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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mazurca para dos muertos. Camilo José Cela



     "Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya mucho tiempo borrada.
-¿Muchas horas?.
-No, muchos años. la raya del monte se borró cuando la muerte de Lázaro Codesal, se conoce que Nuestro Señor no quiso que nadie volviera a verla".



     "No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo"

     Hay frases que persiguen a quienes las dijeron incluso después de muertos. Este es uno de los casos más claros que conozco. Camilo José Cela gustaba de abrir la boca sin medir demasiado aquello que salía de ella exactamente igual que cogía la pluma, sin pararse a medir las consecuencias de lo que escribía. en el segundo caso nos beneficiamos todos ya que trató con pulso firme temas que, en el momento que lo hizo, nadie más los ponía sobre el papel con una claridad tan meridiana. Ahora, en el caso de la boca.. se llevó está frase a la tumba, y me atrevería a asegurar que bien poco lo importó.

     Estamos ante el autor de La familia de Pascual Duarte o La colmena, referentes literarios indiscutibles, tanto o más que el que me he decidido traer hoy, pero Mazurca para dos muertos es, normalmente, menos conocida, sobre todo a nivel curricular y, bajo mi modesta opinión, refrendada por el Premio Nacional de Literatura, una clarísima muestra de la solidez de su autor.

     Esta novela toma el título de un asesinato y un suicidio, aunque esto es casi anecdótico, en una novela que habla de vidas señaladas en las que irrumpe la Guerra Civil en una Galicia rural en la que siempre llueve y los días se suceden al son de los carros que pasan siempre por los mismos caminos, Nos encontramos con un relato a ratos caótico de un realismo tremendo en el que las notas de humor negro las disemina con sumo cuidado para que nos paremos a recogerlas.
     Nos enseña una España desunida, marcada por la censura, sin libertad y abre el concepto de identidad que hoy se ha dado en llamar memoria histórica. Rompe el concepto clásico de la novela al dar muchas voces a un pueblo en el que nos quedamos con lo anecdótico para hablar poco a poco de amores y venganzas hasta dar paso a las soluciones racionales que, como suele ser habitual en estos casos, pasan por lo jurídico.

     Es complicado hoy en día convencer a alguien para que lea a Cela, por sus temas, su aridez, su imagen pública... Los motivos son tantos que se me escapan como para rebatirlos todos. Sin embargo, os aseguro que es toda una experiencia recibir como un jarro de agua fría una realidad contada con tantísima claridad como acostumbraba a hablar y con una expresión mucho más cuidada. A fin de cuentas, tantos ejemplos voy poniendo de literatura imprescindible, ya era hora que trajese a uno de nuestros más premiados literatos. Sólo por eso, merece una oportunidad, bueno.. y por descubrir su ya famosa sonoridad.
     Quien sabe.. tal vez os pase como a mí y repitáis.

     Gracias