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martes, 26 de julio de 2011

The Jam - "In The City"


 Digámoslo claro: "In The City", es un debut tan disfrutable e imprescindible como las respectivas cartas de presentación de Clash, Ramones o Sex Pistols. Y me permito añadir que igual de relevante e influyente. Y es que el power trio con el que el modfather se dió a conocer irrumpió en la escena blandiendo una irresistible mixtura de frescura, clase, agresividad y eclecticismo bien entendido.

 La génesis de su sonido se remontaba al Londres de la década anterior, aquel que vivió el auge de los Small Faces y el genio ascendente de los hermanos Davies, pero, por favor, que nadie se lleve al engaño de creer que estamos ante unos consumados revivalistas: Nada más lejos. Paul Weller ponía su background y su Rickenbacker al servicio de la coyuntura sónica del momento, esto es, el Punk '77, la vuelta del R'n'R inmediato sin florituras ni vacíos ejercicios de ombliguismo. En su faltriquera, abundantes influencias de la british invasion nativa así como algunas pinceladas de R&B y Soul de allende los mares, unos sonidos que con el tiempo se harían cada vez más evidentes en la trayectoria de la banda y se explicitarían del todo en las andanzas en solitario de Weller.

El disco es un compendio de himnos, bien nutridos de épica callejera y rabia juvenil, cómo bien evidencia "Art School", el pildorazo que se encarga de abrir fuego y mostrar que las cartas con las que jugaba la banda eran baraja ganadora. "I've Changed My Adress" es todo chulería y "Slow Down" supone todo un guiño a su poso más R&B, y más concretamente a Larry Williams. "I Got By In Time" es sencillamente una de las mejores canciones de la historia, a medio camino entre la inmediatez Punk y el Soul, con una letra que desgrana cómo pocas la vuelta del hijo pródigo a los escenarios de la adolescencia, entre chicas a las que amó y antiguos amigos con los que algún día soñó cambiar el mundo y a los que ahora a duras penas saluda. El nivel no baja, ni mucho menos, en la colosal "Away From The Numbers", de prístina elegancia e innegable melancolía en su sonido. "Batman Theme" es eso precisamente, la sintonía de Batman, un detalle simpático, pero del todo intrascendente, más aún si tenemos en cuenta el nivel al que raya el material de éste álbum.

 "In The City" da el pistoletazo de salida a la segunda mitad del disco, la más afecta (salvando todas las distancias que gusten) al Punk Rock puesto en práctica por sus compatriotas. "Sounds From The Street", con todo su deslavazamiento, es Power Pop de primera, "Non-Stop Dancing" hubiera colado sin problemas en un LP de Dr. Feelgood y "Time For Truth", con su cortante riff, es un pequeño clásico. La hooligan "Takin' My Love" y "Bricks And Mortar" son las encargadas de poner el punto y final a tan exquisita carta de presentación.

 Resulta tan fácil como arduo dirimir las causas de porque el legado de The Jam no ha llegado hasta nuestros días, con la vigencia y el reconocimiento generalizado del de, pongamos, unos Sex Pistols. Es díficil de entender si nos atenemos a su insultante calidad como banda, evidenciada del todo en la consistencia de su obra de estudio; pero es algo más fácil de comprender ( que no de justificar ni de secundar) cuándo tenemos en cuenta su afán de no-rupturismo con lo anterior, llevando con orgullo el estandarte mod, y vindicando el legado de grupos como The Who o los Kinks en medio de la vorágine Punk. Pero ya se sabe, lo clásico nunca pasa de moda, y hoy tanto sus trajes de elegante corte como lo expuesto en éste "In The City" han pasado con soltura y buena nota el test del tiempo.

jueves, 7 de julio de 2011

Radio Birdman - "Radios Appear"


Cómo es bien sabido, el término aussie se emplea para referirnos a todo aquello que tenga denominación de origen en las antípodas, mas, en el terreno del Rock and Roll, sirve para designar una corriente sónica muy concreta. ¿A los deudos de la formación más mítica del lugar, AC/DC, tal vez? Pues no. ¿A aquellos que beben de las enseñanzas de combos de culto cómo, verbigracia, Rose Tattoo? Tampoco. Los padres del R'n'R a la usanza aussie no son otros que Radio Birdman, cuyo propio santoral de influencias constituye parte sustancial de los ingredientes de los que se nutrió la escena underground australiana en los años venideros.

 ¿De dónde venían, a título sonoro, los hombres pájaro? La estela del proto-punk se perfilaba alargada en sus canciones, con especial parada en el Detroit Rock City de finales de los 60's, y más concretamente, en combos como The Stooges o MC5. Aunque también se adivinan sólidas influencias de aquellas bandas que operaron en la década anterior, a medio camino entre la inmediatez y lo lisérgico, ya saben, nombres como Velvet Underground, The Seeds o los 13th Floor Elevators, de quienes por cierto se marcan su "You're Gonna Miss Me". Súmenle a eso un componente indiscutiblemente Surf en algunas de las guitarras del redondo y ya tendrán una idea de por donde van los tiros.

 Radio Birdman aunaban en su primer largo un puñado de himnos tan llenos de inmediatez cómo de dramatismo. Cortes matadores como "What Gives?", "Non-Stop Girls" o "Do The Pop", en los que el histrionismo de Rob Younger y la maestría de Deniz Tek a las seis cuerdas son los grandes centros de atención del tinglado. Concesiones a lo atmosférico sin perder mordiente, caso de "Man With Golden Helmet", más Raw Power sin cortar ni adulterar en "Descent Into The Maelstrom", "New Race" o, todo el mundo de rodillas, "Aloha Steve And Danno" una de las más atómicas del disco y, porqué no decirlo, de toda la historia del Rock, puro Proto-Punk á la Asheton, con unos coros surfers dignos de los Beach Boys. Tras semejante exhibición de poder es arduo mantener el nivel, pero el listón no baja en "Anglo Girl Desire" ni en la hímnica y gloriosa "Murder City Nights" con la que echan el cierre.

 En "Radios Appear" se daban la mano  inmediatez, crudeza, técnica, oscuridad, elegancia, minimalismo y atemporalidad. Una fórmula que a buen seguro pasó desapercibida en aquel '77 de la eclosión punk londinense, pero que, corriendo los años, resultó fundamental para concebir el sonido de formaciones tales como Celibate Rifles, The Nomads, Asteroid B-612, The Beasts Of Bourbon o los Hellacopters, por citar a unas cuantas. Ahí es nada.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Ramones - "Leave Home"


 Hay discos que desde el primer momento sabes que son tus favoritos de tal o cual banda. En cambio, a otros llegamos tras un proceso de asimilación de la discografía del grupo en cuestión y transitar por sus diferentes etapas sónicas (que los de Queens, más allá de tópicos y frases hechas, tuvieron) para acabar decantándote por una pieza en concreto. En esta ocasión nos encontramos ante el segundo caso.

 Y es que, de un tiempo a esta parte, cuando quiero volver a vérmelas con Joey, Johnny, Dee Dee y Tommy (aunque yo soy más de Marky) la elección, en la mayoría de los casos, recae en este su segundo largo. ¿El por qué? Sinceramente lo desconozco, si de algo pudieron presumir los Ramones es de tener una discografía (salvo un par de tropezones en el ocaso de los 80's) perfectamente nivelada. Supongo que lo que me atrae de "Leave Home" es ese sentimiento de urgencia del que ya hacían gala en su debut aderezado con un componente de delicioso Pop bien entendido. Si, punkies cerriles de este mundo, habéis leído bien: Pop.

 No se nos escapa que los Ramones son una banda infravalorada. Infravalorada con respecto a su propia proyección: Mucha camiseta con su logotipo, mucho Hey Ho, Let's Go (Pobre "Blitzkrieg Bop", que has perdido tu título por el camino) y muy poco conocimiento real acerca de lo que supuso su obra, incluso entre alguno de sus posibles "acólitos". Porque esos punks de cresta y tachuelas deberían saber que el background de la banda, y muy especialmente el de Joey estaba preñado de grupos de la British Invasion, One hit wonders de los 60's (Sirva la versión que hacían de "Palisades Park" de ejemplo) y conjuntos vocales como The Ronettes o las Shangri-Las.

 Así, tras el puñetazo en la mesa que supuso el homónimo "Ramones", editado el año anterior, ahora tocaba dar paso (para desesperación de Johnny, que añoraría el sonido del primer disco hasta los restos) a la vertiente más Bubblegum de la banda, claramente representada por Joey Ramone (Quién, bajo mi modesta opinión, es el autor de las cimas del álbum).

 El disco abre con un corte que resume a la perfección su espíritu, "Glad To See You Go": aquí sigue habiendo velocidad y power chords a mansalva, pero también un nuevo enfoque, si se me permite, más melódico, acompañado de un empleo de los coros que, aún remotamente,evoca a los grupos surfers de la década anterior . Siguen en esa línea "I Remember You", "Oh, Oh I Love Her So" (Dios, qué grande es este tema!),"Suzy is a Headbanger", "Swallow My Pride", "What's Your Game" o el "California Sun" de The Rivieras. También hay temas que bien podrían haber formado parte de "Ramones", caso de "Commando", "You're Gonna Kill That Girl", "Gimmie Gimmie Shock Treatment" o "Sheena is a Punk Rocker", estas dos últimas quizás sean las canciones más recordadas del álbum ya que con el tiempo fueron prácticamente la única concesión que la banda le hacía en sus set lists.

 No cabe duda de que, de haberse editado hoy, "Leave Home" sería catalogado como un álbum de Power Pop. Crujiente, deslavazado y sin el componente extra de azúcar que tenían "End of the Century" o "Pleasant Dreams" (dos de sus mejores obras para el abajo firmante, por cierto) pero Power Pop al fin y al cabo.