo, y todo el proceso genérico de compras de libros que seguro que ya conocéis muy bien.




  • Hold still, de Nina LaCour, y The Brothers Torres, de Coert Voorhes.

Hold Still es un dramón que ya no recuerdo de qué trata y por cuya compra debo culpar al sepulturero de El cementerio de los libros olvidados, que es un sádico con la mala costumbre de meterse en GoodReads con el solo propósito de ampliar mi wishlist (bravo, Kirtash, puedes sentirte orgulloso). Por lo menos este tenía buenas críticas (*suspiro de resignación* qué poca personalidad tengo).




Y en cuanto a The Brothers Torres... Si sustituís Torres por Fuentes, y sabéis además que Rules of attraction está ya dispatched y en camino a mi hogar (información que acabo de proporcionaros ahora), entenderéis la razón que me llevó a comprarlo (qué bonito es por dentro Hold Still, ¿verdad que sí? ¿¿¿¿verdad que sí????).




  • Los Hijos de las Tinieblas, de José Antonio Cotrina.

Y para cerrar el IMM... uno de los grandes culpables de que el final de Oscuros se me hiciera tan cuesta arriba. Ya lo he leído. Me estoy controlando muy seriamente para no ponerme a hablar de este bebé como una abuela chocha. Tengo pensado ponerme las pilas y sacar reseña muy pronto. Muy pronto quiere decir mañana, puede ser, quién sabe, tal vez. Podéis coger mientras tanto a la Cose y leerla, que 24 horas es tiempo más que suficiente para hacerlo. Estoy escribiendo con frases cortas para no irme de la lengua. No se me da bien. En cualquier caso... posando sobre mi amante bandido, Cose... ¡¡se encuentra el señor don Tini!! ¡Un fuerte aplauso por él!


viernes, 12 de marzo de 2010

La cosecha de Samhein (El Ciclo de la Luna Roja #1) - José Antonio Cotrina - Reseña y primer capítulo

Título: La cosecha de Samhein (El Ciclo de la Luna Roja #1)

Autor: José Antonio Cotrina

Editorial: Alfaguara

Año: mayo de 2009

Sinopsis:

¿Qué pasaría si existieran criaturas que únicamente tú puedes ver?

¿Qué ocurriría si los cuentos que escribes, de pronto, resultaran ser reales?

¿Qué sería de ti si acabaras en una ciudad en ruinas donde todo quiere matarte?

Doce jóvenes se ven envueltos en una aventura extraordinaria. Durante un año deberán sobrevivir por sus propios medios en una antigua ciudad encantada, plagada de peligros y de magia. Deberán de sacar lo mejor de sí mismos para conseguirlo, aunque eso signifique tener que afrontar sus miedos y enfrentarse a sus secretos más oscuros.


¿Cuántas estrellas acompañan a mi Luna Roja?







¿Por qué debéis incluir una Luna Roja en vuestra vida?

Os doy la bienvenida desde el otro lado del papel, allí donde Tim Burton está impreso y los flashbacks de Pesadilla antes de Navidad y La Novia Cadáver le llegan a gente extraña como yo en forma de los capítulos de La Cosecha de Halloween Samhein. Os invito a que os perdáis en sus páginas, os mordáis las uñas hasta la cutícula, dejéis de comer, de beber y de dormir, y os arriesguéis a convertiros en un zombi Burtoniano más, sólo para no-saber cómo termina el libro (continuación este mismo mes, muchas gracias, menos mal).


Si tengo que elegir cómo empezar esta reseña extraña, caótica y desordenada, dedicada al mejor de mis amantes de todo el mes de febrero (hum... ¿y de todo lo que llevamos del 2010, tal vez?)... lo haré en una lista con mis Cosas Favoritas, porque ellas lo valen y a mí me apetece. Me quedo con el vampiro cobarde y hambriento, con los dejá vus burtonianos de los primeros capítulos, con todos los monstruos extraños que politiquean y observan a los doce niños desde el castillo, y con toooooda la ciudad de Rocavarancolia, el mejor personaje de todos con diferencia, con su ambiente misterioso, sus calles fantasmales, y esas sombras que se esconden más allá de la vista y de las letras observando, siempre observando (¿a los personajes? ¿al lector?), para vigilar que ningún listillo se salte páginas y se autospoilee (si ni siquiera yo lo he hecho, Autospoileadora Titulada como soy, también vosotros seréis capaces), o deje de leer, o tenga la desfachatez de dejar el libro abandonado ni tan siquiera un miserable minuto para ir a aliviar su fisiología al retrete, o a la cama, o a la mesa.





