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lunes, 31 de agosto de 2015

Inicio del calendario juliano (26 de agosto de 1914)



Hoy celebro 
los equívocos que hacen al mundo mágico, 
como que haya labios en la entrepierna
y que Julio naciera en agosto. 

Aparentemente sucesos que no se tocan,
como París y el Río de la Plata.

Pero atiende, amor: 
las palabras que callan tus muslos 
casi todas las leí en Cortázar.

© Mariano Crespo

jueves, 27 de agosto de 2015

Poesía



Por envidia,
puta envidia, 
suelo responder 
cuando alguna incauta investiga 
los últimos motivos 
de mi ambición de ser poeta.

Y para que me quieran, 
como los suicidas y los mártires, 
añado con un punto de vergüenza.

Nunca digo 
que vendería lo que no alcancé a tener 
por ser uno de eso tipos 
que, como dios, 
cuando cuentan su vida 
narran la epopeya de un planeta.

Por envidia, por puta envidia, 
amor, y ahora haz con tus manos
ese prodigio que es poesía,
como el polvo es el verso de la tierra.

© Mariano Crespo


lunes, 24 de agosto de 2015

Setembre


                                       A mi amigo, Pepe Galvez

No sé a vosotros
pero lo que puede suceder 
en Cataluña me abre un agujero,
un amor extraviado en la página de sucesos.
Tengo tantos amigos 
- buenas y buenas, estupendos- 
que no quiero,
no me da la gana,
que sean extranjeros.
No sé qué decirles. 
Solo que levantar una frontera 
cuando estamos siendo vallados 
por fuera, no me parece una gran idea.
Hemos vistos mucho cine juntos 
para saber que el inicio de una buena amistad 
suele ser para los que se quedan en la niebla
mientras la chica de los sueños vuela.

© Mariano Crespo


martes, 18 de agosto de 2015

Prodigios


Cuando yo era un muchacho
encontré una moneda 
en un descampado 
y pasé tres días más, 
inútilmente buscando.
Aprendí.
No retorno con otra mujer 
a la ciudad en que hubo magia,
en donde ya quedé hechizado.


© Mariano Crespo

lunes, 17 de agosto de 2015

Autoestima


Un anuncio ofrece 
cómo hacer crecer mi autoestima 
a partir de los 50. 
Gracias. 
No es lo que más me interesa que crezca. 

Después de los cincuenta 
a uno le deberían regalar la potestad 
de parar relojes o madurar cerezas, 
detener el candor de las miradas
y que los pasteles no aumentaran 
la densidad de bestsellers en sangre
ni los dolores de cabeza hueca.
 
El prodigio de que las mujeres tuvieran la edad 
con que uno las desea 
y ellas creen haber dejado atrás, 
perdida en esos sitios 
en donde se ocultan corazones y ahorros, 
diarios con cerradura y fotos con un trozo roto
y alfileres de colores 
y gomas para la coleta.

A los 50, ay, más que nada, 
uno quisiera que le hicieran decrecer 
los remordimientos. 
Pero es algo que piensa para ser dicho 
con la boca pequeña
a unos jóvenes desprevenidos,
en una verbena de luna llena.

Porque a esa edad a uno le queda
-refugiadas en la bragueta- 
cenizas de mala conciencia 
para seguir escribiendo poemas
y esperando el tren de la infancia 
que siempre trae retraso 
o está averiado 
en la vía muerta de alguna cama
que todavía no tiene alcoba
y aun son vírgenes las sabanas de seda.

