Friday, June 28, 2024

Primer resumen del sexenio

 

Se acaban los seis años de López Obrador como presidente pero no necesariamente termina López Obrador como mandatario. Hay que decir que en este sexenio el presidente acumuló todo el poder, como en los mejores años del PRI. Para ello se hizo de un gabinete de "floreros", que en términos reales no hicieron ningún trabajo. Sólo  fueron a salir n alguna mañanera a explicar lo inexplicable, a defender las decisiones caprichosas del presidente y a justificar todo lo que hicieron mal. 

Por ejemplo, tenemos a Gertz Manero, que de pronto ha desaparecido de los reflectores. Vamos, a saber si está vivo o no. Lo invitan a eventos políticos y manda a subalternos. Para colmo, en el transcurso de estos últimos años han salido a relucir un sinfín de abusos de Gertz desde su poderoso puesto, por ejemplo, en contra de la viuda de su hermano.

Otro ejemplo es el del Secretario de Salud, que mandó a su fiel súbdito López Gatell, a manejar la pandemia de covid 19, la cual dejó muchos más muertos de los esperados. El manejo logístico, de recursos para paliar la problemática, fue insuficiente y hubo una cantidad de muertes de más que no se pudieron prevenir... López Gatell cometió pifia tras pifia pero se llevó el aplauso de su jefe y del presidente, el cual no ve la realidad sobre la cantidad de muertos que pudieron evitarse.

Pero más allá de eso, López Obrador tomó decisiones por capricho: se inventó una megafarmacia que fue una ocurrencia, como el mismo aceptó cuando se planteó en la mañanera semejante proyecto y se gastaron 2 mil millones de pesos en encontrar un local adecuado para tener TODAS las medicinas habidas y por haber. Hoy esta megafarmacia entrega de 2 a 3 recetas por día y desde luego, no puede abastecer de medicamentos controlados (por ejemplo los psiquiátricos). No tiene personal y es una bodega literalmente vacía. Pero como AMLO tiene el poder completo, no hay quien le diga que la idea era una estupidez, que era inviable. Así las cosas.

Y podemos decir lo mismo del tren maya, el ecocida proyecto de un tren que está acabando con una parte importante de la selva del sureste. Según AMLO hay estudios ambientales pero es una mentira, porque no ha presentado ninguno. Fue otro de sus lamentables caprichos. Se dice que para que el tren llegue a generar ganancias, si eso ocurre, será después del 2029. Vamos a ver si es cierto. Pero el punto es: ¿por qué se hace un proyecto de esta naturaleza sin los estudios de viabilidad financiera? De hecho, el trenecito le ha costado al país tres veces lo originalmente presupuestado y les recuerdo, para los que aman a este inepto presidente, que él dijo que en las obras de su gobierno no se daría más dinero a los proyectos que el presupuestado. Desde luego otra mentira.

Pero vayamos a la educación, en donde prometió 100 universidades "Benito Juárez". No hay hoy día ni registros de planes de estudio, ni donde están estas universidades, ni de la cantidad de alumnos, ni de planta de profesores, ni de las carreras que se imparten. Los pocos datos revelan una serie de locales que se caen de viejos, semi-abandonados, que no son verdaderas aulas de una universidad. Vamos, una narrativa más de un gran proyecto de nación que sólo quedó en las palabras que cada mañanera nos receta este inútil desde su púlpito, sin vergüenza alguna. Vamos, mentiras y más mentiras.

Podemos seguir: el sistema de salud de Dinamarca se quedó en una mentira gigantesca. Cambió una y otra vez la fecha para inaugurarlo y no pudo hacerlo por una sola razón: el sistema de salud mexicano está rebasado. No hay forma -ni en sueños- de tener algo parecido al país nórdico. Bueno, en su absurdo cotidiano López Obrador dijo que no sería como el de Dinamarca, sino mejor que éste. Vamos, según sus palabras, sería el mejor sistema de salud DEL MUNDO.

Ya ni hablar del patético aeropuerto AIFA, cancelando un proyecto como el NAIM, que llevaba ya el 30% de avance. Se gastó una millonada de millones para pagarles a los contratistas y AMLO indicó que este aeropuerto era un nido de corrupción, de la cual no ha documentado un ápice. Nomás porque lo dijo él. Para colmo, el AIFA no tiene las vialidades necesarias para viajar desde este aeropuerto y por ende, ni es práctico ni funcional. También se pierden millones diariamente en este elefante blanco

Pero lo más preocupante no es todo lo anterior, sino que a diferencia de los anteriores presidentes, cuando se declaraba quién sería el sucesor, los reflectores irían al nuevo gobernante, pero no en este caso de López Obrador, quien hace giras conjuntas con Sheinbaum, la presidente electa. ¿Cuándo la doctora le dará una patada en el trasero y se deshará de este señor? Porque si lo consecuenta créanme, AMLO no se va a ir y tendrá a la Dra Sheinbaum como su títere y tendremos más pan con lo mismo. Sería muy triste que la presidente no decidiera tomar las riendas del puesto.

Dice López Obrador que terminando su mandato se irá a su rancho en Palenque, pero ya sabemos que este señor jamás cumple sus promesas. Vamos, ni regresó a los cuarteles a los militares ni estuvo la gasolina a diez pesos. AMLO miente cotidianamente y hasta creo que ni se da cuenta. Aunque ya aclaró que si el país entra en guerra "o su presidenta" le pide que regrese, él lo haría, porque "la patria es primero". Ajá.

Yo pienso que el temor de López Obrador es el olvido. Si termina su mandato y se va a su rancho, pronto nos olvidaremos de él. Y más aún, si de verdad se va al retiro, MoReNa como partido político empezará a quebrarse... Y ahí empezará la rebatinga de los políticos hambrientos de un hueso. Y poco a poco ya MoReNa no será el atractivo partido que es. Porque ya se acabó el pegamento que los unía (léase López Obrador). Pero lo interesante será cómo va a manejar esta nueva posición de soledad López Obrador, en donde ni el perro de su casa le hará caso. De pronto, después de seis años de estar todos los días en los medios, estará solo y su alma. Vamos, ni su esposa estará con él pues ya lo indicó el propio presidente, que su esposa vivirá en la CDMX y que él en Palenque. Desde luego dice que buscará venir a la ciudad a verla, aunque no sabe cómo, porque dijo, no tomará ningún avión comercial. "A ver cómo le hago", ha comentado (fácil, le pedirá a Sheinbaum que le mande un avión del ejército para estos fines).

Hemos pues perdido seis años. Ni crecimos al 6% anual, ni fue el mejor presidente de México, después de Benito Juárez, ni nada de nada de lo que dijo sería y haría López Obrador. Peor aún, ha dejado al país en lamentables condiciones. Ojalá y de verdad Claudia Sheinbaum pueda revertir esto porque otros años de una narrativa mentirosa no creo que los aguante esta nación.

Vamos, yo me conformaría con la resolución de un solo problema: educación, seguridad o salud. Uno solo que resuelva sería ya ganancia. La verdad es que el futuro no se presenta halagüeño.


Wednesday, June 19, 2024

Los interminables intentos de engaño


Internet es una bendición en muchos sentidos: abrió la posibilidad de hacer que el conocimiento se volviese accesible a todos. Con el tiempo se crearon un sinfín de herramientas y es claro que la red de redes es un parteaguas en cómo vivimos hoy día. Por poner un ejemplo, más de uno recordará cuando se usaba la Guía Roji para tratar de llegar a una dirección que no conocíamos. Y entonces abríamos un librito en donde uno buscaba el lugar correspondiente y entonces eso nos remitía a un mapa en papel de calles en donde, finalmente, teníamos que analizar e interpretar para saber cómo llegar. Hoy Google Maps no sólo nos muestra el mapa, sino que además, nos dice cómo llegar... Y lo hace incluso vía voz, dando indicaciones sobre dónde dar vuelta, qué calle tomar, etcétera. Vivimos tiempos asombrosos.

Pero con Internet llegaron muchos servicios que poco a poco se decantaron en su uso y así surgieron las redes sociales. Facebook tuvo un gran éxito y tan fue así que hasta película sobre Mark Zuckerberg se ha hecho. Hoy varios miles de millones (y no exagero) de personas, usan esta red social. Y la realidad es que es un portal interesante el de Facebook. Puede uno leer noticias, seguir a amigos, ver lo que hacen los demás e incluso las “celebridades” del espectáculo, etcétera. Sin embargo, existen personas que quién sabe cuáles son sus aviesos fines, que de pronto hacen cosas como robarlas fotos de algún usuario, hacerse de una cuenta de Facebook con se nombre (que no es el de ellos), y tratar de engañar a los amigos del personaje suplantado haciendo creer que es el personaje original.

Y esto me pasó ayer. De pronto recibo una invitación por Facebook para incluir a mi amigo, al cual llamaré Sr. X. Se me hizo raro porque al Sr. X nunca lo he visto acceder a Facebook. Poco después de aceptar la amistad, recibí un chat del Sr. X. Me saludaba y en la plática virtual me comentó que estaba en Miami, pero que regresaba la siguiente semana y me decía de la posibilidad de reunirnos. Le dije que sí y me pidió mi teléfono. Y ya ahí empecé a sospechar de este Sr. X, porque mi amigo seguro tiene mi teléfono. Le di entonces uno falso. El apócrifo Sr. X me dijo que me agregaría a Whatsapp pero desde luego, no pudo hacerlo porque el teléfono que le di no existe. Me dijo entonces que no pudo darme de alta. Le contesté “qué raro, déjame ver qué está pasando”... Y en el mientras le escribía a la cuenta del auténtico Sr. X en Twitter para que me confirmara que era él. Como no me contestó, pensé que si fuese el auténtico Sr. X, habría visto los mensajes en Twitter. Por ende, dejé al sospechoso Sr. X y me fui a dormir. Al día siguiente localicé al verdadero Sr. X y me confirmó que la cuenta de Facebook con la que interactúe no era de él. Entonces procedí a reportar la cuenta y ya se hará cargo Facebook de los trámites para eliminar a este indeseable. 

