Cuando los protagonistas de la comedia romántica (profesor
universitario divorciado y viuda sexy) deciden finalmente sucumbir a los
placeres de la carne, el director decide que la cámara aparte lentamente la mirada.
El clásico y manido recurso que, acompañado por un fondo musical meloso,
desemboca en un plano fijo a una ventana o a la chimenea encendida frente a la
alfombra del salón. Sugerir en vez de mostrar. Las manos del amante que se
afanan en desabotonar la blusa. El cabello recogido de la chica desordenado a
base de caricias. El traveling que nos toma de la mano para invitarnos a dejarles
un poco de intimidad justo cuando ella se afloja el sujetador y estamos a
punto de ver un poco de teta. Porque todos somos adultos y sabemos perfectamente a qué
se dedica la pareja mientras el director decide mostrarnos los pies desnudos de
los amantes, la mesita con tapete de ganchillo donde reposa el teléfono, las
cortinas filtrando luz de luna, la penumbra, un culturista negro y desnudo que,
sentado sobre el suelo en un rincón de la estancia, se taja el glande con una
cuchilla de afeitar justo en el momento en el que eyacula.
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6 comentarios:
No está nada mal.
Cada ves hilas más fino.
Acabas de provocar otra corrida.
Bravo! (alguien entre el público se levanta en mitad de la película y aplaude)
Hola, quiero leer QUÁSAR, ¿es posible? Ya no funcionan los enlaces antiguos. Si no me respondes, insistiré. Quiero leer QUÁSAR.
Ey, Gary. Envíame un mail a galgotibio@hotmail.com y te lo paso a tu dirección en .pdf
HONGOS HA DECIDIDO REGRESAR EN UN VERANO TÓRRIDO. SUBEN LOS TERMÓMETROS.
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