Si tengo que decidir, en cambio, qué es lo que no me gustó, diré que el protagonista regordete terminó cayéndome gordo (el chiste no fue a propósito). Porque aunque las 429 páginas sólo comprimen, a paso ligero, cinco días en la vida de los doce chiquillos abandonados a su suerte en Rocavarancolia, y ya es más que suficiente con una Zoey Redbird que salve el mundo cien veces en diez minutos... Digamos que habría deseado que el Mesías Profetizado de turno mostrara por lo menos un poco más de personalidad HarryPotteril, en vez de ser siempre el último pardillo del grupo, que ni es el más guapo, ni el más listo, ni el más simpático, ni el más mono, ni el más fuerte, ni el más valiente, ni otra cosa más que el más soso y el más pardillo. Sinceramente, espero verlo espabilar un poco en los libros siguientes.





¿Qué puedo decir, entonces, de este libro, que no esté dicho ya en un millón de reseñas que otros lectores colgaron antes que yo? Que le guardo rencor al autor, porque por su culpa, por su historia y por su forma de contarla, me pasé una noche entera sin dormir, y al día siguiente me dolía todo el cuerpo y ya no podía consolarme leyendo el libro que ya había terminado. Que lo recomiendo en plan muy hippie y muy anuncio de Coca Cola: para los gordos, para los flacos, para los altos, para los bajos, para él, para ella, y para todos los etcéteras que no me apetece enumerar. Que fue un libro tan visual que me atacaban constantes arrebatos de "necesito dibujar esta escena", algo extraordinariamente molesto (porque cuando me da uno de esos ataques necesito escucharlo, es decir, necesito cerrar el libro y bosquejar lo que sea que me pide a gritos que bosqueje), algo que hasta ahora, por lo que recuerdo, sólo me sucedía con las hadas extrañas de Melissa Marr. Y que, por si acaso lo preguntáis y os ataca la duda, no, no hay romance de por medio, pero ni es necesario, ni se le echa de menos, y si de verdad sois tan absolutamente yonquis de las historias de amor como para no leer nada que no contenga una, pues calma, que el corazoncito viene prometido en la sinopsis de Los Hijos de las Tinieblas (el libro dos, básicamente), así que podéis respirar tranquilos.


Os dejo, pues, con vuestro propio bocado del libro, y con el recordatorio de que la edición en tapa dura sale a 17 euros, y que la nueva edición en rústica vale 15:





¿Qué podéis hacer ahora que habéis leído esto?

  • Si las ansias de saber más os consumen, podéis visitar la web oficial de la serie.
  • Si os habéis terminado ya el primer libro y tenéis el corazón en un puño, la angustia os consume desde dentro, y no sabéis qué es lo que viene ahora pero queréis saberlo ya, en este mismo foro de la serie J.A. Cotrina va soltando, con cuentagotas, más y más información sobre (de momento) la segunda entrega. Spoilers, primeras páginas, y otras formas igualmente sádicas y elaboradas de hacer sufrir a los lectores.

lunes, 22 de febrero de 2010

IMM #13: los hijos pródigos están ya en el hogar

Tengo un hambre voraz, el pelo salvaje, las manos entumecidas y mojado hasta el apellido. Odio la lluvia tanto como siempre y más que nunca, y no puedo esperar a terminar la carrera y largarme por fin al medio del desierto del Sáhara, en algún lugar donde nadie sepa siquiera lo que es el color verde.

Pero mientras tanto sigo aquí, y la lluvia me ha quitado las ganas de salir a celebrar que por fin he terminado mis exámenes de febrero y de que por fin (oooooh... qué felicidad...) vuelvo mañana a prácticas a las ocho de la mañana bajo una lluvia asquerosa, así que voy a consolarme yo solita. Diciéndome que tranquila, que hoy como premio de consolación empezaré con El trono envenenado, y que esta semana sí, me pondré a actualizar reseñas, y el IMM de hoy, aunque sea póstumo porque ya me he leído todos los libros, es muy breve pero tal vez el mejor que haya hecho nunca. Porque hoy, y sólo hoy, os enseño tres libros que están a caballo entre el 4/5 y el 5/5, según me sienta de tacaña o generosa en su momento, y dos de ellos están en castellano y el otro es una preciosidad, así que más os vale que toméis nota para consolarme, porque estoy muy mojada y muy muerta de hambre y muy muerta de sueño y muy quejicosa.