Yo sé que a mucha gente le habrá pasado algo similar a lo que me ocurrió. Simplemente no entiendo por qué hay personas que quieren engañarnos. ¿Querrá mi teléfono para agobiarme con spam telefónico? ¿Buscará hacerme algún truco para entrar a mis cuentas de banco vía Whatsapp? ¿Por qué estos delincuentes nunca tienen castigo? ¿Por qué tenemos que estar a las vivas para que “no nos metan un gol”?


Hoy, hace dos años, murió mi mamá


El tiempo sigue pasando y hace dos años que mi mamá murió, un día como hoy. De hecho, mi mami pasaba por una difícil recuperación por una neumonía. Estaba en casa y una geriatra la estaba tratado. Mi mamá hacía lo que podía: ejercicios de rehabiltación, tomarse todas sus medicinas e incluso, comer tanto como podía a pesar que no tenía hambre y hacía esfuerzos para pasar la mayor cantidad de alimentos. 

Yo, mucho antes que mi mamá empezara con problemas ya más graves de salud, pues rondaba ya muchos años (murió con 90 años), decidí que haría lo posible por verla lo más seguido. De hecho, cuando mi madre se mudó al departamento en donde finalmente falleció, lo hizo en ese lugar muy cerca de la UNAM pensando que podía ayudarme a mí (que trabajo en la Máxima Casa de Estudios), para que tuviese donde caer después de mis clases. Vamos, seguía cuidando a su hijito... Así que bajo la política de que "hay que hacer lo que hay que hacer", yo iba al menos un par de veces a la semana a ver a mi mamá. Y ojo, no me costaba trabajo hacer esto. Platiqué mucho con ella. No me quedé con nada y en ese sentido me siento tranquilo, porque intenté ser el mejor hijo posible, asunto que era fácil para mí, porque así me educaron.

Me acuerdo que el viernes anterior a su fallecimiento (el siguiente domingo), le pregunté a mi mamá cómo se sentía. Me contestó que fastidiada. Por suerte no sufió. Descansó finalmente y tuvo una vida feliz. Me acuerdo de ella mucho y sé que siempre está presente. Besos para ella.

Friday, June 14, 2024

El efecto de los años en ajedrez



Mucha gente cree que el ajedrez es un juego para gente mayor, para ancianos. Y esto se ve muchas veces en pinturas o fotos de gente ya de edad discurriendo profundamente sus jugadas. La realidad sin embargo, es totalmente contraria: los mejores exponentes son cada vez más jóvenes.

Hay muchas razones para ello. Por una parte, los niños y jóvenes suelen ser prácticamente esponjas, que absorben el conocimiento muy rápidamente. Además, si consideramos que gracias a Internet y la tecnología, hoy en día tenemos que los chicos avanzan considerablemente en lo que tienen que aprender en ajedrez: táctica, estrategia, aperturas, finales, maniobras del medio juego, etcétera, pues hay un número enorme de fuentes que se pueden consultar y el resultado se nota mucho más rápidamente.

Desde luego que además de esto hay que considerar el interés que el ajedrecista pone en el juego. Hoy, con la especialización existente, muchos jugadores menores de 20 años alcanzan una madurez ajedrecística que antes se lograba después de llegar a los 30 años de edad. Fischer, por ejemplo, fue Campeón Mundial en 1972, con 27 años. Hoy tenemos a Gukesh, de la India, que ha ganado el derecho de retar a Ding Liren, el Campeón Mundial, contando tan solo con 17 años.

No obstante lo anteriormente dicho, muchos jugadores se convierten en fuertes grandes maestros que llegan a mantener un nivel impresionante. Víctor Korchnoi con más de 70 años era capaz de vencer a los mejores del mundo y Vassily Smyslov, un jugador fuera de serie (excampeón mundial), estaba jugando el torneo de candidatos con más de 66 años de edad.

Pero sí, estos dos personajes son realmente la excepción que confirma la regla. Lo normal es que con la edad los ajedrecistas pierdan empuje. Por una parte, se hacen mayores, se cansan más rápido, tienen menos resistencia física pero peor aún, quizás han perdido la motivación de competir. Pongamos el mejor ejemplo de ello: Garry Kaspárov, quien se retiró en el 2005, apeló a que ya había ganado todos los torneos importantes en el mundo y que no le quedaba nada más que demostrar. Y sí, dijo que jugaría eventualmente pero cuando lo hace, en torneos de partidas rápidas y Blitz, queda en los últimos lugares. Ya no tiene el nivel de competencia que hoy se exige y además, ya tiene 61 años. Vamos, la juventud empuja fuerte.

Otro ejemplo interesante es ell que pone el GM Danny Gormally, que copia la lista de los mejores jugadores británicos en la lista de Elo de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, por sus siglas en francés). Por ejemplo, Nigel Short (nacido en 1965), quien fuese subcampeón mundial, ya tiene 2594 puntos Elo, es decir, su nivel empieza a palidecer. Luke McShane (nacido en 1984), presumiblemente el aficionado más fuerte del planeta, llega a 2617 puntos Elo, lejos de los 100 mejores del mundo. Y sí, McShane no se dedica al ajedrez profesionalmente, pero de alguna manera la edad le está empezando a cobrar factura. Vamos, el propio Gormally (nacido en 1976), gran maestro, tiene 2421 puntos, un Elo más de Maestro Internacional que de Gran Maestro.

Y es claro entonces que el tiempo no perdona. Mi pregunta es si puede hacerse algo al respecto. En esta ocasión, en lugar de teorizar, decidí ponerme a mí mismo en la práctica de una idea para ver si puedo hacer que la caída de Elo sea menos pronunciada. El plan es trabajar de dos a cuatro horas diariamente por un par de meses. Con método, con disciplina. Por ejemplo, yo estudio ajedrez en la mañana y en la noche. Hay días que no tengo cuatro horas pero seguro puedo hacerme de dos horas libres  por día para trabajar en mi ajedrez.

La idea entonces es jugar un par de torneos abiertos, procurando no preocuparme de los resultados sino de la calidad de juego. Poner pues la mente en un estado diferente al de la competición, es decir, hacer buenas partidas, no dar tablas a la primera oportunidad y luchar hasta el final. El resultado pasa a segundo término.

Ganar o perder a mi edad ya no es importante. Es difícil que pueda regresar a mi nivel de los 20 años. No voy a ser ni campeón del mundo, ni gran maestro y probablemente ya no pueda llegar siquiera a maestro internacional. Pero eso no es tan importante ya. Lo que estoy tratando de entender es si hay algún mecanismo que permita evitar esta -aparentemente- caída libre en mi Elo. ¿Podrá ser?

Hay que decir que hay desde luego siempre ejemplos notables. En México, uno de los primeros profesionales del ajedrez, el Maestro Internacional Kenneth Frey, con más de 70 años, es asiduo participante en los torneos de clasificación internacional que se organizan en uno de los pocos clubes que hay en la Ciudad de México, el club “Mercenarios”. Ayer nos avisó, en una de las reuniones sabatinas que hacemos para ver ajedrez (vía zoom desde que inició la pandemia), que su Elo era de 2119 puntos, un “milagro biológico” (según sus propias palabras). ¿Cómo lo logró? ¿Motivación? ¿Experiencia y madurez en su juego? No lo sé. Lo que sí reconozco en Frey es su pasión en el ajedrez. Y de hecho, en una entrevista que le hice hace años le pregunté finalmente: “¿Ha valido la pena dedicarse al ajedrez?”. Su respuesta fue contundente: “Ha valido cada maldito segundo de la vida”.

Friday, May 31, 2024

Sobre las elecciones del 2 de junio del 2024


Ya estamos a punto de terminar, como país, este insufrible circo de la política en México. El gasto más que excesivo de nuestra supuesta democracia puede verse en la cantidad de carteles de los infinitos candidatos que sí saben cómo sacar al buey de la barranca. Y desde luego, prometen cualquier cantidad de barbaridades, la mayoría simplemente imposibles de cumplir. Pero es así este espectáculo en donde se descalifican mutuamente, se siente cada candidatos (al puesto que sea), como el más maravilloso y como siempre, nos prometen que tendremos finalmente un futuro como país. Veremos pues la luz al final del túnel.

La realidad es que nos daremos cuenta con los años que no será posible cumplir la gran promesa de entrar al primer mundo, de convertirnos en un país en serio, no una caricatura bananera y que, finalmente, este país está condenado a todas las miserias humanas porque en México se simula que se trabaja, se simula que se hacen obras, se simula un sistema de salud como el Dinamarca, o una refinería novísima que quién sabe cuándo va a refinar algo o bien, un tren que va más lento que los autobuses que cumplen esas rutas. Y ni hablar de un aeropuerto también muy nuevo que de plano sigue vacío, amén de estar muy lejos, o bien, de esta estrategia de seguridad de "abrazos, no balazos", que mandó a la tumba a unos 180 mil mexicanos de manera violenta... perdón, como dijo AMLO, "no hay más violencia, hay más homicidios".

Pero todo lo anterior no importa. Se pronostica que ganará Sheinbaum fácilmente y ya los periodistas conservadores aclaman que AMLO no se irá, que estará detrás de la silla presidencial, dictándole a la presidente lo que hay que hacer y decir. Yo no creo que esto vaya a pasar, porque finalmente Sheinbaum podrá ser muchas cosas, pero tonta no es. Y lo interesante aquí es que si AMLO se retira -como ha dicho- entonces el líder del movimiento desaparecerá y como no hay nadie que tenga ese empuje, entonces MORENA empezará a debilitarse. 

