sábado, 25 de agosto de 2012

DE VUELTA (y vuelta)

Ya estoy de vuelta. Del todo. Me fui sin despedirme, porque apenas notaba que me iba, pues casi me iba, casi no. Pero ahora, al regreso, sí que saludo: HOLA.
Poco a poco me iré poniendo al día. Iré yendo a visitar casa por casa para ver lo que no he leído, publicando cosillas que  han quedado colgadas en mi ausencia. Vamos, que me voy a ir preparando para la vuelta al cole. Eso sí, con la justa alegría que me permita la depre postvacacional que empieza a asomar los pelillos. Lo sé. Y me lo digo: deberías estar contento, tú que puedes volver (de momento) al trabajo, con la que está cayendo. Me lo repito y no me consuela más de dos minutos. Al tercero, oigo de nuevo a la grisácea limarse las uñas detrás de la puerta. No puedo evitarlo, tengo un oído muy fino.
En fin, que para bien y para mal, ya he vuelto. Y que, como la mayoría de afortunados que aún trabajamos, ya empiezo a contar los días que faltan para el primer puente del curso. Y mientras tanto, lo dicho, me iré automedicando con un poquito de Eternidades y un poquito de Pegos en dosis crecientes, hasta que vuelva a ser el que se fue sin despedirse.


lunes, 6 de agosto de 2012

Perspectivas del Titánic

Yo la quería tanto que sólo un hundimiento así podía separarme de ella. Soñaba con que nuestra boda sería el principio de una vida nueva, y tan sólo sirvió como final de la anterior.
La miré por última vez tragándome todo el llanto. Intentando aferrarla con mi mano hasta el último momento. Luego, la fui viendo cada vez más lejos. La boca abierta, vacía de gritos invisibles, líquidos. Vi su contorno emborronarse. Su imagen la fue diluyendo el agua. Hasta perderla de vista. Primero a ella, luego, al bote entero.
El océano es otro cielo puesto del revés. Han pasado muchos años, y yo sé que ella ya está en aquél de arriba, mientras yo permanezco al fondo de éste, donde la orquesta sigue tocando en nuestra luna de miel.

En el mes de julio he hecho de jurado en Esta Noche Te Cuento y, como es obvio, no he podido concursar; pero sí que he participado enviando un relato que no entraba en concurso. Es éste que en otra ocasión se tituló solamente Perpectivas. Aprovecho para felicitar desde aquí a los Seleccionados y Mencionados, y comentar que ha sido un toda una experiencia juzgar, pero que una y no más, Santo Tomás.