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lunes, 19 de agosto de 2024
viernes, 12 de julio de 2024
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miércoles, 1 de mayo de 2024
jueves, 10 de agosto de 2023
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miércoles, 19 de julio de 2023
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jueves, 25 de mayo de 2023
viernes, 7 de abril de 2023
martes, 21 de febrero de 2023
DAVID GONZÁLEZ, POETA por PATXI IRURZUN
“Fue el último de una estirpe de poetas. El último bohemio”
No llegamos a tiempo, David. Pero seguimos adelante. Como esos boxeadores sonados y tenaces, que necesitan besar la lona para levantarse de sí mismos una y otra vez. El último golpe fue duro, mortal. Tú sabías que no lo podías esquivar, así que decidiste encajarlo con dignidad, convirtiendo, como siempre hiciste, tu derrota en una victoria por puntos, en ese combate a muerte que fue para ti la poesía.
El pasado 6 de febrero conocimos la dolorosa noticia del fallecimiento del poeta David González. Llevaba enfermo algún tiempo y en las últimas semanas algunos de sus amigos y admiradores trabajábamos contra reloj −contra ese implacable reloj de sol en que todas las horas hieren y la última mata− en un libro de homenaje y agradecimiento. No llegamos a tiempo, porque no acabábamos de creernos y de aceptar que un día ya no estaría con nosotros; porque pensábamos que también esta vez se pondría en pie. Vicente Muñoz, su amigo del alma, expresó lo que todos sentimos cuando se fue: nos hemos quedado huérfanos. Nuestro consuelo es saber que, al menos, en sus últimas horas David todavía pudo leer algunos de los textos que escribimos para él.
Todas las biografías de David cuentan que se hizo poeta en la cárcel, pero él, sin saberlo, ya amasaba versos mucho antes −versos como piedras arrojadas contra las ventanas, como escribió Raymond Carver−. Por ejemplo, cuando las aguas del pantano lo arrastraron del pueblo en que nació, San Andrés de los Tacones; o cuando se miró las manos por primera vez y supo que los niños siempre las tienen limpias. Muchos, es cierto, llegamos a David por aquellos primeros poemas de la cárcel, atraídos por el halo de malditismo que siempre lo acompañó y que él no se encargó de disipar, porque no podía hacerlo, porque no había ninguna impostura en ello: David fue un poeta de barrio, de calle y callejón, de trena y acería industrial. Y estaba orgulloso de ello. Fue, pues, tal vez un poeta maldito, pero −como escribió otro de sus amigos, el músico y escritor Ángel Petisme− más malditos son los burócratas de la poesía que se reparten premios, prebendas y cargos y que lo silenciaron.
Yo conocí a David a finales de los ochenta, cuando algunos de nosotros todavía soñábamos con vivir de la literatura. Nos enviábamos por correo cartas con nuestras primeras publicaciones, nos encontrábamos en viajes al fin de la noche, en los que David siempre apuraba con más ansiedad que nadie la vida y las madrugadas, como si fueran las chustas de sus cigarros. Los demás acabamos rindiéndonos, aunque fuera a medias, pero él no tiró la toalla, abandonó la fábrica para vivir de la poesía, sabiendo que en esa apuesta los que ganaban eran la pobreza y el invierno. Y así se mantuvo, escribiendo y leyendo cada día en su casa de la Plaza de la Soledad, en Cimadevilla, a pesar de las noches infinitas, en las que golpeaba con sus anillos los atriles y la barras de los bares, mientras recitaba con la contundencia de las piedras sus versos como cantares de ciego.
David González fue, seguramente, el último de una estirpe de poetas. El último bohemio. Y, sobre todo, un escritor inmenso, cuya poesía ha marcado a fuego a cientos de lectores y escritores, como demuestra el libro que le debemos y en el que colaboran un centenar de poetas y músicos.
El cáncer le arrebató la vida y en las últimas semanas la voz, pero David se levanta una vez más, indomable, de la lona, porque nos dejó sus versos, que todavía seguimos oyendo y leyendo, en la veintena de libros que escribió y que desde aquí reivindicamos.
David, amigo, hemos recogido tus guantes. Descansa en paz.
Patxi Irurzun, en Noticias de Navarra
Foto por César Tamargo
jueves, 16 de febrero de 2023
martes, 14 de febrero de 2023
A DAVID GONZÁLEZ, POETA por JAVIER VAYÁ ALBERT
Se ha muerto David. Se ha muerto el poeta. ¿Cómo demonios se atreve el mundo a seguir su curso? Su curso acelerado de reuniones y oficinas. Su ritmo voraz de transeúntes y pasos de cebra. Se ha ido David. Se ha ido el poeta. ¿Por qué diablos no se detiene el mundo? Se ha marchado David, el poeta, un lunes feroz de temporal, de tacones horadando los charcos, de lluvia impasible y ajena. Un lunes de declaraciones de políticos y resultados de partidos de primera. Se ha muerto David, se ha muerto el poeta y la tierra debería poblarse de una tristeza endémica.