Y si se va AMLO, si de verdad se retira, se acabó el liderazgo y de pronto MORENA no tendrá una guía directriz, como la que tuvo al país por seis años con López Obrador y su particular manera de gobernar la cual, sea dicho de paso, se parece mucho al anquilosado priísmo en donde una sola persona tomaba todas las decisiones en México, en donde una sola persona decidía (el dedazo), a su sucesxor (en este caso Claudia Sheinbaum) y en donde además, este único personaje se pasa las leyes por el fundillo un día sí y otro también.

Mi pronóstico es que este "segundo piso de la cuarta transformación" se mantiene como la narrativa del día, pero cuando AMLO ya no pinte en el panorama, mantener este discurso será mucho más difícil. Y tan lo será que dudo que pueda MORENA continuar ganando las elecciones presidenciales. Si gana Sheinbaum este 2 de junio, será porque Xóchitl Gálvez no pudo ser una opositora adecuada, y porque el gobierno apoyó con todo a Sheinbaum y se olvidó de la democracia, del piso parejo, de todo lo que nos ha costado construir en nuestra incipiente democracia y que gracias a AMLO, se ha ignorado olímpicamente.

Yo pienso que Claudia Sheinbaum será la primera mujer presidente de este país, pero no por ser una candidata ideal, sino porque no hay competencia y ya expuse mis razones. Platicamos después del 2 de junio.


Monday, May 13, 2024

Murió Willy de Winter


Cada país tiene sus héroes locales y el ajedrez no es la excepción. Recordemos por ejemplo al ingeniero Alfonso Ferriz Carrrasquedo, quien por años mantuvo un club de ajedrez por la colonia Santa María la Rivera, y del cual salieron algunos jugadores que llegaron a jugar muy bien, incluso internacionalmente. También tenemos a su hijo, “Poncho” Ferriz, quien se dedicó por muchos años a la difusión del ajedrez en el país y que incluso tiene una institución educativa “EsNAJ” (escuela nacional de ajedrez), la cual siguen manteniendo los hijos de este último pues Poncho falleció en la pandemia.

Otro gran personaje, animador constante en cuanto torneo había, fue el Maestro Internacional Willy de Winter, políglota, dedicado profesionalmente a los idiomas, aunque su pasión fue toda la vida el juego ciencia, el cual falleció el día 12 de mayo en la tarde (domingo), a la edad de 91 años. La noticia es realmente muy triste porque el ajedrez mexicano pierde uno de sus personajes más pintorescos, que además, apoyó de todas las maneras posibles a ajedrecistas, organizaciones y clubes. 

Creo conocí a Willy en el desaparecido Club Pomona (hace más de 50 años), el cual abría sus puertas los martes y los viernes. Jugué algunos torneos ahí y Willy cada viernes, sin falta, llevaba un boletín de una o dos cuartillas, el cual se repartía a todos los que acudíamos al club. Se llevaba cuenta de los resultados de los torneos locales, de las noticias más relevantes del mundo del ajedrez, etcétera. 

En algún momento Willy estuvo en la televisión hablando de ajedrez (en el noticiero nocturno de Zabludovsky), comentando las partidas del match Fischer contra Spassky, que se llevaba a cabo en 1972 en Islandia. Muchos años después apareció en la televisión en el programa sabatino de Saldaña, en donde con una serie de colegas notables de las letras, hablaban de idiomas, expresiones, definiciones, etcétera. Era un apasionado de los palíndromas e incluso escribió un par de libros sobre el tema. El  incansable Willy estaba en todo y mi explicación a esto la hallé cuando una vez me dijo: “el cansancio es ficticio”. Willy era el ejemplo perfecto de esto.

Con Willy de Winter jugué muchas partidas. Me ganó algunas de manera brillante. Recuerdo vivamente una de ellas, la cual duró unas cinco horas y en donde se dieron un sinfín de posibilidades complicadas. En algún momento estuve meditando una jugada unos 40 minutos, en una posición crítica. Willy se aplicó igualmente y era claro que nos estábamos jugando el todo por el todo. Fue una larga partida que finalmente terminé ganando a un Willy que se jugó todos sus recursos hasta el último momento. Era un luchador increíble y sabía que en ajedrez las posibilidades y recursos siempre se presentan. Nunca fue un rival fácil.


Cuando cumplió 89 años se organizó un torneo en su nombre, el cual –curiosamente– el propio Willy patrocinaba. Era una justa entre amigos que se destrozaban en el tablero, pero que al final del evento festejábamos todos con un Willy feliz, porque él era para el ajedrez, o para decirlo en términos populares, ya Willy no se pertenecía, pertenecía al ajedrez.

Willy hizo mucho por el ajedrez mexicano y siempre de forma desinteresada. La existencia de clubes, revistas, actividades ajedrecísticas, etcétera, se le deben directamente a él aunque no le gustase que se supiese. Si debo quedarme con algo, recordaré una de sus frases más famosas. “La vida es una insípida interrupción del ajedrez”. Todo está dicho. Descanse en paz.

Wednesday, May 08, 2024

De candidatos a presidentes

 


Se dice frecuentemente que los seres vivos nacen, crecen, se reproducen (no siempre) y mueren. Y esta frase bien podría aplicarse a diversos dominios, por ejemplo, el de la política. A mí me llama la atención poderosamente este asunto de querer ser presidente de la República. Estrictamente es ganarse la rifa del tigre pero en fin, dicen que sarna con gusto no pica, para seguir con estas frases populares. 

Soy de la idea que los políticos se forman con el tiempo, pasando de puesto en puesto, desde los más bajos en jerarquía hasta aquellos en donde ya pesan sus decisiones y además, se vuelven incluso personajes reconocibles por la ciudadanía. Y entonces me parece, los que entran a puestos públicos quizás empiezan desde un nivel relativamente bajo pero poco a poco, se van ganando la confianza de sus superiores, ascienden y de pronto ya están cerca de la punta de la pirámide (o al menos eso creen) y de pronto, les entran las ganas de postularse para puestos de más responsabilidad. Y ojo, para esto hay centenares de puestos en la política, los cuales le dan a los futuros candidatos elegidos la posibilidad de acceso a dinero, a poder, a prebendas, etcétera.

Y entiendo que como dice el slogan de Cinépolis en los cines VIP que tienen: "qué fácil es acostumbrarse a lo bueno". Y desde luego que no hay ser humano que se queje de tener más ventajas, más acceso a bienes y servicios, vamos, a una vida más cómoda. Y eso pasa en México con los políticos que de pronto, ven que son el mandamás en muchas situaciones. Se hace lo que ellos indican, se atiende todo lo que dicen y además, tienen un conjunto de personas que resuelven y satisfacen todas sus necesidades. Y esta es probablemente una de las razones para darnos cuenta la cantidad de años que se mantienen los mismos políticos de siempre. Y no importan banderas, colores o ideas políticas. Hay que estar en la jugada y la prueba de ello puede verse en políticos como Bartlett, Porfirio Muñoz Ledo (qepd), entre muchos otros.

Es claro que una de las motivaciones es el dinero que se puede ganar en la política. Por ejemplo, diputados y senadores ganan cantidades enormes y además, se les otorga un aura de que votan por las mejores decisiones que deben aplicarse en el país. Todos son ciervos de la nación, todos nos dicen que sólo piensan en el pueblo (y con AMLO, en el pueblo bueno) y que ya no se pertenecen a sí mismos. Es la nación la que ha creado esta pléyade de personajes que están dispuestos a sacrificarse por el bien de la patria. Pero más allá de esta ironía simple, es evidente que el motivador es el dinero. Y les pongo un ejemplo: Cuando Ebrard quería ser el candidato de Morena a la presidencia, en alguna entrevista le preguntaron la cantidad de dinero que ganaba. No quiso decirlo abiertamente, pero indicó que él necesitaba unos 3 millones de pesos por año para vivir. Esto significa unos 250 mil pesos al mes. Y si comparamos con el promedio nacional en salarios, veremos que no sobrepasa los 17 mil pesos al mes, es decir, 204 mil pesos anuales, ni un mes de lo que necesita este lamentable personaje de la política mexicana, que ahora se arrrastra por los caminos que le pone Morena Y Sheinbaum, porque no quiere salirse de este bonito juego. El dinero es un aliciente extraordinario, que compra voluntades y orgullos. Ahí está este Marcelito Ebrard como ejemplo.

Pongamos entonces el caso de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, quien comenzó siendo alcaldesa para pasar después a ser quien gobernara la Ciudad de México para finalmente, probablemente gracias al dedazo del presidente, a ser la candidata a la presidencia de este país. Claudia estudió física, hizo la respectiva maestría y un doctorado. ¿Nunca pensó en que ser candidata a la presidencia es meterse en una problemática increíblemente compleja? ¿Quién le habló al oído y le convenció que ella era la que podría sacar a este buey de la barranca? ¿Estaremos ante la posibilidad de un gobierno que de verdad no sea la simulación que fue el de AMLO? Y eso me lleva a la pregunta: ¿Por qué fracasan todos los gobiernos en este país? ¿Por qué el que llega a la silla presidencial simplemente termina siendo un desastre (tarde o temprano)?

