Tres décadas atrás, una diseñadora japonesa Ikuko Shimizu creó Hello Kitty, una gatita que arrasó entre las niñas, que la adoptaron en sus cuadernos, carteras, gomas, lápices, pinches y otros miles de productos.
Hoy, su licencia está avaluada en un billón de dólares, es embajadora de la UNICEF y fue "redescubierta" por las nuevas generaciones, que hoy adoran a Kitty tanto como lo hicieron sus mamás.
Su rostro angelical, sus ojitos redondos y su expresión ingenua y sin boca salieron de la imaginación y del lápiz de la diseñadora japonesa Ikuko Shimizu, quien la creó para la firma Sanrio.
En la década del 80 y del 90, millones de calcomanías, tarjetitas, lapicitos, gomas, mochilas, afiches y todo producto que pudiera llevar la imagen de Hello Kitty poblaron las mochilas y las piezas infantiles.
A la célebre gatita la podemos encontrar en teléfonos celulares, accesorios para autos, vestimenta, computadores portátiles, juguetes, electrodomésticos, chequeras y muchísimos otros objetos que se comercializan en 60 países. No por nada se convirtió en el símbolo de la cultura Kawwaii (que significa "bonito") en Japón y el resto de Asia.
En 1981 Kitty aparece en su primera película, "Kitty and Mimmi's new umbrella", y en 1982 se crean fondos para las imágenes de Hello Kitty. En 1983 es nombrada embajadora infantil de UNICEF en los Estados Unidos.