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lunes, 13 de abril de 2009

Jenny Saville: el cuerpo como paisaje de la desolación

Reverse, 2002-2003.
...El trabajo plástico de la artista británica Jenny Saville (1970), aunque es, sin duda alguna, muy singular, posee matices que nos recuerdan de alguna manera a la carnalidad de Rubens -invocado por ella misma- y a la gestualidad poderosa y la deformación de los cuerpos de Francis Bacon. También nos trae a la memoria su referente latinoamericano: Luis Caballero, pero Saville se diferencia del artista colombiano, ya que el erotismo buscado por éste no se corresponde con el trabajo de Saville, aunque ella quizá a veces lo logre a través de la abundancia y sobreexposición de la carne, pero pareciera que el erotismo, en su trabajo no es el tema que realmente le ocupa, por más que aparezcan las partes sexuales explícitamente.
Closed-Contact, 2002.
Normalmente, usa su cuerpo como referencia pero no realiza autorretratos. La carne, está provista de vida grasa, pliegues, cicatrices y sangre. Es igualmente interesante el cuerpo muerto de un cerdo o el de una mujer que pasa por un quirófano, para una cirugía plástica. Al igual que los artistas contemporáneos, anteriormente mencionados, su trabajo no incita en la mayoría de los casos a la relajación y a la contemplación quieta. La angustia se asoma en cada una de sus obras, como si dejase claro la fragilidad que bien representa la piel, ese todo que es capaz de ofrecernos placer y dolor, observarlos con pena o divina contemplación...
Con claras referencias de la pintura de Bacon, Propped, 1992.
Saville ofrece un paisaje hecho de carne, un paisaje de una carga psicológica profunda y perturbadora. La artista intenta un acercamiento desde los poros a la deformación, como queda reflejado en su serie Closed-contact (1995-1996), en la que se fotografía a través de un Plexiglas, que recuerda al de la fotógrafa cubana Ana Mendieta, solo que la británica le imprime un poco más de dolor y angustia a su serie. En su serie Territorios, las montañas de carne y la desnudez como constantes vuelven. A ello se le suma la construcción artificial del cuerpo, y retrata a transexuales. El dolor pareciera estar latente en cada uno de sus cuadros, y al igual que Rubens, pareciera que la sangre circulara en cada uno de esos cuerpos y, al igual que Bacon, el tormento se restrata en cada una de esas montañas o paisajes hechos de piel y carne, y dicha deformidad se acentúa en el empleo de los formatos de grandes dimensiones.
Hyphen, 1999
Galería Saatchy Galería Gagosian Web no oficial

domingo, 18 de enero de 2009

La transparencia infinita de Gego

. . ...Escapando del nazismo, la artista germano-venezolana Gego (Gertrud Goldschmidt; Hamburgo, 1912- Caracas, 1994) llega casi por azar a Venezuela. Proveniente de una familia judía, emigra en 1939, recién graduada de arquitecto-ingeniero (en la hoy Universidad de Stuttgardt) a la capital venezolana, estableciéndose allí de por vida. .
Instalación, Reticularia, 1969.
Gego es considerada como una de las más importantes artistas latinoamericanas de la mitad del siglo XX. La manera en que llevó a cabo su obra, mantiene cierto paralelismo con la gran Louise Borgeois, ya que la ejecuta de manera retirada, atenta a los ismos pero sin dejarse arrastrar por ellos, lo que ha dejado como resultado una obra particularmente singular, difícil de insertarla entre los movimientos de moda. . Tomó ( y reinterpretó a su modo) algunos de los conceptos constructivistas: la negación no solo del color, sino también de medir la obra a través del sentimiento y la ternura, pero cabe aclarar que Gego, esa "ausencia de sentimiento" se acerca más a la mirada Zen, que invita a la calma contemplativa. Es así que la proclamación de los ritmos cinéticos, la artista no se hace eco de ello, y si bien apuesta por la línea curva en (casi) la totalidad de su obra, ese movimiento se acerca más a lo hipnótico, semejante a la ondulación del movimiento del agua en los ríos. Más adelante entra en contacto con la abstracción geométrica que tiene un rasgo más subjetivo, cercano al lenguaje de su obra. Una vez más, se interesa por algunas de sus premisas, como el juntar las formas simples, geométricas, para componer un espacio irreal. Algunos estudiosos, intuyen, no sin razón, que la artista, en algunos de sus viajes a Nueva York entrara en contacto con la obra de Richard Buckminster Fuller, de la que se desprende, sino una impronta, grandes paralelismos. Por otro lado, el movimiento cinético venezolano tuvo una gran fuerza, representado por dos grandes figuras Jesús Soto y Carlos Cruz Diez, pero Gego, aún teniendo en común el movimiento y la vibración, se separa sobre todo, como bien lo apunta Iris Peruga, en que "Gego no asume la tecnología como fundamento de sus investigaciones". La artista construye una obra en donde el esteticismo se hace a un lado, quedando al desnudo los materiales, nudos y conexiones entre sus estructuras. El volumen es más bien una invocación al espacio, sugerido, apoyado en las transparencias. Gego construye una suerte de redes con alambres metálicos, finísimos. Apegada a sus materiales y formas, crea una serie de dibujos a partir de dichas estructuras: la sombra reflejada por la luz en el objeto, era la constatación de ese arte cada vez más cercano a la sutilidad inherente a su obra, que se acerca a la delicada línea de lo espiritual.
Su obra forma parte de las colecciones de museos como el MOMA de Nueva York y, en los últimos años, se han llevado a cabo en museos del mundo, exposiciones restrospectivas de esta gran artista: Museo de Finas artes (Huston), el Macba (Barcelona), Museo de Bellas Artes (Venezuela) y el Malba (Buenos Aires).