Yo creo entender lo que pasa. Cuando un ciudadano se vuelve candidato, entonces sabe que puede prometer todo lo que se le antoje, particularmente en donde hay más carencias a resolver. Si el sistema de salud pública no te atiende, vete a un hospital privado y el gobierno te lo pagará, dice Xóchitl Gálvez. Pero bien sabemos que esta promesa nunca será cumplida porque nunca habrá dinero para ello. Y regresando a Ebrard, cuando se estaban haciendo los segundos pisos del periférico, hizo carteles y mantas que indicaban que habría transporte ejecutivo gratuito en los seggundos pisos, asunto que por supuesto, nunca ocurrió. Pero regresando al asunto, prometer no empobrece y los candidatos en turno prometerán a la ligera lo que se les antoje. La excandidata del PAN de hace unos años, cuyo nombre no quiero recordar, decía que repartiría iPads a todos los alumnos de las escuelas públicas. Ajá. A ese nivel llegan a veces las promesas de muchos candidatos. Aquí en la CDMX no sé qué candidato a ser gobernador de esta megalopolis, indicaba que atacaría el problema del agua, nuevas tuberías, un sistema extrardinariamente eficiente de distribución, etcétera. Promesas y más promesas 

Pero bueno, eventualmente llega alguien a la silla presidencial, como hizo López Obrador, que desde su quasi-eterna candidatura, reprochaba lo mal que hacían todos los anteriores presidentes. Vamos, aparte de Salinas estaba Fox, Calderón y Peña, que nos iba a llevar, decía el peje, "al despeñadero". Y en cada entrevista AMLO sabía cómo sacar adelante a este país. Y cuando ganó la presidencia, esa noche hizo un bonito discurso en donde se prometía un nuevo México. Y les diré algo: AMLO actuó como todos los estudiantes que hemos entrado a la UNAM. Al sabernos aceptados en la Máxima Casa de Estudios, pensamos que le echaríamos todas las ganas, que incluso veríamos cómo adelantar materias y trataríamos de acabar en menos tiempo que el que da la Facultad para estudiar la licenciatura. Y nos creemos la idea de que después de las clases estudiaríamos  cada tarde para reforzar lo que vimos, etcétera. Vamos, seríamos los alumnos perfectos e ideales. Pero esto choca contra la realidad, contra los tiempos disponibles, que son menos (pues uno se traslada de la escuela a la casa y viceversa, al menos). Y entonces vemos que tenemos vida social, que no todo es estudiar y para remate, llega el primer mes y nos recetan la primera tanda de exámenes en donde nos muestran que no somos esos brillantes estudiantes, esas maravillosas mentes. Y nos reprueban. Vamos, entramos con las mejores intenciones pero como le escuché decir a Juan José Arrreola alguna vez: "de buenas intenciones está empedrado el infierno".

Y es que cuando llega alguien a la silla presidencial se le olvida, o no sabe, o pretende no saber, que ya hay muchos intereses creados. Para colmo, es evidente que no se puede cambiar un país de la noche a la mañana. No pueden cambiarse usos y costumbres de un día para otro. No puedes dejar de entender las limitaciones de recursos del Estado considerando la enorme problemática en un sinfín de rubros.

Y eso por eso que fallan los presidentes. Porque todo lo hacen mal o a medias, incluso el sistema presidencialista donde una sola persona puede tomar las decisiones en cuanto tema se le ocurra, no ayuda en nada a mejorar al país. Así tenemos a AMLO inventándose una megafarmacia la cual resultó inútil y que dos mil millones de pesos después se demuestra como una absurda idea, por no decirle estúpida idea). Y a donde volteemos encontramos estas espantosas deficiencias: un sistema de salud pública rebasado, en el cual AMLO se le ocurrió decir desde hace un par de años que lo reconstruiría y que sería mejor que el de Dinamarca. O que su estrategia de abrazos y no balazos era la adecuada. Vamos, acaba de mencionar en su show mañanero que hay menos violencia pero más homicidios. Traducción, para el presidente hoy se matan a las personas sin violencia, con cariño o no sé cómo. Vaya dislate del presidente.

Termino: yo espero que quien llegue resuelva un solo problema pero que lo haga bien. ¿Es la seguridad? Adelante ¿Es el sistema de salud? Vamos. ¿Es la educación? Perfecto. Tratar de resolver todos los problemas no da resultado. Yo ya, ante este país que se cae a pedazos, sólo pido se resuelva un problema bien y para siempre. ¿Es mucho pedir?

Sobre el comportamiento emergente

 


El estudio de la Naturaleza es fascinante. Las leyes que gobiernan el universo en el que vivimos están siendo descubiertas y modificadas en la medida de lo que vamos aprendiendo de los fenómenos naturales. Por ejemplo, Newton definió la fuerza de gravedad en el siglo 15 y no fue hasta el siglo 20 que Einstein redefiniría a la gravedad, quitándole la propiedad de ser una fuerza. En esos términos, vivimos 500 años estudiando a la gravedad de la forma equivocada. De ser una fuerza es ahora una distorsión del espacio-tiempo.

 Por ello no es de sorprenderse ver en fenómenos naturales comportamientos notables, que merecen ser estudiados. Y es así como vamos tratando de comprender (muchas veces sin lograrlo), cómo funcionan las cosas. Y pensando en esto, imagínese un gas en un contenedor. Sabemos hoy que las partículas del gas se mueven dentro de dicho espacio contenido y pegan contra las paredes del mismo, El movimiento de dichas partículas es azaroso y además, se dan choques entre las partículas. Podemos cambiar la velocidad con las que chocan estas partículas calentando el gas, por ejemplo. Y lo que ocurre es que estas partículas se mueven entonces más velozmente.

 Y una vez que tenemos esta información, ya sabemos algo sobre los gases que de alguna manera ya no cambia. Sin embargo, considérese un grupo de pájaros que vuelan en conjunto casi organizado de manera poco usual.

 


Más de uno podría esperar que hubiese una especie de pájaro líder, que llevase el control de las acciones. Pero esto es una visión anticuada y además, fácil de demostrar como falsa. Imaginemos que hay un pájaro líder, ¿cómo se enteran los pájaros que están suficientemente lejanos, de las órdenes que deben cumplir? De hecho, hoy sabemos que este comportamiento es llamado “emergente”, es decir, nace de la existencia de una estructura compleja en donde el todo es mayor que las partes. Este comportamiento inusual se presenta en otros fenómenos, como aquel en donde una serie de metrónomos se sincronizan cuando se ponen estos en una mesa movible ligeramente:

 


El efecto es notable. Emerge esta sincronía que se está observando en una serie de fenómenos y en donde la cual no surge por una unidad supervisora, sino por seguir reglas ciegas, lo que lo hace sorprendente.

 En los autómatas celulares (una y dos dimensiones), en la llamada “hormiga de Langton”, surgen comportamientos inesperados los cuales, hoy hemos definido, son parte de muchos procesos en los sistemas complejos. Y aunque no sabemos cómo o por qué emergen, es evidente que nos muestran una cara nueva de lo que la Naturaleza tiene dentro de su chistera.

 


Pero la primera pregunta a resolver es qué es un sistema complejo. De acuerdo a la Wikipedia: “Un sistema complejo está compuesto por varias partes interconectadas o entrelazadas cuyos vínculos crean información adicional no visible ante el observador como resultado de las interacciones entre elementos”.

 Y continúa: “En contraposición, un sistema «complicado» también está formado por varias partes, pero las relaciones entre estas no añaden información adicional. Nos basta con saber cómo funciona cada una de ellas para entender el sistema. En un sistema complejo, en cambio, existen variables ocultas cuyo desconocimiento nos impide analizar el sistema con precisión. Así pues, un sistema complejo, posee más información que la que da cada parte independiente. Para describir un sistema complejo hace falta no solo conocer el funcionamiento de las partes, sino conocer el funcionamiento del sistema completo una vez relacionadas sus partes entre sí”.

 La definición no nos dice mucho porque cuando se habla der variables ocultas pues entramos en el terreno de la especulación. Vamos a suponer que existan estas variables ocultas. ¿No pueden dejar de serlo y mostrar lo que son? ¿Si las variables ocultas se mantienen así, cómo podremos alguna vez entender estos comportamientos emergentes?

 Y esto me hace pensar en cómo medir la complejidad de un sistema llamado “complejo”. Pienso en una computadora moderna... ¿Es complejo o simplemente complicado? ¿Por qué no surgen comportamientos emergentes en las computadoras pero sí ocurren en fenómenos (con reglas tan simples), como los autómatas celulares? ¿Qué define pues la complejidad? ¿Cómo podemos medirla? ¿Qué la caracteriza?

 Tomemos otro ejemplo: la mente humana. ¿Cómo puede ser que pensemos, que tengamos ideas nuevas, que produzcamos este fenómeno del pensar de formas diferentes unos con otros si finalmente todos los seres humanos viven dentro del entorno de las reglas de la física y química? Soy de la opinión que el pensar es un comportamiento emergente. Curiosamente parece haber grados en el mismo. Muchos animales no tienen la misma capacidad que los seres humanos para pensar y es por eso que nos denominamos a nosotros mismos homo sapiens. ¿Será que nuestro sistema es complejo, más complejo que el de otros animales?

 La ciencia de la complejidad trabaja constantemente en estos temas. Sin embargo, da la impresión de ir muy a la ciega en las posibles conclusiones que sacan. Yo empezaría por tratar de definir y medir la complejidad. Creo que ese sería el primer paso a dar.

Dawkins y los cambios acumulativos en la evolución natural


Richard Dawkins es un biólogo evolucionista muy popular y famoso. Es autor de varios libros, entre ellos "El gen egoísta" (1976), en donde popularizó la idea de la evolución basada en los genes.  Dawkins usa la definición de gen de George C. Williams como "aquello que se separa y recombina con frecuencia apreciable". Y a partir de ahí intenta mostrar que gracias a esta recombinación de los genes, se evoluciona y se tienen individuos más aptos. 

Podríamos decir que en su siguiente libro, "El relojero ciego" (1986), es una continuación de El gen egoísta, en donde Dawkins responde a una serie de críticas a sus teorías evolutivas a partir de la genética. Comienza discutiendo las ideas del teólogo William Paley (de 1802). De acuerdo a Paley, la vida, debido a su complejidad y perfección, es evidencia para creer en Dios. Es un mecanismo como un reloj, y los relojes son creados por relojeros. De hecho, Paley pone como ejemplo la complejidad biológica del ojo humano. Dawkins usa ese símil para argumentar que el supuesto relojero de la vida no planifica a largo plazo (porque es ciego). Argumenta que la vida, aunque compleja, no es perfecta. El propio ojo humano contiene una falta de eficiencia debida a la orientación de las células fotosensibles. El punto fundamental es cuando Dawkins indica: "La consecución de la complejidad se puede lograr mediante la acumulación progresiva de pequeñas modificaciones".

