Amor mío, a menudo he estado ausente

Amor mío, a menudo he estado ausente.
No es que me haya marchado a mucha distancia,
sin embargo, me ausento en mis pensamientos.
Voy cavilando perdido en mis propias ideas,
no me doy cuenta cuando tratas de llamar mi atención
y tengo que reconocer que no te escucho.
Pero cuando despierto de quién sabe qué
me hace ilusión saber que estás ahí,
que no te has marchado,
aunque te haya hecho esperar.

Amor mío, a menudo he estado ausente.
No voy a ocultarte mis defectos,
solo voy a recordarte que te quiero.

El pequeño reptil del amor

El pequeño reptil del amor
se esconde si te acercas demasiado.
Sin embargo, vuelve a salir sin recelo
y se pone de nuevo al sol.
El pequeño reptil del amor
descansa tranquilamente sobre una piedra,
observa confiado a la persona
que alarga la mano
tratando de cogerlo
y al instante siguiente ha desaparecido.
El pequeño reptil del amor
siempre sale de nuevo
a una distancia prudencial
y vuelve a quedarse quieto bajo el sol.

Inesperadamente, un día cualquiera,
lo tienes en la mano,
extrañamente frágil.
Le acaricias la piel rugosa
apretando con mucho cuidado
para no hacerle daño
mientras cautelosamente evitas
que pueda volverse a escapar.

El peso exacto de su sombra

Si usted desea saber el peso exacto de su sombra,
póngase a fisgar en sus perversiones privadas,
observe las cosas que le avergüenzan,
busque el rastro de sus intrigas,
bucee bien adentro de sus odios y aversiones,
permita a su rostro sonrojarse ostensiblemente
con sus excusas azoradas,
reencuéntrese con sus fantasmas de todos los tiempos,
haga la lista de sus víctimas,
no se olvide de todos aquellos
de los que se ha aprovechado,
cuando despierte de sus experiencias oníricas,
aprenda alguna cosa de ellas,
usted sabe lo que quieren decir,
desnúdese de la imagen postiza de sí mismo
y asómbrese ante todo lo inesperado que vea,
vomite meticulosamente todo lo amargo
oculto en su corazón,
incluso aquello que ya había olvidado.

Cuando conozca finalmente
el peso exacto de su sombra,
habrá encontrado el camino
que conduce a su crecimiento.
Avance sin preguntarse hacia dónde va.

Lucha entre el sentimiento y la razón

La gran pelea está a punto de comenzar.
¿Quién ganará el combate?
Comienza el asalto.
La razón golpea concienzudamente al sentimiento.
La lluvia de golpes no amaina
y presagia una rápida victoria de la razón
que lanza sus verdades como puños
sobre un sentimiento que está a punto
de derrumbarse y perder el sentido.
La razón continúa golpeando
encarnizadamente y sin descanso.
El puño cerrado de la razón
no tiene misericordia.
El sentimiento cae al suelo
y parece que ya no se levanta.
Pese a todo, la razón sigue enzarzada,
pisoteando el cuerpo abatido del sentimiento.
Parece que lo va a matar.
El sentimiento ha perdido.
La razón ha sido implacable.

La razón saluda con los brazos en alto
a la enfervorizada multitud.
La muchedumbre está en pie,
gritando exaltada.
El gentío ha enloquecido.
Es el triunfo absoluto de la razón.

Hola. Soy Juan Carlos

Hola. Soy Juan Carlos,
tengo cincuenta años
y soy vanidoso.
Cada mañana, al afeitarme
me miro en el espejo,
uso pinzas
para depilarme los pelos de la nariz,
utilizo la báscula del baño
para controlar mi peso
y, lo que es peor,
me gusta brillar
cuando me pongo bronceador
para tomar el sol.

Aprovecho esta oportunidad
para ensuciar mi imagen
pero soy consciente
de que debería esforzarme un poco más.
Afortunadamente, esta dolencia
no es nada de lo que se muera.
Eso ayuda un poco.

Fui a comprarme una neurosis nueva

Fui a comprarme una neurosis nueva
pero estaban prohibitivas.
Estuve revolviendo
entre las penitencias, los arrepentimientos
y los sufrimientos intensos
pero todos me parecían
demasiado ajustados
y me hacían un cuerpo
muy rígido.
De pronto, encontré inesperadamente
una sensación de placer.
Miré la etiqueta
y casi no me lo podía creer:
era una auténtica ganga.
Me la probé
y me sentaba estupendamente.

Cuando ando por la calle
con mi nueva sensación de placer
noto las miradas descaradas de la gente.
Yo camino tranquilamente
haciendo como que no me doy cuenta.

Tolerancia

La tolerancia ha hecho las maletas
y se ha ido de casa.
Llevaba puesto
un problema de convivencia
de color gris oscuro
y un collar de palabras hirientes.
Es de mediana estatura
y pesa un poco más de lo normal
porque está bien alimentada.
Hemos salido a buscarla
pero ha desaparecido,
como si se la hubiera tragado la tierra.
Estamos preocupados
porque no sabemos
si tiene intención de volver.

Si alguien ofrece alguna información
sobre su paradero,
se gratificará.
Mientras tanto,
habrá que vivir sin ella.

Yo estaba solo

Yo estaba solo
y abracé al hacha buscando cariño.
No había nadie más allí.
Ella me cortó con su hoja desnuda
y al principio solo pude devolverle
una dolorida sonrisa.
Después me sentí hendido,
quebrado en dos.
En lo más profundo de mí
notaba el temblor de un grito
que nunca llegó a salir.
Finalmente sentí un frío metálico
y una angustia de color rojo sangre.

Fue tan atenta
de acompañarme al hospital
y yo intenté que no se sintiera mal
por los cuchicheos maliciosos de las enfermeras.
Después de tanta intimidad
no quería que se sintiese traicionada.
Antes de que nos separaran
nos prometimos mutuamente
que nunca olvidaríamos la experiencia.

Asesinato

La policía está investigando
el brutal asesinato del lunes pasado
cuando volvía a su casa después del trabajo
a las doce de la noche.
Parece ser que no era un día muy popular
y que ya antes había recibido amenazas.
Llama la atención la inexplicable reacción
de los numerosos testigos del suceso,
ya que la agonía del lunes
se prolongó durante varias horas
y los gritos de la víctima pidiendo auxilio
alertaron a muchas personas
e incluso algunas de ellas
llegaron a verlo arrastrándose
y levantar la mano suplicante,
sin que nadie hiciera nada por ayudarlo.
El cadáver fue encontrado
en medio de un charco de alienación.

La policía está trabajando
en varias líneas de investigación
aunque la principal hipótesis
es que se trata de un nuevo crimen de monotonía
ya que semanalmente se produce el asesinato
de un lunes de forma sistemática.
Se teme que de nuevo
el crimen quede sin resolver.

El mundo es hermoso

El mundo es hermoso
y le encanta mirarse y remirarse
en los ojos de la gente.

El mundo confía en su belleza
y hace resplandecer el sol un día
como si se hubiera endomingado
y otro día convoca a las nubes
y la lluvia llega haciendo reverencias.

El mundo se viste provocativamente
de primavera sin temer las miradas
a las laderas de las montañas.

El mundo da vueltas y vueltas
haciendo con los paisajes
lo que le apetece
porque el mundo es hermoso
y sabe que es irremplazable.

Mi tercera muerte

Mi primera muerte tenía mucho carácter
y gritaba al cielo muchísimo.
Teníamos unas discusiones terribles
y hoy en día
aún puedo sentir su furia.
A mi segunda muerte le gustaban las flores
y yo se las regalaba a menudo.
También le gustaba la poesía
y era la primera en leer mis poemas
aunque ahora ya no me lee.
Entre nosotros surgieron obstáculos.
Nos amamos y nos odiamos
hasta que decidimos que lo mejor
era que nos separáramos.
Espero que mi tercera muerte
sea la definitiva.
Es muy romántica
y me gusta vivir con ella.
Por fin he encontrado una muerte
que aunque esté enamorada de mí,
me deja espacio
y podemos vivir en paz.

El sentido de la vida

A mí me gusta el sentido de la vida
poco hecho.
Cuando está muy pasado
ya no me gusta.
Me pone enfermo
pedir un sentido de la vida
al punto
y que me llegue quemado.
Tampoco tiene que estar frío,
como si acabase de salir de la nevera
y por supuesto,
tiene que estar jugoso.
Por último, el sentido de la vida
debe tomarse
con una buena botella
de la mejor bodega.
¿O es que alguien cree
que puede deleitarse
con un apetitoso sentido de la vida
sin acompañarlo
de una desbordante copa de amor?

Qué gilipollas era hace cinco años

Qué gilipollas era hace cinco años.
Pero la verdad es que ahora mismo
me da igual.
Es el proceso natural de la vida,
librarse de los antiguos anhelos,
superar las catástrofes de la inmadurez,
transformarse,
seguir el camino
y ver cuántas gilipolleces
me quedan por hacer.

Algo sucederá

Algo pasará.
Algo sucederá
hoy también.
Te caerás en un hoyo,
subirás una cumbre,
tendrás una conversación con un amigo.
No sé,
pero algo sucede seguro.
Todos los días
tienen su sentido.

Aquí yacen

Aquí yacen nuestros viajes.
Yacen aquí, debajo de estos recuerdos,
todos nuestros preparativos,
toda nuestra ilusión
cuando hacíamos las maletas,
toda nuestra alegría por ir juntos
a lo desconocido.
Aquí yacen nuestros viajes por las montañas
y nuestros viajes por los desiertos,
aquí quedan los caminos y senderos
por los que hemos andado de la mano,
nuestros viajes en bicicleta
y nuestros miles de kilómetros en todoterreno,
nuestras madrugadas para ver el amanecer
y nuestras puestas de sol.
Aquí yacen todos los paisajes
que hemos visto,
todos los lugares
donde hemos estado juntos.
Ahora reposan aquí,
en este poema,
como si el destino
lo hubiese querido así.
Aquí yacen nuestros viajes.
Descansen en paz.

Todo tiene su hora

Es tarde,
es demasiado tarde
y pronto será la hora.
Todo ha pasado con tal rapidez
que no he tenido tiempo suficiente.
Ya sé que todo tiene su hora,
pero es que solo soy un pequeño poeta
y aún no he encontrado
el camino de la eternidad.

Soy bastante diferente de lo que tú crees

Soy aficionado a los desequilibrios.
No hago más que soñar
con soltarme la melena.
Cuando me miro en los espejos
me encuentro perfectamente hecho
a mi imagen y semejanza,
aunque tengo una panza oculta
de la que me avergüenzo.
Tengo necesidades fisiológicas
que a veces me dominan.
Cuando camino por la calle,
observo furtivamente
el perfil de las mujeres,
sobre todo si están embarazadas.
Tengo conversaciones extrañas
conmigo mismo
desde hace tiempo.
Me tapo los oídos
y me vuelvo indiferente
al mundo que me rodea
y eso me pasa a menudo.
Soy impaciente
con los ascensores.
Madrugo
hasta los domingos de invierno.
Me gusta derrochar
sonrisas.
Cuando beso románticamente
no cierro los ojos.
No recuerdo los cumpleaños
y soy indefectible, es decir,
no puedo dejar de ser
como soy.

Ahora mismo
no se me ocurren más defectos,
pero tenerlos,
los tengo.

Erase una vez

Erase una vez una verdad
a la que nunca se le había puesto ningún límite.
Hablaba en cualquier momento,
impulsivamente
con palabras resplandecientes,
y se sentía muy segura
gritando con omnipotencia al viento.
Un día pensó que sería agradable
tener un auténtico amigo de verdad,
de esos que lo aguantan todo,
poder abrazarlo,
estar siempre juntos
luchando contra todo,
en cualquier contexto,
sin cansarse,
y que, como ella,
no tuviera miedo de nada.

La verdad, diáfana,
se encontró de repente con el secreto
y mirándolo de cerca,
le animó a tener valor.
El secreto, confiando en la verdad,
pensó que podría salir a la luz
y ver lo que ocurría.
Había permanecido durante demasiado tiempo
en un lugar oscuro
y en realidad deseaba salir de frente
cogido del brazo de la verdad.

El secreto, atravesando el camino
del dolor, la vergüenza y la culpa,
se fue haciendo más y más pequeño,
como si encogiese,
hasta que finalmente desapareció
y la verdad se quedó sola de nuevo.
Por primera vez en su vida,
la verdad sintió lo que era la desconfianza.
Había entendido
que para que ella existiera
había otros que no podían existir.

