Yo en cambio me alegro. Lo siento por ellos. En Ibiza no solo tenemos turismo de sol y playa. Aprecio mucho los que vienen a hacer turismo cultural, ciclismo, senderismo o fotografía, por poner un ejemplo. Cuando todos quedan en casa o en el hotel porque hace malo yo salgo. Salgo, como el que sale a cazar, aunque ultimamente me falta el tiempo necesario para dedicarle todo el que yo quisiera a la fotografía. Tampoco es que el tiempo acompañe mucho ejem..vaya aburrimiento meteorológico.
Que bonitos los días de temporal. Cuando tengo la suerte de disfrutar de alguno, claro. Esas tardes borrascosas de nubes negras, que Edgar Allan Poe tanto apreciaba en sus relatos.
Me encanta la sensación de sentir el aire frío y húmedo que me golpea el rostro y dejarse llevar mirando al horizonte.
El espectáculo que tengo ante mis ojos es indescriptible. Hay veces que no tengo palabras.
Cala Martina, justo detrás del Mercadillo de Punta Arabí. Olas y viento en plena efervescencia.