en que a un cierzo anclar
esa voz que te diga,
y que te
haga sonreír
entre varas y barrotes de los de asir...
creer en dioses sólo si
existen,
volarse con ellos, volcar su cielo,
beberlo todo, de una, a modo de
presa;
y si mañana no me encuentro, o sólo sueño... malogrando monedas ya
rancias de pagarse peajes, de carcomer de ventanas... perdido esos instantes en
que fuiste lo uno y lo otro... que hicimos tanto y más; no conquistarse en modo animal, terrenal y todos, infinitos, no dio más largo la soga al cuello y tiembla el porte... y que los
males se arrastren por la puerta de atrás...
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