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martes, 20 de septiembre de 2011
Jane Eyre. Charlote Brönte
" - ¿Sabes dónde van los malos después de morir?
- Al infierno
- ¿Y sabes lo que es el infierno?
- Un abismo lleno de fuego
- ¿Te gustaría caer en ese abismo y arder en él eternamente?
- No, señor
- ¿Y qué debes hacer para evitarlo?
- Estar sana y no morir, señor. "
Esta es otra novela de las que, antes de leerlas, me curo un poco de romanticismos un mes o dos por miedo a sufrir una sobredosis. Lo reconozco, me aterra despertarme un día con el cuerpo empapado en sudor frío pensando en comprarme los veinte siguientes libros del top novela romántica. Defiendo la variedad ante todo y, la novela victoriana me apasiona, pero intercalada. Aunque tengo que reconocer que he visto muestras últimamente en literatura contemporánea que se acercan muchísimo a este tipo de novela. Y, antes que nadie tire la primera piedra aclararé que sudaría igual si los veinte libros fuesen todos thriller o terror o cualquier otro género.
El caso es que decidí acercarme a Jane Eyre, y asomarme a Thornfield.
Así fue como conocí a Jane Eyre, una huérfana que vive con su tía y su nada agradable descendencia. Finalmente acaba asistiendo a una escuela que es cualquier cosa menos idílica, en ella las niñas llegan a morir de hambre, en la que resiste pensando en un futuro mejor. Cuando su formación se considera finalizada empieza a trabajar como institutriz de la señorita Varens. En este trabajo está cómoda y feliz hasta que se tropieza con el señor Rochester y, a partir de ahí, seremos testigos de los lentos progresos de una relación que, ya desde sus inicios, consideramos más que probable.
Esta vez no serán sólo las descripciones y las costumbres las que interesen al lector. Lo más atractivo son las conversaciones entre dos carácteres tan diferentes, chocan de bruces la tranquilidad reflexiva de ella con la personalidad autoritaria y testaruda de él. Mezcla Brönte amor e intriga para llevarnos por una novela que supuso toda una revolución en el momento que fue escrita debido al carácter desenvuelto de su protagonista, una mujer decidida e independiente si hace falta serlo. Nos lo muestra muchas veces al contarnos ella misma su propia historia dando muestra de cada encuentro que, lejos de dejarnos ver como la pasión les arrastra a lugares oscuros (recordemos que data de 1847 la primera publicación), nos enseña entre líneas como se van formando los sentimientos de ambos y los acercamientos y lejanías fruto de su educación y su diferecia de status.
Estamos ante una de las novelas básicas de la literatura universal. De esas que deben de figurar en toda buena biblioteca y que, una vez más, no las ha leído mucha gente. Con una riqueza sorprendente nos consigue hacer partícipes de la historia buscando su evolución con el mismo interés que su protagonista. Si no lo habéis leído, os lo recomiendo para una de estas tardes que ya no son tan cálidas.
Gracias
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