Pero... ¿es así? Dawkins no se conforma con sus argumentaciones, sino que pasa al terreno de la práctica para demostrar esta acumulación progresiva de pequeñas modificaciones que, en términos evolutivos, puede llevar mucho, pero mucho tiempo. Sin embargo, Dawkins plantea el conocido problema de los monos que ciegamente escriben en máquinas de escribir al azar, hasta que se produce -eventualmente- las obras de Shakespeare. Dice el famoso biólogo: "No sé quién fue el primero en argumentar que, dado un espacio de tiempo lo suficientemente largo, un mono que pulsara las teclas de una máquina de escribir de manera aleatoria llegaría a escribir todas las obras de Shakespeare. Obviamente, la parte crucial de esta hipótesis es 'dado un espacio de tiempo lo suficientemente largo'". Y agrega "De todas maneras, limitemos un poco la tarea del mono: supongamos que no tiene que escribir las obras completas de Shakespeare, sino simplemente la frase methinks it is like a weasel ('yo creo que se parece a una comadreja'). Pongámosle las cosas aún más fáciles: el mono dispondrá de un teclado más sencillo de lo normal, con sólo las 26 teclas correspondientes al alfabeto inglés (todas mayúsculas) y la barra espaciadora. ¿Cuánto tiempo le llevaría al mono escribir esta frase?" 

El ejemplo de Dawkins está diseñado para hacernos considerar la producción de una secuencia de 28 caracteres, asumiendo que cada uno de ellos es seleccionado aleatoriamente. El número de posibles secuencias, dado el alfabeto disponible, es de 27^28, o aproximadamente 10^40. La probabilidad de que el mono produzca una secuencia determinada es extremadamente pobre. Cualquier secuencia puede ser seleccionada como el objetivo, y todas ellas tienen la misma probabilidad de ser producidas que la secuencia objetivo de Dawkins, es decir, 'METHINKS IT IS LIKE A WEASEL'.

Dawkins entonces escribió un programa de computadora tratando de simular las condiciones impuestas: un simio informático que escribe azarosamente en un teclado limitado.  Este mono produce líneas de 28 caracteres al azar. Si pensamos así, probablemente le llevaría varias veces la vida del universo para llegar a la frase buscada.  Pero Dawkins ilustra así una concepción equivocada (pero muy común) de la evolución: que las secuencias de ADN y otros compuestos orgánicos como las proteínas son el resultado de una combinación aleatoria de átomos. Dice Dawkins: "Si la selección natural funcionara de esta manera, la probabilidad de que se formara una secuencia de aminoácidos concreta sería extremadamente reducida". La selección natural, agrega Dawkins, no funciona así, sino que procede en pequeños cambios cumulativos. Seguidamente, demuestra que el proceso de selección cumulativa conlleva una reducción muy considerable en el número de pasos necesarios para producir cualquier secuencia posible.

Y continúa el biólogo evolucionista: "Introduzcamos ahora una sutil diferencia en nuestro programa. El primer paso, al igual que antes, consiste en producir una secuencia aleatoria de 28 caracteres. Pero los pasos subsiguientes no consisten en producir más secuencias aleatorias. Más bien, cada paso produce varias copias de la secuencia anterior, pero con la posibilidad de que alguna copia no sea perfecta. A los errores de copia los llamaremos mutaciones. El programa examina las copias mutantes y selecciona la que se aproxime más a la secuencia objetivo 'METHINKS IT IS LIKE A WEASEL', por pequeña que sea la mejora".

Esto es -de hecho- el algoritmo genético de John Holland, el cual es en sí es un procedimiento para maximizar funciones. No sé si Dawkins lo sabía, pero su programa encuentra en unas 43 generaciones -siguiendo el procedimiento descrito- la frase buscada. Así que decidí escribir mi versión de la idea de Dawkins (apoyándome en la versión en Pascal descrita en https://rosettacode.org/wiki/Evolutionary_algorithm#Pascal), y lo puse a prueba. Es un programa escrito en Delphi 7 y encuentra la frase buscada en 798 generaciones, aunque ejecutando el programa en diferentes ocasiones, estos números cambian. 



Esta es una corrida del software:

BPMQDQWS ZRJYKYIVDGVTTULKDHZ

MPMHDQKS ZTJYS LIDGVT WEKDHL

MPTHDQKS ZTJIS LIKEVT WEKDHL

MPTHDQKS ITJIS LIKEVT WEADEL

METHDQKS ITJIS LIKEVT WEASEL

METHINKS ITJIS LIKE T WEASEL

METHINKS ITJIS LIKE T WEASEL

METHINKS IT IS LIKE T WEASEL

METHINKS IT IS LIKE A WEASEL

Dawkins concluye: "El tiempo necesario para completar la tarea es irrelevante. Si de verdad le interesa, le diré que la primera vez tardó la media hora que me lleva a mí almorzar. Algunos aficionados a la informática podrían pensar que esto es un tiempo excesivamente largo, pero eso es porque la primera versión del programa estaba escrita en BASIC, un lenguaje con una sofisticación mínima. Cuando lo traduje a PASCAL, el programa tardó once segundos en producir la secuencia objetivo. También es cierto que los ordenadores son considerablemente más rápidos que los monos, pero, de nuevo, esto no es relevante. Lo que importa es la diferencia relativa entre el tiempo que lleva producir METHINKS IT IS LIKE A WEASEL por selección cumulativa, y el tiempo que llevaría producir la misma secuencia, a la misma velocidad de computación, por selección no-cumulativa -aproximadamente un sixtillón de años. Esto equivale a un cuatrillón de veces la edad actual del Universo".

Puede asombrar a más de uno todo esto, pero para quien sigue contemplando la vieja idea de que los cambios en la evolución son azarosos, Dawkins nos muestra que no necesariamente es así.

A quien le interese el software, escríbame  a morsa@la-morsa.com y se lo mando a vuelta de correo electrónico.





Tuesday, April 23, 2024

Los que salvarán a nuestro país


Decía López Portillo en su tiempo que México era un país mágico en donde cada seis años se renovaba la esperanza. Y es que cada sexenio llega un nuevo presidente que sí sabe qué hay que hacer, pero la realidad lo termina mostrando como lo que realmente es: un inepto. Y ahora que se vienen las elecciones en una votación para un sinfín de puestos políticos vemos como salen casi de debajo de las piedras un conjunto de personajes que están dispuestos a sacrificarse por el país. Ellos, sin importar el puesto que buscan, pretenden hacernos creer que sus promesas de un México mejor son lo que veremos próximamente si los elegimos. Y todos ellos, como los personajes que se muestran en la foto que ilustra este artículo, tienen cualquier cantidad de propuestas. Por ahí uno dice que cambiará toda la red de abastecimiento de agua, tuberías nuevas, cero corruptelas, etcétera. Otros saldrán con su currículum de los años pasados en donde mostraron lo capaces que fueron en sus puestos anteriores y en fin, estamos ante esta nueva legión de candidatos a héroes de la nación, que están todos dispuestos a trabajar 24/7 parra que este país sea el que de verdad merecemos.

Sin embargo, toda esta historia se repite cada seis años. Salen los candidatos a decir cuanta barbaridad se les ocurre. Y así, mientras Sheinbaum, por ejemplo, dice que cuando ella gobernaba la CDMX se bajó la criminalidad, dando números que quién sabe con qué metodología se obtuvieron, Xóchitl Gálvez, dice que el sistema de salud te garantizará que si no te atienden en el sector público, podrás ir a un hospital privado y el gobierno te lo pagará. Y pasará lo mismo si no puedes entrar a una universidad pública. Podrás irte a una universidad privada para que hagas tus estudios, pagados por el Estado... Y de Máynez no tengo mucho que decir, porque finalmente es un bulto en la contienda al que nadie le hace caso.

El problema es que en el fondo, atrás de esa fachada de candidatos conscientes y preocupados por la problemática del país, tenemos a un conjunto de personas que quieren acceder a un buen sueldo, a entrar en la política, que parece deja buenos dividendos, y que -finalmente- les podrá servir de trampolín a otros puestos y por qué no, hasta la silla presidencial. Vamos, son una sarta de vividores.

Desde luego que este tipo de personajes -en general (porque habrá honrosas excepciones)- busca su beneficio personal pues saben que no importa que hagan, no podrán tener contentos a todos. Y como las promesas de campaña son eso, sólo promesas, si no se cumplen pues no pasa nada. Al final de cuentas todo lo que prometen choca contra una pared llamada "falta de suficientes recursos" y entonces, no hay nada que hacer y menos que reprochar. 

Lo que para mí está claro es que antes se ponían letreros con los rostros de delincuentes y se ofrecían recompensas. Hoy en día, piden votos. 

Sunday, April 07, 2024

El futuro de MoReNa


Vienen las elecciones y de los tres candidatos presidenciales es claro -al menos para mí- que no hay para donde hacerse. Maynez es un simple florero y si acaso la competencia por la presidencia estaría entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. Esta última tiene la ventaja de ser la candidata del partido en el poder, seleccionada por AMLO (aunque haya quien crea que fue un proceso democrático), y ya arropada así, es probable que no haya manera de arrebatarle el triunfo. De hecho, Xóchitl Gálvez surgió como candidata cuando López Obrador habló mal de ella y entonces la ahora candidata del PAN le pidió derecho de réplica, que no le dio. Y entonces se convirtió en la posible opción mediática para el partido azul, aunque en términos de capacidad para un puesto como el de presidente, como que se queda demasiado corta.

