-¡No se follar!
-¡Y a mi que me cuentas! ¡No pretenderás que te enseñe yo!
-¡Ah¡ Veo que tu tampoco sabes, solo me he acercado aquí a tu mesa para que me digas si conoces a alguien que me pueda enseñar. Como estás sola pensé que no te molestaría.
-La verdad es que eres original. Pero no me creo que no sepas follar, todo el mundo sabe y además siendo un tio tan atractivo.
-Pues no, no sé, nadie me ha enseñado, mis padres lo daban por sabido y mis amigos que ya me lo habían contado mis padres. El caso es que no sé y siempre me ha dado un poco de vergüenza preguntar.
Una hoja en blanco pensó ella, desde luego era un hombre atlético y agradable, valía la pena aleccionarlo en este mundo a su estilo un verdadero siervo del amor, un caso raro, desde luego una oportunidad para no ser desaprovechada.
-Te voy a enseñar yo personalmente pero primero me has de dejar que pruebe el producto, deja que te meta mano, no sea que tu miembro esté defectuoso, siéntate aquí a mi lado.
La mano se deslizó suavemente por encima de los muslos bajo la mesa, luego palpó por encima de la bragueta, desabrochó los jeans e introdujo los dedos palpando un miembro que apenas podía abarcar con una mano, reaccionó con una semi ereción nunca vista.
-¡Ohhhh! ¡Bufff! ¡Pero si la tienes muy gorda!
Un pequeño suspiro se escapó de la boca de aquella mujer que llevaba un tiempo sin hacer el amor, sin darse cuenta había sido seducida por aquel hombre sencillo y virgen.
Pequeño enfrentamiento entre el autor del blog y la principal protagonista.
-¡No se escribir! Ahora me doy cuenta, no se acabar la historia.
-Mira autor del blog no seas mierdoso !Haz el favor de acabar la historia! por una vez que encuentro a un hombre al que puedo amoldar a mi gusto, bien dotado, ¿me voy a quedar así? Dimito como protagonista búscate a otra, yo quiero follarme a ese tipo. ¡Arreglalo!
Etiquetas: follar
De pronto comprendió que debía haberse esforzado más en sus clases de Lengua Castellana.
Única luz a través de aquella ventana de madera descuartelada, la luna bañada de espuma blanca compitiendo con las líquidas perlas de tus cabellos......inundando la estancia de azuladas luces temblorosas.
Sientes mis pasos por el crujir de la madera, tus pestañas mojadas se abaten, sientes sobre tu espalda el agua caliente, en aquella vieja bañera de porcelana en el medio geométrico de la habitación....
Luego soledad, lejanía, hasta que percibes más pisadas, huecas, lentas y por fin el agua caliente, acariciante y bulliciosa que resbala por tu pelo hacía tus hirvientes profundidades....
Tras la ventana, misterio blanco y luminoso, ramas negras movidas por el viento. Luego un silencio tenso roto por el leve chapoteo de tus piernas al cambiar de posición. Pasan los minutos muertos como losas, sin hacer nada, alternas la mirada clavada en la ventana y el rojo interno y pasional cuando cierras los párpados y miras por dentro, divagan los pesados pensamientos, disfrutando mentalmente pero el cuerpo aparentemente inmóvil. Odiosa pereza.
Gotas de sudor recorren tu piel mojada, las puedes reconocer por lo helado de su contraste, recorren tu piel como cuchillos, tus labios mordidos agrietados en sequedad solitaria, suplicantes de un beso para mitigar su dolor, desean por agua fresca ser aliviados, garganta retorcida y deshidratada por la propia saliva tragada.
Horas muertas y miradas perdidas. Por fin la bañera está llena de agua y me quedo mirándote desde el contraluz, viendo como emergen tus muslos plateados por la luz, dejando mi silueta luchando contra la redondez de la Luna....
¿Eres tan bella realmente?, o ¿Es mi mente enamorada que transforma la realidad? Me acerco por detrás, dejo inundar una gran esponja suave, de ese agua caliente que paso por tu nuca, apretándola y dejando que el agua caliente resbale, coges mi antebrazo y te incorporas para que pueda ver las curvas deliciosas de tu espalda, las sigo con la esponja mientras tu mano me guia en su recorrido....
Echas el cuello hacia atrás y gimes, ahora al llegar a tu cuello, sigo por tus mejillas y al llegar a tu boca muerdes la esponja, dejando que el agua tibia y dulce alivie la sequedad de tu garganta, luego la esponja cae entre tus piernas y metes mis dedos en tu boca....
Te abrazo como un oso, con los brazos cruzados, apretando ligeramente tu vientre intentando buscar a ciegas esa esponja en las profundidades de tu entrepierna.
-¿Te bañas conmigo?
-Si
Desnudo mi cuerpo trás tuyo y pronto notas la tibieza extraña de otro cuerpo que se te acopla a la perfección, que adopta tus formas en paralelo. Que se introduce lentamente rozando tu espalda....Y que desborda el agua de la bañera en una leve cascada de vaso rebosado.
Solo puedo acordarme de tu imagen a través del agua, bajo tus empujes salvajes, casi sin acordarme de respirar...