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domingo, 30 de junio de 2013

Capricho sin reproche




La vida es una pareja
caprichosa. 
La vida es, además, tu capricho. 

Cuando pinta fatal,
ese mal bicho 
te regatea una fosa.

Cuando el esplendor,
va y te deja.

La dejas. 

Qué más da quién marchitó la rosa.

La decadencia del candor
no tiene libro de quejas.



© Mariano Crespo Martínez 




                    


                      

sábado, 29 de junio de 2013

Bajo el suelo de Sol



Bajo el suelo de Sol
también arde el subsuelo.


La distancia más corta
entre dos bocas de metro
es esta lengua de fuego itinerante
que como acabe en beso funde los andenes. 

Declarado el incendio
no me apeo de trenes 
en marcha por si la lava.

Cuentan de volcanes que, sin aviso previo, 
erupcionan cuando se fuga el cava. 

Si no has entrado en un túnel
a más de cuarenta grados 
no tienes una idea cercana
de por qué cierro los ojos cerrados
en la curva de la muerta. 

Es mi palabra de embustero
contra la dudosa verdad de la leyenda urbana. 

Dile al Sol que cuando se ponga cierre la Puerta 
y la luna mantenga entornados los ojos y tu ventana.



© Mariano Crespo Martínez 





                     

jueves, 27 de junio de 2013

Vita precox



                                 "...que poco rato dura la vida eterna 
                        por el túnel de tus piernas, 
                                          entre Córdoba y Maipú". 
                       JOAQUÍN SABINA "Nos sobran los motivos"



Un pispás. 
3 minutos. 
Un alivio. 
12 minutos.
Un instante. 
Un ahora, 6o minutos. Una hora. 
Una semana, una quincena, un abril, un trimestre, un curso,
un año de luces, un trienio, una década de cada 10, 65 años,
una vida ejemplar, un siglo de oro,
una era.
 

Omnium,
todo se me hace corto. 

Lo efímero de lo mínimo en estado átomo. . 

Para nuestros méritos. 
Para los sueños que compartimos. 
Por la nada que fuimos,
vírgenes y puros como el candor de una gacela
no contaminada por el pincel
y la sucia espera del lienzo.


No nos merecemos esta salida del templo. 

La gota que colma el vaso,
que nunca llama dos veces
pero mata dos gritos secos
con los ojos desorbitados 
por la órbita Venus. 

Desmesuradamente rápido. 
El acelerador de partículas desenfrenado.

El mar derramado 
fuera del azul marino
de la esfera del placer. 
Al fondo según se ciega está la salida del Edén.

Amo luego soy.
Te vas,
me voy. 
Apaga y vámonos.


Todo final es precoz.

© Mariano Crespo  




                     

Aspiraciones




No tener la brújula señalando al éxito 
no implica renunciar a aspiraciones.

Me sueño como poeta de gasolineras,
de kiosco de apeadero,
Compartiendo mercadería 
con las memorias de un gánster,
el tratado moral de una fulana,
la prensa deportiva
un libro de recetas de cocina,
el calendario zaragozano 
y el mapa para saber con rigor
el punto exacto en que uno 
parecido a mí
extravió 
su vida
y a un pájaro.


Lejos de los libros de Auto ayuda 
y de los catecismos, 
que prohíben matar, 
escritos por cualificados asesinos. 


A la vera de Marcial Lafuente,Víctor Mora, 
Manuel Rico,
Juan Carlos Mestre 
y Juanito Pérez Creus. 


Si me vendo
quiero venderme con amigos.
 

© Mariano Crespo Martínez


                     

                   

Todo a cien


              

                        A Gabo

La madrugada en la que el general 
Máximo Garamendi Buendía 
tuvo constancia de que su vida era mínima
- apenas siete líneas fruto del insomnio
de un madrileño a 34 grados- 
puso su arma de reglamento sobre la sien 
y descubrió el hielo. 

Mis daños de soledad se liquidaron,
como mis sueños, en un “todo a cien”.

En ocasiones entiendo a los dioses.
Fabricar desdichados alivia el tedio.



© Mariano Crespo


                    

                              

miércoles, 26 de junio de 2013

Entelequia




Tal vez no existas
y solo seas
el desarrollo de un beso
sobre una fotografía no disparada
al húmedo músculo cardíaco
por una bala de plata.

El aroma del verde otoñal
devenido en entelequia. 