Silla vacía

En la silla vacía
está sentado mi padre,
que está callado como un muerto
y me habla con el corazón
porque yo soy los dos.
Tengo en mis manos
las manos de mi padre,
sostengo el peso de su vacío.
Quiero compartir con él
mi pasado herido,
la pena, la angustia y el dolor
para poder atravesarlo.
Voy desplegando mi sufrimiento,
las quejas guardadas
inconscientemente durante años.
Siempre queda algo del dolor
de la infancia desgraciada,
como si no acabase de salir
toda la rabia callada del pasado.
El niño golpea el suelo
con sus pataleos
buscando su propio crecimiento
y cuando abre los ojos
ve el rostro del amor.
Hijo mío, alegra tu corazón dolorido,
dice el padre,
y habla con la sabiduría
del viejo patriarca venerable
que perdona con gusto
los golpes lanzados desde un pasado que él
ya había olvidado.

Finalmente,
mi padre, desde su silla vacía,
cumpliendo paternalmente mis deseos,
descansa su mano en mi cabeza inclinada
y me ofrece su bendición.

Un día para ti

Hoy es un día para ti.
Dedícatelo.
Ponte a gusto,
estate a lo tuyo,
en tu propia cotidianidad.
Pasa un rato íntimo contigo mismo.
Date el tiempo suficiente
para saber más de ti.
Piensa en cosas deliciosas.
Sonríe para tus adentros.
Date alguna satisfacción.
Cógete de la mano
y llévate contigo a cualquier lado.
Invítate a algo.
Sé atento con tu cuerpo,
entrégale tu alma.
Sé tu mejor amigo.
Y perdónate tu egoísmo.
Ya lo sabes,
hoy es un día para ti.

¿Qué clase de poema es éste?

¿Qué clase de poema es éste?
¿No tienes nada mejor que ofrecer,
un buen poema que haga pensar,
que esté a la altura
de los grandes poemas clásicos?
¿Por qué escribes un poema tan raro?
¿Acaso no tienes ya experiencia?
Ni que fuera tu primer poema.
Pero vamos a ver,
este poema, ¿de qué trata?
¿de dónde ha salido?
¿pero cómo ha llegado hasta aquí?
Y menudo título:
¿qué clase de poema es éste?

Somos poetas de la vida

Somos poetas de la vida.
Somos poetas que mostramos
el panorama de la vida.
Somos poetas que no se detienen
ante las tinieblas de la vida.
Somos poetas que toman impulso
para saltar los obstáculos de la vida.
Somos poetas imparables,
avanzamos hacia adelante
por los caminos empinados de la vida,
luchamos con todas nuestras fuerzas
hasta el final de la vida,
buscamos constantemente
cambiar el rumbo de la vida.
Somos poetas que amamos la vida.
Tenemos la difícil tarea de escribir
sobre la vida, para la vida,
hacia la vida.

Diversión

Bien podría ser que hoy
fuera un día de fiesta y diversión.
Podrías ir a bailar
y entrar en trance con la música,
apretujado en medio de la gente.
Mientras bailas, podrías encontrarte
con una cara sonriente que te dijera:
Soy yo. ¿No te acuerdas de mí?
Podría suceder que intentaras recordarla
en vano y que ella te dijera:
seguro que te pasa a menudo.
Podría suceder que en medio de la pista
te inclinaras hacia ella
y le dijeras al oído:
No sé cómo es posible
que me haya olvidado de ti,
pero esta vez no pienso olvidarte.
Y podría ocurrir tranquilamente,
que ella, sonriente, contestara:
sígueme,
que me vas a recordar para siempre.
Podría ocurrir.
Bien podría suceder.

Presencia

Era una presencia real,
de carne y hueso,
pero totalmente imprevisible.
Cuando menos lo esperabas
llegaba silenciosamente
acercándose a hurtadillas por detrás
y deslizaba sus manos sobre tu cara,
tapándote los ojos.
Disfrutaba feliz
cuando intentabas averiguar
quién era
y no lo conseguías.

Hace tiempo
que no sé nada de ella.

Quietud

“Naciste hoy
pero tu fosa fue cavada ayer”
Jón úr Vör

Prueba a dejarla entrar en tu vida.
Olvídate de tus preocupaciones.
Descansa en paz,
como si ya estuvieses muerto
y te cubriese un manto de silencio.
Llena tu pecho de quietud,
como si ya estuvieses muerto.