miércoles, 27 de noviembre de 2024

Érase una vez un libro. Shinsuke Yoshitake & Naoki Matayoshi

 

     "Érase una vez un libro en cuya portada figuraban los nombres de dos hombres. Fue escrito por orden de un rey. He aquí la historia que contaba".

     Con este título y este comienzo solo me falta decir que es ilustrado de una forma antigua, como si tuviéramos en las manos un libro de nuestros padres o abuelos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Érase una vez un libro.

     A lo largo de 13 noches, aunque también hay un epílogo, los autores relatan sus historias sobre, evidentemente, lo que el lector tiene entre manos. El motivo es que un rey que adora los libros les ha enviado a buscar historias sobre libros y ahora, un año después. a su regreso, se las van contando noche tras noche.

      Hay que decir que el primero de los autores es un reconocidísimo autor de libros infantiles, así que domina la técnica del cuento logrando aquí un libro que puede leerse o ser leído, lo que viene a ser la esencia del cuento. Aquí hay libros que reflejan el mundo, habla de todos los que hay escritos o se escribirán porque hay uno para cada persona, también hay libros que se comen cosas (no diré qué) o pueden ser comidos o volar... los libros son oportunidades, todas distintas, y, como sucede en los mejores cuentos, también tiene una parte de reflexión y pesadilla. Porque al final todos los cuentos son un reflejo de la vida, como aprendemos cuando vamos creciendo. Quizás por eso el libro que nos dan al nacer aparece con los bordes difuminados.
     
     Para completar la fantasía, el rey ordena unir los relatos de esas doce noches y hacer con ellos un libro, es el que yo os estoy invitando a leer. Un libro que no es ni bueno ni malo, es un libro bonito, que se disfruta entre amantes de la lectura, cuyas páginas se pasan y originalidad se aprecia. Un libro que, en definitiva, invita a soñar. algo que superados los 7 u 8 años es bastante complicado de mantener.

     Hoy os invito a dejaros llevar por la magia de los libros con esta pequeña joya. Acercaos a Érase una vez un libro.

     Gracias.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Una novela real. Minae Mizumura

 


      Encontré esta novela en un mercadillo de libros y me fijé en ella a saber por qué, pero la sinopsis me pareció atractiva. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Una novela real.

     No había vuelto a pensar en la novela hasta que este fin de semana leyendo las noticias me di cuenta de la cantidad de obras que se inspiran en otras ya existentes y es que Una novela real bebe directamente de Cumbres borrascosas. Sin embargo decir esto es quedarse muy corto respecto a lo que aporta la historia.

     Viajaremos a Estados Unidos para conocer a Taro, chofer de un americano adinerado, para descubrir que se hace amigo del padre de uno de los narradores de la novela. Pero vamos a Japón, allí conocemos a Fumiko y a Yusuke, siendo la primera la encargada de hablar de Taro y su obsesión con Yoko, una joven de la que lo separan las conveniencias sociales (ahí está Cumbres Borrascosas, diréis. Sí). Presentada la historia diré que el gran protagonista de la novela es Japón, un país que se está recuperando de la guerra, pobre pero llamativo en sus tradiciones y como empieza su historia en el mundo materialista globalizado en el que ahora nos encontramos. Así es como entran distintas familias claves no solo para la evolución de la historia, también para la del país. 

     A partir de este momento prefiero desligarme un poco de la trama formal, que va mucho más allá del triángulo amoroso común ya que avanza rápidamente por la transformación de un país mientras se mezcla con más historias personales, y dedicarme solamente a la parte más formal ya la novela tiene una estructura que en sí misma ya hace que merezca la pena su lectura. Fumiko, para mi la gran protagonista de la novela, evoluciona y asciende socialmente en la misma medida en la que su país va cambiando y Minae nos deja un libro en el que se percibe la nostalgia por aquellas cosas que van quedando en el camino de la modernidad. Y además de todo eso es la historia que una persona cuenta sobre la familia para la que trabajaba a una joven que veranea en una villa. Como en la vida misma esta historia será repetida y se mezclará con alguna parte personal trascendiendo en el tiempo e incluso, la vida es así, con la forma en que se conoce personalmente a alguno de los integrantes de la historia original. Quizás por eso y en un intento de réplica de este fenómeno, la autora se da voz como narradora para implicarse de forma más directa convirtiendo su obra en algo más personal que la simple historia que se desarrolla entre el prólogo y el epílogo. En cualquier caso el formulismo funciona y esta historia relatada varias veces hasta que llega a nuestras manos va calando poco a poco en el lector hasta convertir a sus personajes en amigos a lo largo de más de seiscientas páginas.

     Tengo una fijación por las novelas familiares, las que cuentan historias largas en las que tengo tiempo de encariñarme de quienes las pueblan y las que me permiten conocer la historia del lugar en el que se desarrollan y Una novela real me ha proporcionado todo eso en un título que me era totalmente desconocido y que ni siquiera sé si es posible de encontrar hoy en día más allá de un mercadillo o de una librería de viejos. Lo que sí puedo deciros es que es una lectura que merece realmente la pena y que va mucho más allá de una simple versión. Por supuesto que si has leído Cumbres Borrascosas y vas buscándola la vas a encontrar. Sus protagonistas son fácilmente identificables y hay momentos que suceden de forma casi paralela, pero si te dejas llevar por la historia y partes de la base de que hay situaciones que se han repetido en el tiempo más allá de que aparezcan o no en una novela que es ya un clásico, Una novela real tiene todos los ingredientes para ser ampliamente disfrutada. Por muchos motivos.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 18 de noviembre de 2024

El año de la langosta. Terry Hayes

 


     "Una vez fui a matar a un hombre. En otras ocasiones, cuando era más joven, había seguido a mi objetivo por callejones iluminados por letreros de neón de Tokio, había visto el sol ponerse sobre la mezquita de las Nueve Cúpulas y había esperado en el muelle del centro de Estambul mientras las lágrimas de una mujer caían como la lluvia".

