Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que
regresaban del recreo. Andrea fue colando a
todos para retrasarse hasta quedar cerca de mí.
-Yo sé que no te
duele –dijo sin mirarme- .Te he visto correr antes. Muchos te han visto. Lo que
pasa es que hoy el profe nos enseña a saltar al plinto y a ti te da miedo, que
lo sé.
-No es por eso- dije
sin convicción.
-A mí también me da.
Más que a ti- continuó, sin llegar a escucharme.
Y diciendo esto se
puso a cojear a mi par. Cuando vi que lo hacía mucho mejor que yo, me entró de
verdad el pánico.
Como última entrada de este año en el que he sido finalista (aún me entra flojera al recordarlo) del mes de octubre en ReC, quiero mostraros el relato con el que por primera y única vez fui finalista semanal anteriormente. Fue en su primera edición, allá por el 2007. De ella fue publicada esta primera antología. En aquella ocasión la ganadora anual fue Estefanía Morán Por entonces aún no se ponía título a los micros con los que se participaba. Invito a que me ayudéis a ponerle uno.
Y, desde aquí, ya que el mundo sigue, o eso parece, os envío un abrazo relleno de buena energía para el BON ANY NOU que llega. Que veis que el mundo se acaba, pues me lo devolvéis y en paz.
Y, desde aquí, ya que el mundo sigue, o eso parece, os envío un abrazo relleno de buena energía para el BON ANY NOU que llega. Que veis que el mundo se acaba, pues me lo devolvéis y en paz.