Así pues, no creo que haya ninguna sorpresa si gana Sheinbaum. Sin embargo, lo interesante seguirá cuando precisamente deje el poder AMLO. Y es que el presidente es el líder de su partido y motivador de su "filosofía" de la transformación. Y teniendo esta palestra diaria llamada la mañanera, a la incesante repetición de las mismas tonterías, de la supuesta conspiración de los conservadores y sus "intelectuales orgánicos" (qué quién sabe qué signifique eso), su movimiento de alguna manera se mantiene activo. Pero cuando pase lo que pasa cada cambio de sexenio, que el presidente saliente es borrado de los medios y el nuevo presidente tiene todos los reflectores, ¿Qué pasará con la cuarta transformación? ¿Seguirá incólume? ¿O empezará a palidecer ante la falta de su líder que si cumple, se irá al ostracismo político. Y ojo, yo dudo que AMLO deje de interactuar en la política mexicana porque todas sus promesas son siempre fallidas (desde el "denme por muerto").

Pienso pues que la 4T va a palidecer, se irá apagando como movimiento porque ya no estará nadie quien pueda encender el fuego cotidiano para mantener este movimiento. Desde el supuesto ataque de los medios, del que "están muy enojados", de lo perversos que son Claudio X González, Córdova y todo aquel que impugne las mentiras de este señor que hizo uno de los peores gobiernos de los que tengamos historia. Porque no solucionó nada: ni tenemos un sistema de salud como los países nórdicos, ni hay medicinas, ni tenemos la prometida seguridad y además, un sistema educativo deplorable, el balance es bastante malo, para decirlo en una sola palabra.

Si gana Sheinbaum (o gane quien gane), enfrentará un país con una crisis profunda en diversos temas. Si la nueva presidenta decide mantenerse en la línea de su antecesor, no hay mucho bueno que pueda darse en este gobierno que viene. Si quiere mantener este guión de conservadores contra la 4T, creo que ni podrá ni siquiera convencer sobre el particular. Vamos, si decide hacer mañaneras como AMLO, seguiremos teniendo un país en donde todo son espejismos porque en el trabajo cotidiano no se hace nada. 

Soy de la opinión de que MoReNa se quedará otro sexenio y después habrá algún otro partido que tomará la presidencia. Yo creo que AMLO logró sus propósitos porque se instaló como el gobernante al mejor estilo del más rancio priísmo. Pero esto no da más. No creo que si gana la presidencia Sheinbaum, logre mantener este ridículo movimiento. 

Monday, March 25, 2024

Jugando al Melate con algoritmos genéticos


Hoy, gracias a la ciencia, hemos podido resolver un número enorme de problemas que nos afectan. Hemos entendido por ejemplo, algunas características de los sismos y por ello hemos podido tomar acciones para protegernos. Y esto es sólo una muestra porque la ciencia en general ha trabajado en un sinfín de frentes y se han resuelto problemas que permiten que la vida sea más fácil de vivirla.

Hay problemas, sin embargo, que no aceptan una solución definitiva y que en el mejor de los casos sólo podemos hallar una solución aproximadamente buena. Este tipo de problemas en teoría de la computación se les llaman NP (nondeterministic polynomial time) y su importancia reside en que hay muchos problemas de búsqueda y optimización en donde no hay una solución final. Lo más que podemos tener son aproximaciones. Por ejemplo, el problema del agente viajero, el cual trata de responder a la siguiente pregunta: dada una lista de ciudades y las distancias entre cada par de ellas, ¿Cuál es la ruta más corta posible que el agente viajero puede usar para visitar cada ciudad exactamente una vez y al finalizar regresa a la ciudad origen? No existe solución completa y final a este problema y quien lo encuentre bien podría hacer mucho dinero, pues su solución podría permitir implementarla en las empresas de mensajería y así optimizar sus viajes.  

Otro problema NP es el de la mochila, el cual dice: Dado un conjunto de artículos, cada uno con un peso y un valor, determine qué artículos incluir en la colección para que el peso total sea menor o igual a un límite dado y el valor total sea lo más grande posible. Este tipo de problemas suelen plantearse de muchas maneras, por ejemplo: imagine que tiene una mochila y encuentra una cueva con una serie de objetos de metales preciosos. El problema es que sólo puede llevarse lo que pueda entrar en su mochila. ¿Cómo hacer para llevarse el máximo valor posible (dadas las condiciones iniciales)? Es otro problema que no tiene una solución final y definitiva. La ciencia ha buscado incansablemente maneras de aproximarse al máximo en este particular problema.

Y el tema de la mochila es una mera analogía a muchos problemas de máximos y mínimos que encontramos en el mundo real. De hecho, pensando en esto, el problema de la mochila puede ser usado para intentar hallar los números del Melate a los cuales apostar para tener más chances de ganar. De hecho, en el artículo pasado hablamos de un software que escribí para hallar los números del Melate que aparecen con más frecuencia que otros. La razón para que no salgan con la misma probabilidad esos números es que el azar real, en la tómbola que se usa, hace que quizás –sólo quizás– las diferencias mínimas en el peso de las bolitas (décimas o centésimas de gramos), bien podría hacer que la probabilidad no fuese exactamente de cada número 1/56. Puede ser también que todo esto sea una construcción mental y que simplemente no hay suficientes concursos realizados para que se cumpla la ley de los grandes números, la cual es en realidad un teorema de la estadística que nos dice que el promedio de una muestra (pequeña), tomada al azar de un universo (de gran tamaño), tenderá a estar cerca de la media de dicho universo. 

Como sea, el problema de la mochila puede programarse como un algoritmo genético, un sistema ideado por el biólogo teórico John Holland en los años 70s del siglo pasado, en donde se realizan una serie de pasos en un programa a partir de la evolución biológica y su base genética. Estos algoritmos hacen evolucionar una población de individuos (simulando sus condiciones a través de “cromososmas y genes”), sometiéndola a acciones aleatorias, semejantes a las que actúan en la evolución biológica (mutaciones y recombinaciones genéticas), así como también a una selección. Se usa una función de “aptitud” (fitness) para establecer qué individuos son mejores que otros. Esto se hace ejecutando repetitivamente el algoritmo genético hasta que se llega a una buena solución o cuando se exceden los recursos de la máquina que está haciendo el proceso. De acuerdo con esto, se decide cuáles son los individuos más adaptados, que sobreviven, y cuáles son los menos aptos, que son descartados.

Entonces, si tenemos el cálculo del porcentaje de veces que salen los números en el histórico del Melate, bien podemos pensar que este porcentaje habla del éxito de esos números para “sobrevivir”, para ser los más “aptos”. Si consideramos que tenemos que elegir 7 números (donde el último es el adicional), basándonos en el porcentaje en el que han salido en los anteriores 1777 concursos, bien podemos pensar que es el equivalente a elegir los objetos más valiosos hallados en una cueva para meterlos en nuestra mochila y llevarnos la mayor riqueza posible dadas las condiciones iniciales planteadas.

Hay en Internet muchos programas y aplicaciones que juegan con el algoritmo genético. Desde luego que dada las condiciones azarosas del concurso del Melate, diferentes programas pueden dar diferentes soluciones. Sin embargo, para ayudarles un poco a mis cuatro lectores, les pondré la lista de números (columna izquierda) y el porcentaje calculado del número de sorteos en el que ha salido cada número (columna derecha):

49 13.77379619

29 13.77379619

54 13.77379619

52 13.71780515

5 13.54983203

50 13.43784994

12 13.3818589

56 13.3818589

43 13.32586786

21 13.26987682

19 13.21388578

40 13.21388578

1 13.04591265

18 13.04591265

15 12.87793953

26 12.87793953

10 12.76595745

24 12.76595745

45 12.76595745

25 12.65397536

33 12.65397536

2 12.59798432

13 12.59798432

17 12.59798432

28 12.59798432

44 12.59798432

48 12.59798432

51 12.59798432

36 12.54199328

3 12.4300112

39 12.4300112

6 12.37402016

32 12.31802912

42 12.31802912

16 12.26203807

46 12.20604703

55 12.20604703

20 12.09406495

8 11.92609183

30 11.92609183

37 11.92609183

47 11.92609183

4 1.87010078

14 11.87010078

34 11.87010078

35 11.87010078

53 11.87010078

38 11.81410974

27 11.7581187

23 11.70212766

9 11.64613662

22 11.64613662

31 11.59014558

7 11.53415454

11     11.53415454

41 11.42217245

Ahora hay que hacer la tarea de buscar qué aplicaciones de algoritmos genéticos pueden hallar en Internet y poner los datos como el sistema que hayan encontrado les exija para que pueda procesarlos. Para darles una idea de los resultados que puede entregar el algoritmo genético, yo usé el programa de Gary Darby, Branch and Bound Algorithm, que aparece en su página www.DelhiForFun.org. Este fue el resultado que el sistema halló: 49, 29, 54, 52, 5, 50 y 12. Ojo, no sé cuál es el número adicional de todos estos y además, considerando los porcentajes, el 12 podría cambiarse por el 56, por ejemplo.

Cabe decir que de nuevo, este trabajo no garantiza que se hará el lector millonario de la noche a la mañana. Simplemente les dará una aproximación que quizás sea mejor que apostar azarosamente a los siete números (o quizás no). Mi sugerencia es que si consideran que todo esto tiene algún sentido y quieren probar suerte, háganlo sistemáticamente cada semana. Es muy, pero muy poco probable, que se ganen el Melate con una primera apuesta al sistema. Si me preguntan, yo apostaría esos mismos números semana a semana por varios meses. En cualquier caso me deslindo de cualquier responsabilidad mía sobre las acciones, apuestas y gastos que tomen los lectores de este artículo. Yo solamente intento usar las herramientas de la ciencia para poder jugar con más chances que si se hace azarosamente. ¡Qué conste!