     Personalmente tengo que decir que veo espías y allá que voy. Además Pilgrim no estuvo mal así que todo eran señales para ir a por este mamotreto. Hoy traigo a mi estantería virtual, El año de la langosta.

     En esta ocasión conocemos a Kane. Y digo en esta ocasión porque la narración tiene mucho de la primera obra del autor en cuanto a el tono. Se trata de un excapitán de submarino ahora espía que viaja a Oriente Medio para buscar, obviamente, a un terrorista que había sido dado por muerto y que, como no podía ser de otra manera, planea un gran atentado en suelo americano.

     La novela bebe bastante de Pilgrim en los tonos, o eso o bien todos estos hombres hablan como si lo supieran todo, hubieran estado en todas partes y conocieran lo que piensa cualquiera que, en algún momento o no, se hubiera cruzado, o no, en su camino. Para que nos entendamos, el protagonista es un fanfarrón egocéntrico que, por muy bueno que sea, jamás lo será tanto como se vende. No por nada, es solo que es imposible. Y la novela va avanzando hasta llegar a una tercera parte que no me queda del todo claro qué pinta en la novela. Que sí, Hayes, que Kane es buenísimo y salva al mundo todas las veces que haga falta, pero se te ha ido la mano. Sobre todo porque no tienes en cuenta alguna de las reglas fundamentales para los aficionados al género que rozas al final de la historia.

     He visto que hay opiniones totalmente encontradas con este título y a estas alturas ya queda claro que yo me sitúo entre los que no salimos nada satisfechos de su lectura. Posiblemente la culpa la tenga el protagonista, que cuenta lo que le ha pasado y que no me ha caído bien en ningún momento, pero tampoco mal como para regodearme en un Ignatius disfrutado en La conjura de los necios. En este caso, simplemente me caía gordo recorriendo el mundo para salvarnos a todos del atentado global. Suena tan grandilocuente... que para cuando llegas a la parte final y toca hacer el salto de fé, me negué en redondo a creerme nada. 

     El año de la langosta tiene descripciones llamativas, escenas fuertes, un protagonista con carisma y todas esas cosas que provocan que leas las ochocientas páginas con ganas, pero también posee los defectos que hacen que yo, y esto es una opinión totalmente personal, pierda el interés pensando: "venga ya". Todo es tan grandilocuente que cansa y se vuelve banal por un exceso que inmuniza y, finalmente, molesta. El autor ha buscado estar en la cima en todo momento, lo que posiblemente sea el motivo que lo empujó a experimentar en esa segunda parte que, para mi, termina de estropearme la lectura. Y es que si a mi me preguntan, la espera no ha merecido la pena.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 11 de noviembre de 2024

La primera mentira gana. Ashley Elston

 


     "Todo empeña por pequeñas cosas: un cepillo de dientes en el vaso del lavabo, unas prendas en el cajón más pequeño, cargadores de teléfono en ambos lados de la cama. Luego estas pequeñas cosas dan paso a otras algo más importante: las cuchillas de afeitar, el enjuague bucal y las píldoras anticonceptivas comienzan a disputarse el espacio en el botiquín y la pregunta cotidiana pasa de "¿Vas a venir?" a "¿Qué hacemos para cenar?".

     Y por más que lo haya estado temiendo, este paso de ahora era inevitable". 

     Y aquí estamos, buscando nuevamente el libro entretenido que me haga pasar las horas volando. Hoy traigo a mi estantería virtual, La primera mentira gana.

     Conocemos a Evie Porter, una joven que vive inmersa en la fachada que se ha creado. Novio perfecto, casa perfecta, todo perfecto. Pero todo es mentira.

     Bueno, tampoco es que vaya a contar mucho más ya que la sorpresa forma parte de lo divertido. Solo diré que es una novela que se mueve en dos hilos temporales, uno presente y otro en el pasado escondido de la protagonista, donde conoceremos al Sr Smith. La trama, como podéis ver, no es particularmente original, pero la novela juega con la forma en que está escrita dando un buen punto en el primer tercio, en el que llega a sorprender al lector ya habituado a los giros del género. Sin embargo Elston no es capaz de mantener esa sensación durante todo el libro, quedando el resto en algo más manido. La novela cae en los márgenes habituales de protagonista de éxito, amor inesperado (en serio, es totalmente esperado), conflictos, secretos...  para adentrarse en el juego psicológico de saber quién está diciendo la verdad. Nada nuevo bajo el sol.

     La primera mentira gana es una novela entretenida en la que el lector deja de sorprenderse para acabar resistiendo la tentación de hacer una lectura en diagonal. ¿Es entretenida? Sí, si lo único que quieres es una lectura ligera en la que sea a simple curiosidad la que te lleve al final de la historia. Pero poco más se le puede pedir en un panorama saturado de este tipo de novelas.

     Hoy una reseña breve para una novela que permanecerá el mismo tiempo en la memoria del lector.

     Y vosotros, ¿con qué novela comenzáis la semana?

     Gracias.