Si solo fuera que viéramos
a los hijos
siempre como aquellos niños
que en un tiempo mutaron.
Es también que nos detenemos a observar
en viejas amigas un retrato intemporal
de el paso de una cometa o de una noche de lascivia.
Y el lienzo se tersa como
una restauración jamás concluida
a falta de una pincelada que se quedó en promesa. .
siempre como aquellos niños
que en un tiempo mutaron.
Es también que nos detenemos a observar
en viejas amigas un retrato intemporal
de el paso de una cometa o de una noche de lascivia.
Y el lienzo se tersa como
una restauración jamás concluida
a falta de una pincelada que se quedó en promesa. .
Y, sin embargo, tu amor
tan a juego con el tiempo
y lo que el otoño aguarda de la primavera.
tan a juego con el tiempo
y lo que el otoño aguarda de la primavera.
© Mariano Crespo