Saturday, May 07, 2011

No pos no... (*)

El Dr. Jorge Carpizo, exrector de la UNAM, exprocurador de justicia, exembajador de México en Francia, expresidente del IFE, exombusman mexicano, doctor en jurisprudencia, parte del consejo directivo de más de una universidad en el extranjero, y no sé cuántas cosas más, es un fenómeno cíclico en nuestro país. De pronto, sin mayores advertencias, se convierte en noticia… y desaparece con la misma velocidad con la que apareció, para de nuevo ser noticia intempestivamente. Cuando esto pasa, ocurren declaraciones contra lo que hizo o dejó de hacer cuando era funcionario en su ya larga carrera en el servicio público. Al frente del IFE, por ejemplo, en una de las acciones más ruines que se le conozcan, escribió una carta acusando a Miguel de Icaza, incansable promotor y programador de Linux (uno de los ahora jóvenes líderes del siguiente milenio según la revista Time), de haber insertado en las máquinas del IFE un virus para desgraciar toda la elección. Por supuesto que dicha acusación era falsa y el Dr Carpizo, a pesar de toda su trayectoria en lo que se refiere a leyes, ni siquiera se le ocurrió pensar en que incurría en el delito de difamación al acusar al entonces estudiante de la Facultad de Ciencias sin pruebas.

No contento con este desatino, Carpizo ha orquestado otros más simpáticos a la vez que patéticos. Por ejemplo, en el caso del Cardenal Posadas salió con una teoría que vaya Ud. a saber si es correcta o no, pero que fue el hazmerreír de los medios en lo que denominaron el Nintendo de Carpizo, porque explicaba, a través de una simulación gráfica (bastante elemental y obsoleta) hecha por computadora, cómo había sido todo este desagradable asunto del Cardenal Posadas. En dicha simulación se veían los balazos como puntitos animados en la pantalla. Digo, con la tecnología actual de software podría haber creado un simulacro tipo Doom que hubiese dejado sin habla a los medios, literalmente.

Cuando fue rector de la UNAM pretendió, a través de un documento llamado "Fortaleza y Debilidad de la UNAM" (si es que la memoria no me falla), promover una iniciativa para mejorar, según él, los niveles académicos de nuestra Universidad. La respuesta estudiantil no se hizo esperar y el movimiento que se generó (denominado Consejo Estudiantil Universitario), encabezado por Carlos Imaz e Imanol Ordorika entre otros, es uno de los más notables de haya vivido nuestra casa de estudios. El CEU echó para atrás las ideas de Carpizo, porque seamos francos, ¿qué autoridad moral puede tener un funcionario que tiene expresiones como "pos", "tons", "namás", "pa qué", "nadien" en lugar de sus correspondientes "pues", "entonces", "nada más", "para qué". "nadie"? La verdad es que un rector así da pena ajena y me llama la atención realmente estas expresiones de alguien con ese nivel de estudios.



A partir de esto último se me ocurrió el siguiente programa como un mero ejercicio de programación: A partir de un texto cualquiera (en formato txt, nada de formatos sofisticados como el doc de Word), sustituye toda ocurrencia de las palabras "pues", "entonces", "nada más", "para qué". "nadie" por los equivalentes carpizianos. Vaya, que bien podría pensarse en un corrector muy sui generis Fuentes y ejecutable disponibles a quien me lo pida a mi correo: morsa@la-morsa.com


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(*) Este artículo se publicó en La Jornada el 28 de abril de 1999

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