Entristecerse no sirve de nada. Es sólo autocompasión. Lo dijo con tal desprecio que, por primera vez, supe que la distancia era insalvable. Mi primer pensamiento fue que había sido tan gratuito como lanzar una moneda al agua y esperar que algo cambie. Así que no dije nada y me quedé mirando cómo recorría las baldosas amarillas hacia la salida. Cuando la puerta se cerró, me vino a la mente la respuesta adecuada: de quien no me voy a compadecer es de ti.
Escuchando: Lisztomania - Phoenix
2 comentarios:
pues no..no te compadezcas.
Te he dicho que me gusta la cabecera d tu blog??
Un beso
Antes me comentabas mucho... supongo que me perdiste la pista como yo a ti. Qué bueno que sigas escribiendo, vuelvo a ficharte! :)
Besos!
Publicar un comentario