
Quizás sea gracias a una infancia netamente rural que pude descubrir de primera mano que las serpientes "mamaban", aquello ciertamente me perturbo durante años ya que según decía mi bisabuelo, abuelos, padres, tíos y todo un tropel de vecinos y familiares ¡"las serpientes mamaban"!. Yo nunca pude creermelo del todo, pero ante tanta y apabullante certeza confieso que hubo épocas en que lo creí a pies juntillas.
Según se cree en casi toda la geografía rural de este País (España), las serpientes o "bichas" a parte de hipnotizar a las cogujadas comunes Galerida cristata (cuando lo cierto es que estas aves vuelan estáticas mientras cantan solo por defender y pavonearse en su territorio), son capaces de mamar de cualquier hembra mamífera que se le presente, vacas y cabras son las más demandadas, de hecho en todo el entorno familiar y vecinal que antes mencione siempre había un amigo del cuñao de ese que tiene el bar de la esquina que vió una de esas malhechoras mamando de la ubre de la vaca de Vengano. Pero este atrevimiento no solo queda ahí sino que además las muy ilustres serpientes eran capaces de mamar a esas pobres mujeres que daban el pecho a sus lactantes hijos durante el verano, mientras que con el rabito a modo de chupete silenciaban al desgraciado bebé, incluso en este caso tan fantasticamente irreal todo el mundo conocía a alguien que conocía a otro alguien a quien le había ocurrido el suceso.
Sin embargo vayamos por partes, ¿cómo es posible que este suceso se crea cierto?, probablemente por esa rara tendencia del hombre a creer cosas disparatadas pero sobre todo a que sobre las serpientes rondan mil leyendas y fantasías, ellas son capaces de hipnotizarte, matarte por estrangulamiento en el cuello, mamar de la leche de tu mujer, correr detrás tuyo a saltos, ¡vivir siglos! e incluso algunas pueden medir ( esto es posible pero no aquí en la península Ibérica) hasta 5 metros de largo o ser tan gruesas como una pierna,¡aahh y ojo! con quedarse dormido en el campo con la boca abierta que son también conocidas sus aficiones a instalarse cómodamente en tu estómago y nunca nunca nunca te las encuentres sorpresivamente en el campo porque son muy hábiles en introducirse en tu cuerpo produciendo la conocida enfermedad de la "culebrina" (herpes zóster).
A pesar de no poseer labios, paladar, lengua apropiada, aparato enzimático para digerir la leche y de no poder succionar de una "teta", en los campos, aldeas y pueblos españoles se seguirá creyendo que en las noches de calor estival la serpiente entrará por la ventana.