Somos los perros de la lluvia y ahora nuestro ladrido de versos está huérfano. Somos los perros de la lluvia y ahora nuestro aullido suena a pena tan triste y tan amarga como las bulerías que os cantaba La Maika a través de las galerías de la cárcel. Qué rabia, David, qué pena, qué perra esta vida, mienten los periódicos que te nombran en la muerte tantos que se callaron tu nombre en vida. Qué rabia, David, recuerdo me daba escucharte decir que nadie había ido a verte recitar en Gijón, nadie es profeta en su tierra hasta que no se encuentra enterrado debajo de ella, escribiste siempre tan certero. Tan idiota yo, te propusimos que te vinieras a Valencia, que te alojaras en casa y aquí montábamos un recital como dios manda. Ignoraba entonces que en mi ciudad como en la tuya y en cualquiera reina la envidia y la endogamia. De todos modos la vida, tan perra ella, se dedicó a lanzarnos golpes y ocupados en fajarnos se nos fue el tiempo. Qué rabia, David, tío, si una cosa hubiera querido, un jodido deseo, en este desoficio de poeta, era recitar, cerveza en ristre, a tu vera. Eso ya no ocurrirá jamás.
Poeta, solo me consideré eso cuando tú me llamaste así haciendo gala de esa generosidad tuya tan deslumbrante. Porque tenías un corazón tan grande que te cabía todo el mundo. Todo no, los monstruos que desafiabas no cabían allí. Decían que habitabas los márgenes, pero esos márgenes los dibujan los mismos que se repantigan en su miasma de poltronas y pedestales. Del mismo lugar casposo del que bajaste a la poesía a hostias, con piedras de honestidad inquebrantable. Y eso no te lo perdonarían nunca esos que ahora tanto dicen que te lloran. En España todavía se fusila a sus mejores bardos, esta vez con balas de hambre, silencio y miseria. Dejaste escrito que al final la vida te había derrotado y escrito su última palabra, pero antes de irte asestaste tu golpe de gracia. Tu poesía se queda y permanecerá siempre, de pie frente a la cobarde jauría, innegociable e indómita como a ti mismo te describió Vicente Muñoz Álvarez con hermosísima tinta de lágrima.
Sí, David, tío, sí, ya se te extraña. Queda herida por siempre la poesía, desarrapada, desahuciada, como un perro que al mojar la lluvia no encontrara el camino de regreso a casa. Eso también lo escribió Vicente o Tom Waits, o alguien, yo que sé, qué importa. En estos momentos soy incapaz de escribir algo original o brillante. Duelen demasiado estos días sucios y fríos recién inaugurados, es demasiado fea esta vida sin tu vida, David.
Allá dónde habites ahora, me despido como lo hacías tú siempre. Enviándote un abrazo fuerte y solitario, querido Poeta.
Javier Vayá Albert,
en Inmediaciones.org
sábado, 11 de febrero de 2023
lunes, 6 de febrero de 2023
viernes, 27 de enero de 2023
HOMENAJE A RODRIGO CÓRDOBA
Es importante que sepáis que este espacio abierto, generado en memoria de Rodrigo Córdoba está a vuestra disposición y para todas aquellas y aquellos que de un modo u otro queramos rendirle homenaje, de la manera que estimemos oportuna, por ello esa noche habrá un micro abierto, para también dedicarle nuestra amistad.
Además, se montará una mesa editorial con el fondo de libros editados y publicaciones de Zoográfico, que Rodrigo dejó en vida, que es amplío y magnífico. No está de más apuntar, que las ventas generadas por este motivo están destinadas a satisfacer la situación de la pequeña Violeta, hija de Rodrigo. De igual modo, también existe la posibilidad de donaciones económicas, por Bizum 646 62 00 20 o bien, a través de este núm.ctta ES33 2103 7269 3 5 0040000891 que ejercen como caja de resistencia, para quienes así lo deseen o no puedan acudir esa noche.
Os recordamos:
“ESPACIO ABIERTO” Homenaje a Rodrigo Córdoba
LUGAR: Aleatorio Bar
Calle de Ruiz, 7, Madrid.
DÍA: 4 de febrero
HORA: 21:00
jueves, 26 de enero de 2023
martes, 24 de enero de 2023
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