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jueves, 7 de marzo de 2013

El curioso caso de Benjamin Button. Francis Scott Fitzgerald




     "Hasta 1860 lo correcto era nacer en tu propia casa. Hoy, según me dicen, los grandes dioses de la medicina han establecido que los primeros llantos del recién nacido deben ser emitidos en la atmósfera aséptica de un hospital, preferiblemente en un hospital elegante. Así que el señor y la señora Button se adelantaron cincuenta años a la moda cuando decidieron, un día de verano de 1860, que su primer hijo nacería en un hospital. Nunca sabremos si este anacronismo tuvo alguna influencia en la asombrosa historia que estoy a punto de referirles. Les contaré lo que ocurrió, y dejaré que juzguen por sí mismos."

     Esta vez fue la película la que atrajo mi atención y me llevó a buscar el libro, sin saber que pertenecía a Fitzgerald, un autor que ya me había conquistado hace tiempo con El gran Gatsby. Así llegué a este librito, y por eso hoy traigo a mi estantería virtual, El curioso caso de Benjamin Button.

     Cuando Roger Button va al hospital a conocer a su hijo lo que menos se espera es el lío que se va a encontrar. Benjamin ha nacido sí, pero no es un niño normal sino que habla, y no sólo eso, sino que aparenta más de setenta años. Benjamin que acaba de nacer, disfruta de la vida de adulto más que de la propia de un niño, y sus gustos irán cambiando a medida que cumpla años para realizar el recorrido inverso en un mundo que no le comprende.

     Según el propio autor, la historia la inspiró Mark Twain al comentar que era una pena que lo mejor de la vida estuviera al principio mientras que la peor parte estaba al final. Partiendo de esa idea realizó este relato que ha sido pensado y repetido en el tiempo por varios autores. Y así nació nuestro Benjamin Button con aspecto de viejo, en un relato que el autor calificaba también como su mejor y mas divertida obra. Es difícil resistirse a ella teniendo en cuenta sus palabras.

     Lo primero que me sorprendió fue la brevedad del relato, vista la película esperaba algo más extenso. Además, y pese a que giran sobre la misma idea, la historia se diferencia lo suficiente de la película como para que no interfiera en uno haber visto la otra. Está contada de una forma rápida, apresurada incluso, y no da una explicación sobre el nacimiento de Benjamin con esta "extraña enfermedad", y tampoco nos importa demasiado. Nos quedamos con esa vida realizada de forma inversa y con las situaciones que provoca en un mundo normal, algunas de las cuales son trágicas como el rechazo por parte de su padre y otras son cómicas, como que quisiera ponerle de nombre Matusalén. En conjunto me ha parecido un relato sumamente original que merece la pena descubrir. Aunque tengo que reconocer que eché en falta un poco más de desarrollo en algunas partes, creo que me hubiera gustado más una novela puesto que el argumento daba de sí, y algún personaje, como a la madre de Benjamin. En todo caso he disfrutado mucho de esta historia en la que la vida comienza con reflexiones y termina jugando de forma despreocupada. Quien sabe, tal vez Mark Twain tuviera razón.

     Si aún no conocéis a la familia Button os aseguro que no tiene desperdicio, ya sea en su versión literaria o en la cinematográfica. Aunque si me preguntáis a mi, me quedo con ambas. Esta vez lo digo sin sombra de duda: ambas merecen la pena ser descubiertas. Porque vosotros... ¿ya conocéis a Benjamin Button?

     Gracias

PD. El trailer de la película:



miércoles, 2 de mayo de 2012

Suave es la noche. Francis Scott Fitzgerald


     En la apacible costa de la Riviera francesa, a mitad de camino aproximadamente entre Marsella y la frontera con Italia, se alza orgulloso un gran hotel de color rosado. Unas amables palmeras refrescan su fachada ruborosa y ante él se extiende una playa corta y deslumbrante. Últimamente se ha convertido en lugar de veraneo de gente distinguida y de buen tono, pero hace una década se quedaba casi desierto una vez que su clientela inglesa regresaba al norte al llegar abril. Hoy en día se amontonan los chalés en los alrededores, pero en la época en que comienza esta historia sólo se podían ver las cúpulas de una docena de villas vetustas pudriéndose como nenúfares entre los frondosos pinares que se extienden desde el Hótel des Étrangers, propiedad de Gausse, hasta Cannes, a ocho kilómetros de distancia."

     Conocí  a este autor de la mano de El gran Gatsby una novela de la que se ha dicho siempre que el autor refleja la era del jazz en la literaura estadounidense. Era evidente que tenía que leer más, pero quería pasarme de su reflejo de Estados Unidos a Europa, así que busqué su obra más representativa e íntima y terminé con esta en el bolsillo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Suave es la noche.

     Conocemos a Dick, un psiquiatra, y a su millonaria mujer, Nicole. Una pareja de norteamericanos que llegan a la Riviera francesa con la beautiful people. Ricos, atractivos, inteligentes, dados a generar la sensación de perfección. Pero, como suele pasar, nada es lo que parece y debajo de estas fachadas se esconden grandes imperfecciones que los llevan a la deriva.

     Me gusta la llamada generación perdida. Estos autores que toman el nombre de mano de la obra de Hemingway y que, pese a ser estadounidenses se trasladan a Europa en el período que comprende desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta la Gran Depresión, tiene mucho que ofrecer. Dos Passos, Hemingway, Fitzgerald, Steinbeck... nos hacen partícipes de una literatura cercana en la que, salidos de los efectos de la guerra nos muestran un sector de la población que vive de cerca los cambios. Con un estilo directo y pocos artificios abordan temas como la honestidad o el valor sin buscar para ello grandes héroes. En palabras del propio Fitzgerald:
Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia.

     Esta novela, tal vez la más intimista, refleja en parte la vida del autor con su mujer, hospitalizada por esquizofrenia.  Publicada en 1.934 no tuvo gran acogida, sobre todo por su ya ex-mujer que se encontró con un relato de un hombre alcohólico cuya mujer iba descendiendo a la locura; le sonaba demasiado la historia.

     Nos muestra esos personajes acomodados que aparentemente lo tienen todo y viajan a la Europa de postguerra. Frente a ese "tenerlo todo" vamos viendo la lucha de este hombre entre su mujer, una tercera persona que aparece en su vida y su propia cordura, y como intenta por todos los medios evitar una caída a todas luces inevitable. A través de saltos en el tiempo y descripciones absolutamente inolvidables somos testigos mudos de la historia de esta pareja fiel reflejo de la decadencia de otras mil que se encontraban en la misma situación. Desde sus comienzos cuando ella se siente deslumbrada por la figura del médico hasta declive.

     No es una novela de acción y, sin embargo, es difícil parar de leerla. Cada capítulo termina dejando la necesidad de continuar la historia. De ver hasta donde nos llevan estas figuras que se nos presentaron de porcelana y se van resquebrajando hasta que temamos su ruptura. El prisma gira para que veamos la perfección desde otro ángulo y dudemos de ella.
     Hoy os traigo un libro de apariencias, de esas que esconden mentiras y secretos y que todos estamos tentados de mirar de vez en cuando de la mano de una de las plumas más hábiles que me he topado.

     No os lo perdáis, a fin de cuentas.. ¿No vivimos rodeados de las apariencias?

     Gracias