Por lo tanto, con la esperanza de que los truenos que está soltando mi estómago me dejen concentrarme lo suficiente para escribir cuatro palabras, empiezo:




(Eso de Priority Mail es un chiste muy divertido, pero a mí gracia no me hizo ninguna. Y a no ser que me lo trajeran directamente desde los anillos de Urano, cosa que dudo muy mucho, es una mentira cochina y rastrera y cruel con mi débil corazoncito fan de WAKE.)

Los últimos serán los primeros, y GONE fue el último de los tres que recibí y el primero que terminé. Con 214 miserables páginas que por fin me permiten decir que ALELUYA, acabé alguna otra saga además de Crepúsculo y Harry Potter, establezco que:

  • Estoy llorando a moco tendido, pero no voy a deciros si lloro porque ya terminé la saga, o lloro porque al final sucedió lo que todos tanto nos temíamos. (Llamadme sádica, adelante, porque lo soy y lo disfruto.)
  • Me enamoré todavía más de Cabel, si es que eso es posible (habría jurado que no lo era, pero hasta yo me equivoco alguna vez).

Lo adoré, me encantó, ni me leí el libro ni me lo devoré: me bebí sus páginas y su tinta y cada una de sus palabras como si estuviera deshidratándome en el medio de un desierto, exactamente igual que el muñeco de la cabecera de mi blog.




(Y por fin, después de mucho tiempo, puedo colocar los tres libros juntos y jamás revueltos, y cada vez que los veo todavía me asoma una sonrisa a los labios, y están en la mejor de las compañías posibles, con The Hunger Games a un lado, y Unwind al otro.)



(Tenía la Foto Más Sosa Del Mundo para acompañar a este libro, pero el libro no se merecía el desaire y me dio vergüenza y me aburría de estudiar y era tarde por la noche, así que decidí darle un poco de vidilla. No le busquéis significados extraños, porque me temo que no tiene ninguno.)

Cuando recibí este libro estaba en la ducha, pero por suerte había en mi casa más gente capacitada para abrir la puerta. Y la abrieron. Gritaron mi nombre. Bramaron "¡¡un paqueeeeteeeeee!!", y todo en lo que yo podía pensar y cantar bajo la ducha era "por favor, que sea GONE, que sea GONE, que sea GONE, queseaGONEqueseaGONEqueseaGONE...". Obviamente, no era GONE. Mentiría si os dijera que no se me cayó el alma a los pies. Y mentiría si no dijera que faltaban aún otras 29 horas y 37 minutos (contados por el reloj mental que puede cantar bajo la ducha) para recibir de verdad GONE. Mientras tanto, decidí que tenía que aprovechar al máximo la situación, así que me senté cómodamente espatarrada en mi silla, y empecé a leerlo. Y... oh, Dios santo y bendito. Qué maravilla. No quiero desvelar más, porque si lo hago me quedo sin argumentos para mi reseña, y así no hay forma de hacer que me visitéis para obligaros a leer dos veces lo mismo.



Y el final es el principio, el libro que antes llegó a mi hogar y que conquistó mi corazón codicioso primero, pero que entró de último en mi cabeza, aquel libro de tapas gordas y hermosas con el que he compartido siempre una tormentosa historia de amor libre. La cosecha de Samhein, Cose para los amigos. Él se largó con otra, y yo también lo dejé abandonado en un estante ajeno, nos odiamos a distancia y nos llamamos de todo, pero por fin hemos vuelto los dos con disculpas en los labios y un ramo de flores y estamos viviendo juntos, felices y casados. Y ya sabéis cómo son de apasionadas las reconciliaciones, porque Cose me robó una noche casi entera de sueño, manteniéndome en vela hora tras hora hasta que lo terminé, y aunque no es perfecto y ya os diré por qué en su momento, tengo que quitarme el sombrero ante esa capacidad que tuvo para clavarme a las hojas con magistral precisión hasta que leí la última palabra y pude apagar la luz y cerrar los ojos y soñar con la ciudad del nombre que por fin aprendí a recordar y a pronunciar: Rocavarancolia.




(Y por si no os habéis dado cuenta, hoy no aparece mi oso panda. Os envío saludos de su parte, pero al pobrecito le sentó mal el bambú y lleva toda la semana en el váter, así que no le dio tiempo a sacarse ni una instantánea miserable.)

Y ahora, entre el bramar de la lluvia y el rugir de mis tripas, cuelgo esta entrada y me marcho a comer.