Dudas
Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas.
La duda es uno de los nombres de la inteligencia.
La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, habita los cerebros, también puede entenderse como un regalo.
Y no es -lo que queda dicho- una aseveración, ya que, sobre ella, tengo también mis dudas.
Hablan mucho de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante.
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error.
La duda es la madre del descubrimiento.
Abrigamos una multitud de prejuicios si no nos decidimos a dudar, alguna vez, de todas las cosas en que encontremos la menor sospecha de incertidumbre.
Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo.
El que nada duda, nada sabe.
Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas.
El hombre se hace civilizado no en proporción a su disposición para creer, sino en proporción a su facilidad para dudar.
La peor decisión es la indecisión.
En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras.
La duda: la escuela de la verdad.
No harán muy grandes cosas los vacilantes que dudan de la seguridad.
Es preferible fiarse del hombre equivocado a menudo, que de quien no duda nunca.
No menos que el saber me place el dudar.
Y las que mejor me vienen en estos momentos...
Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo.
Para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción.
La duda en el amor acaba por hacer dudar de todo.
Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas.
Nuestras dudas son traidores que muchas veces nos hacen perder el bien que podríamos ganar si no temiéramos buscarlo.
En caso de duda, no determines, cosa alguna.
Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto.