Estando por los mares del sur
-cerca del temido cabo de Hornos-
un seco golpe de mar
en medio de la incipiente galerna
rompió el navío en dos.
Paulatinamente empezó
a tornarse en pecio sin rumbo,
con su pesado casco partido
mientras navegaba a la deriva
con sus mástiles rotos.
Cuchillo de mantequilla
entre opuestas culturas.
Sus diferentes mentalidades
-sin capacidad de entendimiento
para enfrentarse a la situación-
fueron determinantes.
Jose Ortega
Caligrama dedicado a Julián, José Luis, Paco, Pilar, Javier y Manuel por sus comentarios