El hábil conejo que ocultaba mi chistera.

Aquel grupo de palabras 
que carente de rasgo, prueba ni seña
no permite un ápice de duda 
en que alberga un poema.

La mirada que te pone en fuga
y aguardas 
porque ha llegado tu hora
de soportar 
el denso peso de la noche con una loba 
sin manada. 

Tal vez no, 
pero si resulta que sí,
¡qué fiesta! 

Lo que no admite duda
es esa torpeza 
del que jamás te goza por no mirar la esencia.
 



© Mariano Crespo Martínez




                       

lunes, 24 de junio de 2013

Vida truncada



La noche, 
eso que no es el día,
hubo algunas noches 
que confundí con la vida. 

La noche,
eso que no es el día,
hubo algunas noches 
que semejaron un ensayo 
de cuando la biografía se trunca. 

Pero la noche,
lo que llamamos la noche, 
eso que no es el día, la noche, nunca.




© Mariano Crespo Martínez



                    

                    

domingo, 23 de junio de 2013

Celada empírica




Establezcamos
que te lanzo mi corazón a la cara
a una velocidad continua
de unas seis clausuras de párpados
y a la temperatura constante 
de mi lava volcánica.

Observamos 
que no solo no te agachas 
sino que se te ilumina la sonrisa
con la esclarecedora luz del alba
en ausencia de duda o neblina. 

Concluimos
que, todo parece indicar, 
estás sufriendo una parálisis
de etiología no determinada, 
o bien -¡no me lo puedo creer!-
he vuelto a caer en tu repetida emboscada. 



© Mariano Crespo Martínez





                    

Acaso





Cuando joven no recuerdo 
que una mujer me dijera 
qué joven te encuentro. 

Tampoco guardo memoria
de que me susurraran tantas procacidades
cómplices 
y me besaran sin taparse el escote. 

No es que me sienta viejo.

Es una sospecha que me tiene insomne.

Acaso, sin percatarme, 
me habré transformado en espejo.
 




© Mariano Crespo Martínez




                       

sábado, 22 de junio de 2013

Lapsus



Colgué los hábitos,
abandoné el convento,
sustituí por la devota lectura de Henry Miller.
el monótono canto del breviario


Aun me reprocho el lapsus,
desde que me fue dado contemplar el sexus,

de no haber llevado conmigo el incensario



© Mariano Crespo Martínez





                     

Los pronombres y Viena





Los que se complacen en diluirse 

en un conjunto
deben creer que el yo
es una forma minimalista del nosotros.
Del vosotros, incluso,
y los molestos ellos.  


El yo es un nosotros que se expande,
se escinde, se fusiona, 
se agranda cuando se hace leve
desaparece cuando es un plural enorme
con la vasta extensión
de la masa cuando se atreve.  


El yo huye en la belleza por los cielos
y en las alcantarillas tiene todas las claves
para interpretar los sueños.

Como todas las grandes superficies
el super-yo tiene algo de neón
y bastante de camelo.
Conocido es lo superficial
que es el cielo.


Habrá que viajar con placer por los pronombres. 

Vamos a ello. 


© Mariano Crespo Martínez




                     

Avant Garde





Esa relativa gloria

de ser un adelantado a tu tiempo
conlleva un elevado riesgo. 

Es mi deseo morir cuando llegue mi momento. 

No me mueve el absurdo anhelo 
de ser la vanguardia del cementerio. 



© Mariano Crespo Martínez





                      

Maestro Mestre



Me lo quedo
al poeta y al poemario,
a la memoria de los muertos
y a su notario.

Y me lo llevo puesto.

No me des bolsas ni me prevengas
sobre su cuidado. 
Sé dar mimo a las flores y los retratosy he aprendido a besar
en gallego y castellano.

Tengo una antífona
en el botiquín de primeros auxilios
junto al agua oxigenada,la tumba de Keats
y las despedidas a Lennon.


La casa roja
esta queimada
por si aquello de que las meigas
no soportan las frutas destiladas
en aguardiente de Villafranca.

Cómo será la llama
en la tierra en que hasta el agua arde.


Fora de tus palabras, hermano,
hace un frío que pela
y eso que junio es casi verano.
La intemperie inquieta
de la consumida vela.


La calidez en bicicleta.
los versos del panadero, del ciudadano. 

Maestro Mestre.
¡Y va pregonando que es poeta el paisano!



© Mariano Crespo Martínez





                     

viernes, 21 de junio de 2013

Pena con antecedentes penales




Como de casi nada de lo que afirmo

me avala prueba alguna,
solo sé probar lo que callo.

Pero digo, constato,
que si una mujer
-una cualquiera como la que ahora estás olvidando-
guarda en su corazón tu retrato,
será estéril el esfuerzo pueril 
de posar en tu mejor pose 
-de frente y de perfil- 
porque ella tendrá como canon
lo que tiene escondido 
-sistoleando, diastoleando- 
bajo su pecho,
custodiado con la clave
de la fecha del nacimiento de su madre. 
Y remedando
ese hábito instintivo 
que fluye desde Eva 
hasta el árbol y el nido
pasando por Simone de Beauvoir,
emboscada por una serpiente,
un culebrón y mucho olvido
hasta el corredor de la muerte.


Y añado
que si lo que retrata su mirada
de tu rostro ajado por el tedio
y en ausencia de coartada
no coincide con el testimonio gráfico
en rojo, negro y blanco,
del Génesis, la costilla y el barro
que custodia entre la tregua de sus senos,
no tienes currículo ni pasado. 
Quizás un futuro trágico. 

Cuando el corazón ya no riega 
la huella digital que allí dejaste te ha delatado.

Algunos llaman Apocalipsis a ese omega. 



© Mariano Crespo Martínez




                  

jueves, 20 de junio de 2013

Errores de apariencia




Que la apariencia 

no te haga confundir la talla de los guantes
con la longitud de los dedos. 

No nos parecemos porque somos semejantes. 

Comparto la vergüenza de los payasos
y, con el ridículo, todos los miedos
de los leones y la memoria de los elefantes.

La distancia mental no se mide en pies sino en pasos
que tuviste el acierto o la fortuna de no darlos.

Soy aquel que se detuvo
a un paso de desbaratar el después por algún antes
.



© Mariano Crespo Martínez





                   

                       

miércoles, 19 de junio de 2013

La búsqueda

  

                                  Para Lucía 


Conozco mujeres que buscan poemas


que no estén casados. 




Conozco una abuela que busca

un poema que rime

y termine bien.



Conozco poemas que buscan trabajo.



El poema que a mí me busque

me terminará encontrando.




© Mariano Crespo Martínez







                   

                    

martes, 18 de junio de 2013

Sinopsis del drama




Debe de existir

o debería 


un lugar en la galaxia 


agraciado con el privilegio. 



Moramos en un lugar llamado desgracia.


En un crimen no resulta inocente ni el escenario.


Este planeta no es un premio.



La victoria de Samotracia,
sin poeta ni poemario.

,
fue decapitada en la derrota

que te lleva del mascarón de proa de una idea a un museo. 




© Mariano Crespo Martínez






                

                   

Obra yerma




No hay labor más estéril

que la de construir un puente


entre dos orillas que se amaron


hasta que les creció en medio un río.



Moisés separó las aguas
pero no logró unir el rencor de las riveras. 


© Mariano Crespo Martínez







                      

Paradojas coloradas (casi rojas)



La aritmética se vuelve inútil

cuando mide algo complejo 


como el deseo o la poca gana,

la noche iluminada, por ejemplo.


Muchos de los que tienen la cama vacía

es porque la tienen colapsada.


No hay culto a todos los dioses en un solo templo.


© Mariano Crespo Martínez






                     

lunes, 17 de junio de 2013

Primera declaración




No abarca mi mirada la extensión 
de la línea divisoria 
entre la infancia y el telegrama urgente de amor
que envías a tu primer proyecto de eternidad. 

Desde la caverna a la biblioteca digital
Desde el ADN diferenciado
hasta el primate que algunos llaman Eva o Adán.



© Mariano Crespo Martínez







                            

Prevención




Es recomendable

de vez en vez,
reunirse con los fantasmas escindidos
de lo que uno fue
y de lo que no ha sido.

Prescinde para ese evento
de incómodos testigos.


Procura su contento.

Adquiere con desprecio
su silencio.

a) para saber quién es uno. 
b) cuál es su precio.
c)si tienes que proteger más a tu sombra
que a ti mismo.

Los fantasmas por norma
ponen el veneno de la difamación
en la taza de cinismo
con unas gotas de limón,
de las cinco en punto en el reloj de cuco. 



