En Irak hay escuelas de poesía donde los estudiantes se nutren de las tradiciones, una de las más extensas y profundas de la humanidad. El poema de Gilgamesh, antecedente del Adán bíblico, tiene como escenario ese sitio que entre el Éufrates y el Tigris sirvió para describir el Edén.
Gerardo Burton
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Dicen que la poesía árabe nació en “el período de ignorancia”, una época imposible de imaginar, pues ocurrió antes de que existiera el islam. Una palabra designa al poema desde entonces, casida o qasida, y no hay más que recordar esas composiciones del último García Lorca en el Diván del Tamarit: la Casida del herido por el agua; del llanto; de los ramos; de la mujer tendida; de la muchacha dorada, entre otras. Qasida significaba, en esos remotos orígenes, “dirigirse a alguien” y también “atacar a alguien”, pero luego ese significado se extendió y abarcó otros temas: relatos de índole moral, poemas de contenido amoroso, celebración de triunfos. El poema se recitaba en un ámbito denominado samar -la velada- donde los beduinos repasaban, en la noche y al calor del fuego, los acontecimientos del día y recordaban su pasado, sus historias.
El poema evolucionó, y ahora tiene una estructura más estricta: rima consonante; versos construidos con el mismo ritmo y divididos en dos partes iguales. Eso le permitía al poeta observar los restos, las huellas de un campamento, de una morada, de su amada, el recuerdo -y también la invocación- de sus días felices, porque también es una mirada hacia el futuro. En la evolución, el poema se asoció inevitablemente con la música con lo cual la transmisión de generación en generación se hizo fundamentalmente a través de la oralidad. Ésa es una característica de los poetas árabes actuales y es algo que mantienen y cultivan los de origen iraquí. En ellos, los poemas de amor, de reflexión erótica o existencial están atravesados por la política: una posición que habla del pasado reciente de Irak; de las dos guerras del Golfo (https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Golfo ; https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Irak) y de la anterior contra Irán; del exilio -elegido o forzado- a que los sometió la situación de su país y la dualidad de todo exiliado que no resuelve la pregunta de si volver o no.