Este domingo pasado se cerraba la temporada de concursos de pintura al aire libre, al menos por esta zona, y la cita era en Eibar. El día era de los de quedarse en casa con la mantita y un buen libro y/o música, de frío y lluvia, pero la afición puede y allí nos juntamos un buen grupo de intrépidos pintores que tratariamos de plasmar algún rincón del pueblo sin sufrir demasiado las condiciones meteorológicas. Yo me situé en los soportales de la plaza del Ayuntamiento, pensando en pintar la fachada de la casa consistorial y parte de la plaza con los viandantes protegiéndose de la lluvia con los paraguas, pero cuando estaba comenzando a dibujar apareció la banda municipal de txisturaris, y se pararon junto a mí para tocar alguna pieza, y eso me hizo cambiar de tema y darle protagonismo a los txisturalis. El frío y la humedad eran altos y los dedos a veces no respondian debidamente.