© Mariano Crespo Martínez






                        


                    


                    

viernes, 14 de junio de 2013

Episodios proféticos




Evidencio inquietantes síntomas 


del deterioro que el óxido del tiempo 


siembra por las paredes desconchadas de mi cerebro. 


Puede que no el más nimio

resulte del equívoco

de que para interpretar el futuro

mi curiosidad me conduzca

a recabar el criterio de ciudadanos ya muertos.



Cabe la posibilidad de que tras los obstáculos

para un diálogo práctico con los avestruces

y sensatamente hastiado del perfume vacuo

y la frivolidad de los que bailan Foxtrot en los naufragios

me haya refugiado en los clásicos

que a poner el dedo en llaga

no tenían alergia ni pánico. 




© Mariano Crespo Martínez








                    

El Foro porteño


                             (A Joaquín Sabina que se inventó una ciudad)


In illo tempore, el consistorio 


me persiguió con su tristeza. 



Cuando mudé al Barrio de la Alegría

pusieron allí el tanatorio.


Madrid, villa y corte,

era un vasto territorio,

toda dama  reina consorte

efímera y un maestro salmantino

de alcalde presidente

que nos amaba en latín y cervantino. 



No es popular leer en esta villa

pero la gente conocía cada edicto,

con su moralina y su apostilla,

del ilustrado republicano con botijo.


La peña se bajaba al moro

y tornaban cargados de amapolas

perfumando los cafés del foro.

Tranqui, colega, tu controlas.




Como un ateo furtivo que reza

huí a una isla en tranvía.

El exceso de algarabía 

amarga el dulce poso a mi tristeza. 



En Maó descubrí la vida,

mi elección más sensata.

Moverse contra movida,

si me paro Madrid me mata.


Pongamos que hablo de vivir

y que el mediterráneo mas que un mar es una fe de erratas.



Todo polizón sabe que tornará al Foro porteño.

Ser pirata es un contrato temporal

con final en un abordaje de realidad

que decapita, sin ápice de piedad al libertario sueño.




© Mariano Crespo Martínez







                       

jueves, 13 de junio de 2013

En la punta de la lengua




Como un monje trapense

que ve a dios 


sin poner palabras el encuentro,

hay quien se complace con el recogimiento.


A mí me sabe mal

el sexo

en silencio.

El sexo es oral

y lleno de agujeros como un queso,

como un beso.


El templo,

la oración,

en la punta de la lengua recreo.



© Mariano Crespo Martínez








                    
  

miércoles, 12 de junio de 2013

Peces de vuelta



Desahuciada la esperanza.

Ni siquiera,

el propio ángel del aguarda,


me protege ya la espera.


Andando por un andén

y la gente corre que te corre

hasta la parada del paro.



La fe

es una prestación

eterna

de unas pocas semanas.

Eres tú

y no el carné

el que tiene código de barras.



Pide la vez mil veces.

y date una vuelta

como el pez en la pecera.

No hay jamás segunda

si conviertes en última a la primera.


Ni siquiera,

el propio ángel del aguarda,

me protege ya la espera.


Con la esperanza desahuciada

soy poca cosa para el Heraldo del que no llega.


© Mariano Crespo Martínez





                    

                     

martes, 11 de junio de 2013

Ojos sobre las cejas



Cada vez que tus ojos me dan la luz larga

y me deslumbran y me ciegan. 



Cada vez que para pensarte de frente

me brotan ojos sobre las cejas.


Cada vez que el jinete grita

y vierte hasta sus seis letras.


Cada vez que un cuerpo se agita

y se extenúa y se derrama.


A espaldas de tu último pensamiento

se despide la noche cansada

cada vez que amanece el despertador muerto

y nada se atreve a sonar nada.


© Mariano Crespo Martínez






                     

La pregunta que buscas en el entreacto



En un entreacto,

cuando me hallo absorto en una dicha sin marco,


me sorprendo pintando el deseo de su origen


sobre un lienzo en blanco. 



Esa necesidad de inventar una flor

recreándome en una fragancia.



Me parezco a aquel que ponía la oreja en el mar

para dar sentido a la inútil belleza

de las caracolas de su infancia.



No tiene más lógica esta fiesta,

a la que nadie nos ha invitado,

que investigar lo preguntado una vez hallada la respuesta.



Los entreactos, a estas alturas de la función,

nos parecen dulcemente hermosos

pero, en concreto, son más largos.



© Mariano Crespo Martínez