© Mariano Crespo


martes, 11 de agosto de 2015

Hoja de servicios



Tengo amigos con antecedentes penales
y descendientes de ángeles. 
He estado en sitios no recomendables
para los que se construyen un perfil
o pueden poner su nombre a una calle. 
Firmé manifiestos incluso contra algunos dioses. 
He bebido hasta derrumbarme. 
Amé por encima de las posibilidades de un rey
y hasta fumé el tabaco de los suicidas
con el cadáver todavía caliente.
Con estos y otros lamparones,
no podría ser un cargo público respetable,
un tribuno a salvo de disparos editoriales. 
Pero sin ellas, sin mis amadas miserias, 
no me reconocería en un desfile 
ni de los míos, ni de los otros, 
esos seres de biografía pulcra 
que no pierden el paso ni la mirada al frente
ni cuando hay cadáveres en el asfalto
ni cuando la vida rasga las bragas a la muerte.

© Mariano Crespo


domingo, 9 de agosto de 2015

Frecuencia Modulada



Me envía Mario Vilà Montané esta foto que me ha producido un escalofrio, una conmoción hermosa. Está hecha en los estudios de Radio 80 Menorca, de la calle Virgen de Gracia de Maó. Allí pasé - en Radio 80 y luego en Antena 3- unos años de mi vida en los que creo que aprendí el alfabeto de lo que sería después.
En aquella emisora hacía un programa, "Pipas y caviar", un joven melenudo con gorra de turista escoces que no era otro que el propio Mario Vilà. Como en aquella emisora hacíamos lo que nos salía de los mismísimos pues desde Madrid no nos escuchaban podíamos permitirnos joyas como el programa de Mario y algunas otras locuras que hicieron que junto a mis años en Radio Círculo hayan sido los tiempos de radio más libres de los que he disfrutado. Como todos tenemos un pasado, Mario, hermano, amigo, dejó un recuerdo de cuando tu fuiste el batería de aquel grupo que se llamó "los Mitos" allá por los años 60 del siglo pasado. El poema "Frecuencia Modulada" va por ti, Mario y por todos los amigos de aquella maravillosa isla. 




Era un latiguillo común 
de los que hacíamos radio en los 70.
Chamullábamos algo en inglés 
y añadíamos en estéreo 
"lo que en castellano es algo así como”
y nos lanzábamos a algo semejante
a traducir. 

Así que, amor,
la cosa era como que 
pongo a sonar a Elvis 
con su love me tender, love me sweet
lo que en castellano es algo así como 
te voy a comer entera,
de principio a fin. 

Nunca supimos mucho inglés en la FM 
pero la censura creía que sí. 

© Mariano Crespo






sábado, 1 de agosto de 2015

El Comercial


Yo escribía artículos en periódicos de provincias 
soñando que algún día me leería en el Comercial 
el alcalde Enrique Tierno
o algún republicano de café solo y mal genio.
En sus salones me he reunido para organizar actos
culturales, proyectos de programas de radio 
o solo beber tras haberme manifestado contra todos los gobiernos.

He quedado con mujeres para nada concreto 
pues yo ponía la presencia y el revólver, 
pero el disparo siempre corresponde
a las dueñas de los ojos del deseo. 

He entrevistado escritores, 
me he ofrecido a editores con sudor en las manos
y la nuca rígida del que espera un milagro o el cieno, 
he perdido a los chinos 
y he quedado con forasteros 
para iniciar la ruta del Madrid nocturno
o para terminarla en la barra 
preguntando si los servicios seguían en el mismo sitio. 

Soñaba con presentar allí un libro 
con unas gafas compradas 
en la óptica de la esquina
en donde tenían las mejores lentes clásicas 
para las que nunca me alcanzó el dinero. 

Pero han cerrado los dos establecimientos
y me voy quedando sin señuelos 
para ponerme a soñar,
para ponerme a mirar, 
para quedar contigo 
y contarte la historia de aquella mujer 
que perseguía a Rafael Azcona por sus pasillos
o la de aquella chica sin bragas en los versos de Rimbaud
o los que pedían en la glorieta para un bocadillo.

Han echado el cierre al Comercial en verano 
y estoy tiritando de frío,
a la puerta de una ola de calor 
a la que ni vendrás ni yo he ido.

© Mariano Crespo 
© Fotografía de Julián Rebollo. Entrevista a Isaac Rosa.