http://weblogs.upyd.es/guadarrama/2015/05/08/ comienzo-de-la-campana-electoral-en-guadarrama/ |
Pero ¿cuál es el criterio de aceptabilidad y de plausibilidad de una repetición intertextual y, por ende, la base de calificación de
los ejecutores? Para responder, conviene sentar antes una premisa: en este
mecanismo comunicativo, como en tantos otros, siempre prima la opinión del
receptor, que juzgará oportuna o inoportuna la repetición intertextual del propio discurso. Antes mencioné dos tipos de situaciones de
alto riesgo para la reiteración del discurso propio. Ahora añadiré que el
destinatario suele reaccionar negativamente si no ve justificación alguna en el
autoplagio (“Eso ya lo sabemos”, “Ya lo hemos entendido”, “Está más que claro”,
“Siempre dice lo mismo”, etc.), hecho que es muy posible y bastante probable
cuando dicho destinatario es siempre el mismo (como ocurre con los mensajes en
televisión y radio: anuncios, entrevistas, debates o tertulias…). Ante ello, la
mejor forma en que el emisor puede atajar este problema (al menos, la más usual) es camuflar, disfrazar el mensaje que se repite, haciendo que parezca nuevo, tal como
se encarga de recoger el principio de orquestación: “… presentadas una y otra
vez desde diferentes perspectivas…”. Triunfar en semejante tarea depende del
saber hacer del autoplagiador, de su capacidad oratoria. En favor de quienes se dedican a la labor propagandística en todas sus modalidades,
por vocación o por destino, diré que la retórica del autoplagio es un arte, y
un arte bastante difícil, sobre todo si la sociedad está cada vez mejor formada
como receptora de mensajes de todo tipo.
La repetición de mensajes en las llamadas redes sociales es
otra historia, que merece análisis aparte. La informática permite desde hace algunos años crear miles de falsos
usuarios, llamados bots, que pueden
realizar diversas tareas, entre ellas apoyar a un candidato, ensalzar las cualidades de un producto, etc., tantas veces como se haya dispuesto por quienes los controlan;
también criticar, injuriar a los adversarios, acusar a la competencia, etc.
Otra interesantísima entrega de jaramos desvelando el uso abusivo de este mecanismo comunicativo como es LA REPETICIÓN. Falta solo añadir entre líneas quiénes (además de la publicidad) son los más hábiles utilizándola. Goebel fue un destacado en el pasado pero...¿y en la actualidad?
ResponderEliminarOtra interesantísima entrega de jaramos desvelando el uso abusivo de este mecanismo comunicativo como es LA REPETICIÓN. Falta solo añadir entre líneas quiénes (además de la publicidad) son los más hábiles utilizándola. Goebel fue un destacado en el pasado pero...¿y en la actualidad?
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