sábado, 5 de julio de 2008

"La memoria es una forma de arquitectura"

Louise Burgeois
Foto: ©Raimon Ramis/ADAGP .
El arte puede ser exorcismo, terapia, al fin y al cabo transformación y creación, la obra de la artista francesa Louise Burgeois (París, 1911), quien reside desde hace muchos años en Nueva York, ha sido objeto de análisis, no solo de teóricos y críticos de arte, sino también de psicólogos.
. Fillette (Jovencita). Considerada como una de las artistas más importantes del siglo XX, el peso de su obra no vino a tener repercusión, sino cuando Burgeois rondaba los 70 años. Una y mil veces aparece la importancia de su biografía para entender el producto de su obra.
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Su familia fabricaba y restauraba tapices, su casas estaban junto al río (el cual mejoraba los resultados de los tapices, por sus propiedades químicas para fijar los colores naturales), cerca, también se encontraba un matadero, por lo que la fragmentación de cuerpos, presente en su obra, tiene una clara impronta. Del padre cuenta que era arrogante y que engañó a su madre con su institutriz por 10 años. El parricidio, una constante en toda su obra, viene a culminarse con The destruction of the father, (La destrucción del padre) 1974, obra en la que en el que unió piezas de carne, miembros de animales en escayola (yeso) blanda, luego dio la vuelta al molde y lo realizó en látex. "el objetivo de la destrucción del padre –apunta la artista– era exorcizar el miedo" a lo que continúa esclareciendo:

The destruction of the father.

“Después de que se expuso, me sentí una persona distinta. La razón que me llevó a hacer esta obra fue la catarsis o purificación. De niña, me daba mucho miedo cuando en la mesa del comedor mi padre no dejaba de alardear, se jactaba una y otra vez de sus logros. Y cuanto más grande pretendía volver su figura, más insignificantes nos sentíamos sus hijos. Mi fantasía era: lo agarrábamos con mis hermanos, lo poníamos sobre la mesa, lo troceábamos y lo devorábamos... En la escultura hay una cama y una mesa. Ambos muebles forman parte de nuestra vida erótica. En su esencia, ambos son el mismo objeto".

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Debido a la timidez inicial de la artista para mostrar su obra en público, haberse mantenido al margen le permitió también realizar un trabajo personalísimo, que hasta hoy en día es difícil encontrar referentes directos. Su obra, según ella, es una reconstrucción del pasado. "En ellas el pasado se ha vuelto tangible; pero al mismo tiempo están creadas con el fin de olvidar el pasado, para derrotarlo, para revivirlo en la memoria y posibilitar su olvido".

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Es curiosa (y terrible) la anécdota que Bourgeois recuerda como su primera escultura, y que por supuesto, está ligada a la que anteriormente mencionamos: "Cogí un pedazo de pan blanco, lo mezclé con saliva y moldeé una figura de mi padre. Cuando estaba hecha la figura empecé a amputarle los miembros con un cuchillo. Considero esto como mi primera solución escultórica. Fue apropiada para el momento y me ayudó. Fue una importante experiencia y determinó ciertamente mi dirección futura".
Vista de la imagen de los celos.

Su trabajo siempre ha estado ligado a los femenino, y ella se confiesa una simpatizante, aunque no militante (porque trabaja mucho en privado) del feminismo. En la década de los 40 inicia sus Femmes Maison (Mujeres casas), son dibujos y esculturas en la que parecen mujeres con referencias arquitectónicas, y que normalmente están sujetas por unas piernas frágiles. La protección por un lado y el encierro (que atrapa) por otro.

En los 60 da un paso más adelante a dicha exploración y crea las Lairs (Guaridas) que es una suerte de continuación del tema, pero en el que la aparición de figuras, de clara referencia animal, en la que lo femenino y masculino se unen.

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En los 90 aparecen sus Cells (Celdas) espacios que evocan los fantasmas y la demás memoria de su infancia: las bobinas de hilo de los tapices (símbolo femenino y de protección). Figuras oníricas colgantes, de cristal a la vez que aparecía otra de sus constantes: la espiral, la cual le evoca a las mujeres exprimiendo los tapices en el río, pero a su vez, para la artista, la espiral representa el intento de controlar el caos. .

Spider, Museo Guggenheim Bilbao. Foto: Claudia Hernández

Más recientemente, y por la que se le reconoce popularmente inicia en 1994 su serie de Spiders (Arañas), que además de la de formatos regulares, sus arañas de gran escala se encuentran en diversas ciudades del mundo expuestas al lado de edificios o parques, y que suelen tener una estructura arquitectónica evidente (por eso armoniza tan bien al lado de los edificios). A esta serie, la artista ha declarado que para ella estas esculturas simbolizan la protección y laboriosidad de la madre, así como ese trabajo de coser (aguja o araña que teje) refiere a la sanación o reconstrucción de las heridas. .

Pareja.

. La artista declara a cerca de su obra: “Son imágenes ligadas a la memoria, al nacimiento, la infancia, el miedo, la vida doméstica, la maternidad, el deseo y el cuerpo. La sumisión y la rebelión, las emociones y su violencia. Imágenes que aluden al ciclo de la vida y de la muerte, pero también a la regeneración y a la paz finalmente conquistada".

El año pasado y éste en especial, su obra ha sido objeto de significativas retrospectivas, en importantes museos como el Museo Reina Sofía en Madrid, la Tate Modern de Londres, el Centro Pompidou de París y ahora el turno al Guggenheim Museum de Nueva York del 27 de junio al 28 de septiembre.