Friday, March 15, 2024

La dura realidad



La vida es dura en general y eso si no lo sabemos lo aprendemos con el tiempo. El sobrevivir en este competido mundo implica esfozarse, trabajar, estudiar, y de alguna manera buscarse la manera de ganarse la vida. Para colmo, lo que ocurre con los años es que los problemas de salud se empiezan a hacer más frecuentes y eventualmente terminan siendo fatales. Y este tipo de historias las conocemos perfectamente ya sea por familiares o amigos y entonces nos damos cuenta que sí, la vida es difícil, es realmente dura.

Desde luego que los seres humanos nos las hemos ingeniado para que el vivir no sea tan complicado. Finalmente tenemos recursos que podemos usar aunque no tengamos en muchas ocasiones suficiente dinero. La salud, por ejemplo, se puede mantener aunque los servicios de salud públicos sean deficientes como ocurre en nuestro país. Y a mí no me lo han contado: por una situación familiar personal, tuve que estar en un hospital de zona del IMSS y claramente las deficiencias se hicieron evidentes. No había, por ejemplo, ni papel de baño ni agua potable en los baños del hospital. Los acompañantes de los enfermos tenían que dotar de estos elementos a sus enfermos. 

Otros detalles son significativos: me pidieron los doctores del hospital de zona que fuese a un área para pedir que me grabaran en un DVD un estudio de tomografía que habían hecho a mi familiar. Tuve que comprar el DVD por 20 pesos en una farmacia que -curiosamente- los vende frente a la entrada de dicho nosocomio. Es decir, el hospital no tiene recursos para comprar DVDs para registrar los estudios de los pacientes. 

Y podría hablar de la limpieza. Sé que las comparaciones son odiosas pero en el hospital de zona la limpieza es muy deficiente. Vi en una sala de espera que a alguien se le había caído su café. La mancha del mismo se secó y estuvo dos días al menos sin que nadie hiciese la limpieza. Eso no ocurre en los hospitales privados en donde hay una obsesión por la limpieza aunque sí, entiendo que en dichos centros de salud se cobra casi por respirar. 

Y si hablo de todo esto es porque AMLO ha dicho reiteradas veces que vamos a tener un sistema de salud como el de los países nórdicos, como Dinamarca. Y no sólo eso, ha dicho que no será como el Dinamarca, sino que será el mejor del mundo. No obstante este alarde de declaración, ha cambiado la fecha de este maravilloso sistema de salud en reiteradas ocasiones. Como se le está acabando el sexenio ya de plano dijo que "antes de que acabe su mandato" se tendrá este anhelado sistema perfecto de salud a nivel mundial.

Y ojalá fuese así. El problema es que de acuerdo a la información que se tiene, este sistema de salud que tenemos, (el IMSS), simplemente está rebasado. Y es que somos 136 millones de habitantes (contra unos 6 millones de Dinamarca). Y desde luego, esta cantidad de población representa un reto mucho mayor. Por ejemplo, si se quieren deprimir un poco, vean este comparativo hecho por la revista Expansión.

Ahora bien, vean el rubro del gasto en salud por cada país.

Gasto Salud (M.€) [+] 2022 30.279.587.343,4  (Dinamarca)

Gasto Salud (M.€) [+]   2022        39.054.680.864,1 (México)

Aquí se ve que México ha gastado 9 mil millones de euros más, pero hay un detalle, somos 136 millones. Dinamarca ha gastado 9 mil millones menos, pero tiene menos de 6 millones de habitantes.

Ruíz Healy, por su parte, hace un análisis de esta mentira del supuesto sistema salud mejor que el de Dinamarca y sin adjetivar demasiado, sus datos muestran que es inviable que México pueda tener ese esquema de salud del que habla el presidente.

En consecuencia, no hay forma en que se tenga un sistema de salud no sólo mejor que Dinamarca, sino de todo el mundo. Es imposible, es una mentira y es creerse una fantasía que contrasta con la dureza de los números, de las cifras, que nos muestran la verdad sobre el tema. Esta dura realidad sólo tiene dos vertientes: o la desconoce el presidente o simplemente la ignora. Y si es la segunda opción es el equivalente a la imagen clásica del avestruz metiendo su cabeza en un agujero. Chance así -debe creer- la realidad será como imagina. 

Sunday, March 10, 2024

Ni Dios es todopoderoso

Discutir acerca de la existencia de Dios es muchas veces inútil pues eventualmente se convertirá en una discusión de sordos. Mucha gente cree en un dios (no nos preocupemos por el momento a qué dios o religión se refiere) y todo se reduce a un acto de fe. Sin embargo, hay quien quiere anteponer "pruebas científicas" para validar la existencia de un dios. Y para ello en ocasiones apelan, por ejemplo, a la creación del ojo humano, asunto tan complejo que no puede siquiera suponerse que esto es parte de una evolución natural. Este tipo de argumentos ya han sido refutados por Richard Dawkins(en su obra El Relojero Ciego), uno de los biólogos evolucionistas más importantes en el mundo. Desde luego la religión católica ha usado la idea de Dios para adoctrinar a las personas y así controlar su conducta. En cambio Spinoza pensaba que la Naturaleza-Dios es su propia causa y la única esencia existente.

Como puede verse, las discusiones sobre la existencia de Dios pueden ser infinitas y también estériles. Y no obstante todo esto la pregunta sigue estando vigente: ¿Existe Dios? Yo soy de una idea parecida a la de Spinoza y entiendo que Dios -en caso de existir- no se anda fijando en lo que hace o deja de hacer el ser humano. Sus acciones pasan desapercibidas por el creador que -quiero creer- debería tener mejores cosas en qué ocuparse. 

Pero de pronto leo sobre algún tema y encuentro alguna relación que parece que descubro entre lo que leo y la existencia de Dios. Me explico: Stephen Wolfram (el creador de Mathematica), es un experto reconocido en los autómatas celulares. Su libro "A New Kind of Science", trata el tema de manera profunda y es uno de los libros mejor armados y trabajados sobre esta cuestión. Wolfram, sin embargo, después de tantos años de estudiar los autómatas celulares, creyó darse cuenta que quizás -sólo quizás- el universo y todas sus leyes podrían ponerse en términos de un autómata. Y puso manos a la obra. Es evidente que más de un científico estará en contra de las ideas de Wolfram porque finalmente el edificio de la física parece tener cimientos muy fuertes. ¿Pero qué tal pensar que hay una alternativa a todas estas ideas? Wolfram las analiza en un nuevo libro que hallé en Z-lib y que no sé si es un borrador o algo ya publicado. Dicho libro se llama "A Project to Find the Fundamental Theory of Physics" y tiene asociado una página web.

En esencia la idea de Wolfram es que las reglas de la física quizás sean simplemente un elaborado autómata celular. Wolfram, cuando estudia este fenómenos de los autómatas celulares en una dimensión, se da cuenta que ciertas reglas ciegas producen resultados azarosos y muchas veces emergen propiedades inesperadas. Esto se ve en otros autómatas, como la "hormiga de Langton", donde a través de reglas poco menos que triviales, una "hormiga" se mueve en un plano y eventualmente genera un comportamiento emergente: nace un atractor que no es fácil de explicar. 

Y es aquí donde me llama la atención el tema. Si asumimos que el universo tiene reglas que pueden mostrarse como un elaborado conjunto de reglas ciegas -vamos, un autómata- entonces podrían generarse comportamientos emergentes, es decir, comportamientos inesperados que podrían contener una estructura que se sale de lo que es el simple azar. 

Nosotros los humanos sabemos que los autómatas en una dimensión de Wolfram, en algunas reglas particulares, requieren que se haga la simulación explícita del autómata para poder saber qué pasa en alguna generación particular. Vamos, no existe ningún atajo y no podemos saber la evolución sin hacer el desarrollo -generación por generación del autómata- para entender el resultado en un momento específico. Y si esto es así, y si Dios creó el universo y las leyes de la física como un autómata, es muy probable que el mismísimo Dios requeriría hacer la simulación para ver lo que podría ocurrir a su autómata (el universo), después de N generaciones. ¿Y por qué Dios no sabría? Simple, porque nacen comportamientos emergentes, es decir, el autómata muestra de pronto un atractor, asunto que nadie en principio esperaba. Así, Dios estaría imposibilitado a saber lo que ocurre en su autómata porque las reglas de la física son ciegas, siempre funcionan de igual manera y son persistentes. ¿Cómo entonces Dios sabría de estos comportamientos emergentes? En principio no veo ninguna posibilidad. En ese sentido Dios es tan ignorante como nosotros mismos sobre un sinfín de temas. Y sí, ya sé, me dirán que Dios lo sabe todo pero esa afirmación es indemostrable.

Así, si Dios ha creado un autómata que es el equivalente a las leyes que conocemos de la física, entonces lo que está haciendo el creador es hacer su simulación de su autómata y eso es lo que vemos como el universo, el cual parece que se está expandiendo. Y en el camino nos deja interrogantes como la materia y energía oscura, por ejemplo, que -por qué no- podrían ser parte de estas situaciones que emergen a partir de las reglas definidas por el mismísimo creador.

Curiosamente esto explicaría por qué Dios no nos hace caso. Tal vez somos otro comportamiento emergente que el creador no podía saber que aparecería. Y si esto es así, eso de que tenemos un Dios todopoderoso, se cae ante la posibilidad de vivir en un universo que no es más que un autómata. Uno muy elaborado quizás, pero autómata a fin de cuentas.

Aquí dejo esto a la reflexión.

Monday, March 04, 2024

La naturaleza humana

Publio Terencio Africano, en su comedia Heautontimorumenos (El enemigo de sí mismo), del año 165 a. C., escribió: "Homo sum, humani nihil a me alienum puto", lo que significa "Soy un hombre, nada humano me es ajeno". Sin embargo, en la cotidianidad muchas veces enfrentamos actitudes y comportamientos de otros (que pueden ser extraños o familiares), que no son tan fáciles de explicar. Yo soy de la opinión que en muchos casos los comportamientos que nos tocan ver en otras personas, y que nos parecen extraños, por decir lo menos, son producto de simplemente falta de educación. 

