Andaba yo trasteando por internet cuando encontré el informe de la FAO "Global food losses y food waste" acerca de la comida desperdiciada en el mundo. El estudio se realizó entre agosto de 2010 y enero de 2011, considerando el desperdicio a distintos niveles (desde el que se produce en el campo por una incorrecta manipulación hasta el que ocurre en casa por los descuidos) y arroja unas cifras escalofriantes. Alrededor de un tercio de la comida producida se pierde y, mientras que en Europa y Norte América las pérdidas per capita son de 280-300 kg al año, en África Subsahariana y en el Sudeste Asiático rondan los 120 kg por año. Aún más, el 40% de las pérdidas en los países en vías de desarrollo ocurren durante la cosecha y la distribución, mientras que en los países industrializados ocurren a nivel del consumidor.
Copio de la FAO:
Entre otras conclusiones importantes se incluyen:
- Los países industrializados y aquellos en desarrollo dilapidan más o menos la misma cantidad de alimentos: 670 y 630 millones de toneladas respectivamente.
- Cada año, los consumidores en los países ricos desperdician la misma cantidad de alimentos (222 millones de toneladas) que la totalidad de la producción alimentaria neta de África subsahariana (230 millones de toneladas).
- Las frutas y hortalizas, además de las raíces y tubérculos, son los alimentos con la tasa más alta de desaprovechamiento.
- La cantidad de alimentos que se pierde o desperdicia cada año equivale a más de la mitad de la cosecha mundial de cereales (2 300 millones de toneladas en 2009/2010).
Como decía realmente da mucho miedo. Lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de agricultores dejando que sus cultivos se echen a perder porque no salen rentables, o para encarecer los precios ¿no os pasa a vosotros?
El informe destaca como una de las mayores causas de desecho en los países industrializados la excesiva importancia de la imagen. En general, los consumidores no están dispuestos a comprar productos con una apariencia mediocre, y pagarían por ellos mucho menos, a pesar de estar en perfectas condiciones. Esto provoca que el comercio tire e inutilice alimentos aptos para el consumo.
Y como siempre... ¿qué podemos hacer?
Lo primero y fundamental debemos cambiar de actitud. Pensar que los recursos son infinitos y los supermercados estarán siempre llenos de comida esperando a ser comprada es un error. Tenemos que hacernos conscientes de que cada yogur de soja que va a la basura es un recurso que se ha gastado inútilmente y tirar alimentos es algo inaceptable.
- Planifica bien tus compras: mira las fechas de caducidad y compra una cantidad razonable que sepas que puedes consumir. El "consumir preferentemente antes de" no significa que al día siguiente te vaya a dar un cólico miserere.
- Congela. Si has comprado un 3x2 de berenjenas (por poner un ejemplo tonto) y no estás seguro de si te va a dar tiempo a consumirlas trocealas, guárdalas en un tupper y mételas al congelador. Te puede sacar de un apuro en cualquier momento.
- Comprar pan rallado envasado no sólo resulta poco exológico (por los envases) sino que es una pérdida de dinero. Guarda cada currusquito de pan que se quede duro y cuando tengas unos cuantos tritúralos.
- Haz recetas de aprovechamiento: ¿las acelgas parecen algo mustias? pues de cabeza a un puré, ¿te ha sobrado avena después de hacer leche de avena? pues unas hamburguesas, y siempre nos quedarán las clásicas croquetas, que si se han comido toda la vida por algo será.
- Y citando a una amiga: "si ves que va a sobrar invítanos". Suena un poco así, pero ¿qué mejor que invitar a gente de confianza y guarrear un poco? La misma situación -nevera/congelador rota- les pasó a dos de mis amigas: una tiró más de la mitad, la otra nos invitó a unos cuantos, llevamos botellas de todo tipo para acompañar y nos lo pasamos genial. Qué más se puede pedir.