En un día marcado por el carnaval, con gran ambiente por el Casco Viejo, nos situamos junto a la plaza del mercado, catorce pintores, que tuvimos que luchar contra el viento (uno de los peores enemigos del acuarelista) y alguno vió desaparecer en las aguas de la ría la funda de su caballete. Mucho público que visitaba la nueva zona de gastrobares de la plaza del mercado se interesaba por nuestra actividad. Después del aperitivo en la zona de gastrobares, los más decididos nos mezclamos en la fiesta de carnaval y nos quedamos a tomar una hamburguesa en Marzana y un txupito en el Casco viejo.