Por ejemplo, hace unos años fui a un restaurante de comida rápida (Burger King), a eso de las 2 de la tarde. Ese día mi plan era comer a esa hora y de ahí lanzarme a Santa Fe a dar clases en la Universidad Iberoamericana (entraba a las 4 pm). Para mi sorpresa, cuando llegué me encontré que había mucha gente y hasta cola para pedir una hamburguesa. Me formé y antes de mí estaba una señora que hablaba por celular. Aparentemente daba indicaciones por teléfono a alguien. No paraba de hablar y cuando llegó al mostrador a hacer su pedido dijo: "¿Qué me recomienda?". Qué cara habré puesto que me vio y exclamó: "Uy, parece que el señor se molestó". Y entonces le contesté: "Sí, me molesta que pregunte eso porque es muy simple: hay hamburguesa con queso, sin queso, doble, de pollo, con pepinillos, con salsa chipotle, etcétera. Todas son unas malditas hamburguesas y ya. Este es un restaurante de comida rápida. Si quiere que le den recomendaciones vaya a otra clase de establecimiento y pida hablar con el chef". Para ese momento un número de comensales empezó a reunirse alrededor mío, para escuchar lo que decía. El gerente de Burger King me hizo a un lado tratando de paliar la situación y me atendió en ese momento. Pedí mi comida y me senté lo más lejos de esta señora babosa. Sin embargo, cuando le dieron la orden a la misma, se acercó a mi mesa y me dijo: "que tenga un buen día".

Pero este episodio es solamente el preámbulo de lo que quiero contarles hoy. Resulta que uno de mis cursos, el de Inteligencia Artificial, lo doy en línea a las 9 am. Tengo unos 40 alumnos y como 10 oyentes. Hoy cuando mi clase llevaba unos 15 minutos, alguien prendió su micrófono (vía zoom) y no sé qué preguntó. No le entendí. Le pedí que esperara que terminara las explicaciones y resolvía sus dudas. Hubo un silencio incómodo y de pronto puso música de reggaetón. Le pedí que apagara su micrófono pero no lo hizo, así que la ayudante, Yessica, lo bloqueó. Pero otro ¿estudiante? prendió su micrófono y también puso música. Le pedí que apagara su micrófono y le advertí que de seguir así, lo sacaríamos de la sesión. Y entonces Yessica tuvo que empezar a bloquear a estos indeseables.

Más tarde me enteré que algunos personajes entraron a la sesión con nombre como "nalgas mías" o bien poniendo el nombre de algún alumno que estaba ya en la sesión. Vamos, estos supuestos estudiantes estaban simplemente boicoteando la clase por zoom. Así que tuvimos que proceder a revisar los teléfonos del chat de Whatsapp que tenemos (para comunicarnos con los alumnos), y borrar todos aquellos que no contestaran a la pregunta si eran alumnos inscritos, oyentes o simples mirones. 

Y lo que me parece curioso es la motivación de uno o más personas para tratar de boicotear mi clase. Vamos, si no te interesa, pues simplemente no entras a la sesión de zoom y listo. Pues no, alguien se conecta a las 9 am a ver si causa algún estropicio en mi sesión. Es francamente muy extraño.

De hecho, ya me había pasado una vez que anuncié vía Twitter, que haría una clase gratuita de ajedrez. Se empezaron a conectar en total unos 20 y de pronto igual, llegaron a ese evento un par de brasileños que querían boicotear la sesión. Tampoco entendí en ese entonces cuál es la motivación para semejante actitud.

Por suerte los sistemas modernos de videoconferencia tienen una buena cantidad de herramientas para bloquear a estos indeseables. Lo triste en el fondo es que se tengan que tomar accione preventivas para que simplemente pueda dar mi clase. Me sigue pareciendo increíble estos comportamientos humanos. Simplemente no los entiendo.


Sunday, March 03, 2024

Una alternativa a la prueba de Turing


De acuerdo a la Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Prueba_de_Turing), “La prueba de Turing o test de Turing es una herramienta de evaluación de la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente similar al de un ser humano o indistinguible de este”. Alan Turing, reconocido como el padre del cómputo, propuso que un humano examinara conversaciones en lenguaje natural entre un humano y una máquina diseñada para generar respuestas similares a las de un humano”. Y continúa la Wikipedia: “El evaluador sabría que uno de los participantes de la conversación es una máquina y los intervinientes serían separados unos de otros. La conversación estaría limitada a un medio únicamente textual como un teclado y un monitor por lo que sería irrelevante la capacidad de la máquina de transformar texto en habla. En el caso de que el evaluador no pueda distinguir entre el humano y la máquina acertadamente (Turing originalmente sugirió que la máquina debía convencer a un evaluador, después de 5 minutos de conversación, el 70 % del tiempo), la máquina habría pasado la prueba. Esta prueba no evalúa el conocimiento de la máquina en cuanto a su capacidad de responder preguntas correctamente, solo se toma en cuenta la capacidad de esta de generar respuestas similares a las que daría un humano.”

Pero siempre ha habido una polémica sobre si la prueba planteada por Turing demuestra algo. John Searle plantea un buen número de interrogantes que hacen dudar sobre la idea de Turing (https://es.wikipedia.org/wiki/Habitaci%C3%B3n_china). En este caso, Searle se enfrenta a la analogía entre mente y computadora cuando se trata de abordar la cuestión de la conciencia. La mente implica no solo la manipulación de símbolos (gramática o sintaxis), sino que además posee una capacidad semántica para darse cuenta, o estar consciente, de los significados de los símbolos. Para ello, plantea que el ser humano ha construido una máquina aparentemente capaz de entender el idioma chino, la cual recibe ciertos datos de entrada que le da un hablante natural de ese idioma, estas entradas serían los signos que se le introducen a la computadora, la cual más tarde proporciona una respuesta en su salida. Ahora Searle nos pide que supongamos que él está dentro de ese computador completamente aislado del exterior, salvo por algún tipo de dispositivo (una ranura para hojas de papel, por ejemplo) por el que pueden entrar y salir textos escritos en chino.

Supongamos también que fuera de la sala o computador está el mismo chino que creyó que el ordenador entendía su idioma y dentro de esta sala está Searle que no sabe ni una sola palabra en dicho idioma, pero está equipado con una serie de manuales y diccionarios que le indican las reglas que relacionan los caracteres chinos (algo parecido a “Si entran tal y tal caracteres, escribe tal y tal otros”). Así, Searle, que manipula esos textos, es capaz de responder a cualquier texto en chino que se le introduzca, ya que tiene el manual con las reglas del idioma, y así hacer creer a un observador externo que él sí entiende chino, aunque nunca haya hablado o leído ese idioma.

Dada esta situación cabe preguntarse:

  • ¿Cómo puede Searle responder si no entiende el idioma chino?
  • ¿Acaso los manuales saben chino?
  • ¿Se puede considerar todo el sistema de la sala (diccionarios, Searle y sus respuestas) como un sistema que entiende chino?

Estas preguntas sólo hacen más complejo el entender qué significa la inteligencia. Searle trata de refutar a Turing pero olvida detalles como el hecho del que simular inteligencia parece ser muy fácil. Fue Weizenbaum quien escribió Eliza, un supuesto psicólogo que platicaba en lenguaje natural con el operador de su programa. Cuando el operador escribía, por ejemplo: “me llevo mal con mi madre”, el software respondía: “háblame más de tu familia”. Eso sorprendía pero Weizenbaum solamente había hecho algunas ligas entre palabras claves del operador para ligarlas con respuestas que parecían inteligentes. Por su parte, Kenneth Colby escribiría un programa similar llamado Parry, que simulaba un paranoico esquizofrénico. Las pláticas de Parry con diversos operadores se presentan en su libro “Artificial Paranoia” trataban de probar que los psiquiatras a quienes se les mostraban estas transcripciones del intercambio entre Parry y el operador, mostraban a una persona paranoica y esquizofrénica, aunque seré franco: me parece que Colby acomoda las pláticas de forma tal que busca engañar a los psiquiatras, vamos “cucharea” los datos para hacerlos más realistas. Pero ojo, es mi opinión.

En estos dos últimos casos parece que “simular” inteligencia parece ser mucho más sencillo que exhibirla correctamente. Y pensando en esto se me ocurrió mi propia alternativa a la prueba de Turing, la cual llamaré “prueba de la Morsa” a falta de un mejor nombre. La idea es que podemos pensar en que algo es inteligente cuando se ríe de un chiste. Y opino que esto tiene que demostrar inteligencia, porque tiene que hacer una correlación entre lo que dice la broma y el contexto de la misma. Ya Artur Koestler (en su libro “Las raíces del Azar”), hace un estudio sobe la razón por la cual algo es gracioso. Koestler apela al combinar hechos que no están en el mismo contexto y es ahí donde se le da cabida a lo cómico. Pondré el ejemplo de Koestler (aunque confieso que no me parece ni remotamente hilarante): “Llega un militar a casa de un amigo y éste lo ve con 36 medallas puestas en su casaca. El amigo le pregunta: ¿Cómo es que has ganado tantas medallas? El militar le contesta: Fui al Casino, aposté la única medalla que tenía y gané”. Koestler indica que la conjunción de dos escenarios incompatibles es lo que hace reír en general (aunque su ejemplo no me convence). 


Así, la inteligencia reside no solamente en entender hechos (o simular que se entienden), sino en que quien le toca tomar decisiones sobre el tema, reconozcan que hay un contexto del mundo exterior que añade información para poder comprender que se trata de una broma y por ende, sonreír al menos. Vamos, un programa de plática no podría reírse de este chiste porque para ello necesitaría saber que los contextos militares y los de un casino se contraponen. 

Resumiendo: la prueba de la Morsa sugiere que (algo o alguien), es inteligente si es capaz de reírse ante una broma. Asunto que despeja todas las interrogantes de Searle al final de cuentas, ¿O me equivoco?